¿Olvidar a Michel Onfray?

 

«Estás a punto de constituir el ala anarquista de una extrema derecha zemmourista, mientras que continuas reivindicando una identidad de izquierda»

                                            Philpippe Corcuff et Philipppe Marlière

«La revista Front populaire, creada y dirigida por Michel Onfray (filósofo comprometido con la izquierda con anterioridad y hace tiempo soberanista, artífice mayor de la alianza llamada “roji-parda” con dejes plenamente complotistas), hoy muy mayoritariamente compuesta por militantes e intelectuales de extrema derecha»

                                          Alain Policar

«Pensar también contra sí mismo»

                                          Theodor W. Adorno

Tal vez contagiado por el mismo bulímico autor, muchas de las cosas que digo a continuación las he dicho en más de una ocasión (puede verse una Breve nota personal del comentario que dediqué a su Ánima https://kaosenlared.net/el-alma-del-homo-sapiens-segun-onfray/, igualmente había dejado clara mi postura en unas notas finales: https://archivo.kaosenlared.net/michel-onfray-autobiografia-politica-y-otros-charcos-y-ii/index.html / ) al igual que en el libro que he leído repite muchas de las cosas -que se pueden comprobar siguiendo los enlaces que he incluido- provocando una sensación de dejà vu, dejà lu: los mismos objetos de sus embestidas, sus fobias permanentes (a Paris, al ambiente germanoprantine, a la ENSup, a Jean-Paul Sartre -cierto es, aleluya, que salva algunas obras de él referidas al psicoanálisis existencial-, a Marx, a Freud, a Foucault o Deleuze…y a todos los medios de comunicación que no le hacen la ola…en este último sentido se ha constatado un giro con respecto a los medios en los que se expresa: antes, en France Culture, Le Monde, L´Obs o L´Humanité, y ahora generalmente en medios de tendencias claramente derechosas o a lo más tibias: CNews, Le Point, Valeurs Actuelles, Causeur, Le Figaro, Journal du dimache o Marianne y su propia revista Front Populaireque, obviamente, le sirve de altavoz a él y a sus amistades peligrosas, y algunos análisis ya presentes en sus libros, lo que convierte las veinticinco entradas de las que se compone su octavo tomo de su Journal hédoniste: «La foudre gouverne le monde». Sí quisiera antes de entrar en más harina que lo de hedonista resulta un tanto tergiversado con respecto a sus primeros libros sobre las sabidurías de la antigüedad o sus precisiones posteriores sobre Epicuro y Lucrecio (https://kaosenlared.net/michel-onfray-arte-y-arte-de-vivir/ ), y lo digo ya que en su Manifeste hédoniste recuerdo que hacía una cerrada defensa de la energía nuclear ya que, según aseveraba, sin la electricidad que ellas producían no podríamos gozar de los tocadiscos, etc., etc., etc.; desde luego nada que ver por el hedonismo propuesto y perseguido por el del Jardín y sus seguidores.

Decía Pessoa con su humor caústico: por la boca muere el pez y Oscar Wilde, podría aplicarse la copla al autor de Política del rebelde. Tratado de resistencia e insumisión, ya que obran en su poder más de cien libros, sin contar la colaboraciones varias en otros libros y revistas, además de sus conferencias y sus frecuentes apariciones televisivas…Trop c´est trop! Lo que además de referirse a la cantidad de las intervenciones y autorías mentadas, a la cantidad de descalificaciones sin cuento que emplea contra tirios y troyanos; si el resentimiento es algo denostado por su admirado Nietzsche, Onfray parece guiarse más por las lecciones de Arthur Schopenhauer en su Arte de tener razón expuesto en 38 estratagemas (Edaf, 1996) y por L´art de l´insulte (Seuil, 2004), empleándose llegado el caso al empleo de la vaselina y el calzador.

