En un acto de determinación y preocupación por la seguridad alimentaria y el medio ambiente, miles de ciudadanos y ciudadanas surcoreanas se unieron en una marcha histórica en Seúl este sábado, expresando su rechazo enérgico a los planes de Japón de liberar el agua radiactiva almacenada en la central nuclear de Fukushima en el océano Pacífico.
La propuesta de vaciar el agua acumulada desde la catástrofe nuclear de 2011 ha sido objeto de años de debate y controversia, y esta manifestación fue el punto culminante de una semana de protestas que demuestra el fuerte compromiso de sectores del pueblo surcoreano en defensa de su seguridad alimentaria y del equilibrio ecológico marino.
Los y las manifestantes, congregadas cerca del Ayuntamiento de Seúl, entonaron cánticos y levantaron carteles en un esfuerzo por concienciar sobre los posibles riesgos asociados con la liberación del agua radiactiva en el océano. Su preocupación radica en la amenaza que este vertido podría representar para la seguridad alimentaria de los ciudadanos surcoreanos, además del daño potencial al entorno marino. Las voces de los activistas han sido unívocas: la liberación del agua, según la organización activista Korea Radiation Watch, «eventualmente destruirá el ecosistema marino».
La memoria del desastre nuclear de 2011, desencadenado por un terremoto y un tsunami devastadores, sigue siendo vívida en la mente de los ciudadanos. Los enormes niveles de material radiactivo liberados en la atmósfera dejaron cicatrices duraderas en la región, lo que aumenta la aprensión y la determinación de la población a protegerse contra los riesgos potenciales de una acción similar.
La manifestación del sábado fue la culminación de una semana de protestas que surgió en respuesta a la aprobación de los planes de descarga por parte de la Agencia Internacional de Energía Atómica en julio. A pesar de esta aprobación, las y los ciudadanos surcoreanos siguen cuestionando la seguridad y los estándares internacionales, sosteniendo firmemente que la salud de su población y la integridad del medio ambiente deben estar por encima de cualquier consideración política o económica.
Es importante destacar que, incluso con el respaldo del presidente conservador de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, aún existe un segmento de la población que no está dispuesto a asumir riesgos innecesarios en lo que respecta a la salud y la seguridad ambiental. La marcha histórica del sábado es un testimonio del poder colectivo de la voz ciudadana, que exige precaución y transparencia en decisiones que podrían tener consecuencias de largo alcance. En este enfrentamiento entre intereses nacionales y preocupaciones legítimas de la población, el mundo observa cómo la ciudadanía surcoreana toma posición en defensa de su seguridad y del bienestar del planeta.
Protesters have taken to the streets of South Korea's capital to demonstrate against Japan's plan to release treated radioactive water from the Fukushima nuclear plant into the ocean. pic.twitter.com/jhj3i1sjTL
— CGTN Europe (@CGTNEurope) August 12, 2023