El tono dominante que recorre el libro, que presento, es el de la auto-justificación, ante las andanadas que sobre él se vierten considerándoles un demagogo, un populista, néo-réac, que cada vez coincide con mayor frecuencia con las posturas de la derecha extrema de la que a veces se hace valedor en temas como la identidad francesa avant tout, el Grand Remplacement, el choque de civilizaciones de Samuel Huntington, el diagnóstico de la decadencia de Occidente calcado de Spengler, la islamofobia galopante…copio unas palabras suyas que hablan por sí solas: «el migrante que procede de un mundo no judeo-cristiano con los valores de un islam que, muy a menudo, da la espalda a la filosofía de las Luces…», ergo… Como digo ante las críticas, él mantiene que él no ha cambiado que es el mundo el que lo ha hecho: «estoy siempre del lado de las mujeres, de los laicos, de los judíos, de los librepensadores, yo no he cambiado; no estoy tampoco a favor del comercio de los cuerpos, el alquiler de úteros y la venta de niños; sigo siendo ateo pensando que todas las religiones no casan bien con la democracia y la libertad. Yo no he cambiado, sino que es el mundo el que lo ha hecho». Y si el mundo no responde a lo que pretendo, lo retuerzo para que coincida con mis propósitos, usando la senda del CQFD (ce qu´il fallait démontrer = lo que había que demostrar). Por ese camino se ve aplicar la norma de tomar algunos casos o declaraciones realmente estridentes, por ejemplo de Paul B. Preciado, o acerca de alquiler de vientres, para generalizar aplicándolo a todo dios, que no sea de su gusto, en especial, los pretendidos progres, si bien es cierto, que en su diana entra todo dios, en su creciente tendencia en constituirse como el único y su propiedad (pace Stirner)no dando por bueno aquello de que une hirondelle ne fait pas le printemps. -con respecto a los ramalazos stirnerianos,no me resisto a transcribir: «tengo siempre en la cabeza la idea de un programa común de la izquierda que permitiría a un “Nuevo Comunismo” que podría completarse con un Nuevo Socialismo, llamémoslo así; es el socialismo libertario, que defiendo yo solo desde hace años…»- je, moi, me, avec moi…, En su tarea demoledora el martillo lo utiliza siempre hacia algún lado evitando que sus santos queden tocados: véase sus ataques amalgamadores al antisemitismo (que iguala al anti-sionismo de la izquierda), evitando, obviamente, nombrar a su adorado Proudhon, cuyo odio a los judíos era de órdago.

No entraré en el seguimiento de la variedad de los artículos incluidos en el volumen, pero si empieza con la defensa de su anti-progresismo y la reivindicación de su anarquismo conservador, sigue con los elogios a los girondinos y sus ataques a los jacobinos -antecedentes de los bolcheviques- encarnados por la mujer que mató a Marat: Charlotte Corday, embiste contra el lenguaje inclusivo, no establece diferencias en el seno del Islam, ya que todos quienes toman el Corán como guía son misóginos, antisemitas, guerreros, y para ello entresaca algunas suras del libro sagrado de los musulmanes en que queda patente lo que dice, aprovechando la tirada para implicar a la izquierda que defiende a los musulmanes / a Palestina, etc.; no podía faltar su abracadabra con respecto a los movilizados de Mayo del 68, que según mantiene no hicieron sino dejar entrar en la sociedad ciertas tendencias nefastas y disolventes (nombran los ídolos que eran reivindicados, algunos escritos en defensa del sexo con menores…), para después convertirse ellos en dirigentes a la sombra de François Mitterand…aquí no se salva ni dios, metiendo en el saco del oprobio pêle-mêle, a Foucault que frente al pueblo prefería (sic) a los hermafroditas, los criminales y lo locos, a Deleuze et Guattari que se dedicaban a Sacher-Masoch, a Derrida que elogiaba al homosexual Genet o a los perversos Sade, Bataille…añadiendo los nombres de Lacan, Klossowski, Blanchot, Barthes, Sollers et consorts. Desvela el petainismo de Paul Ricoeur que hablaba de la memoria pero ocultaba la suya, atacando igualmente al biógrafo del nombrado François Dosse que borra de su historia los amores del filósofo por el gobierno de Vichy…elogia a Spengler a quien lleva al campo de los nietzscheanos [había escrito una obra inspirada:https://archivo.kaosenlared.net/la-decadencia-de-michel-onfray/, también le toca el turno a Derrida por haber alabado, en su Glas, a Jean Genet, entregado defensor de los palestinos, elogia –hossana!– a un pintor que responde al nombre de Vélickovic, y…entre una cosa y otra, siempre asoman sus elogios de los romanosversus los griegos, el cuerpo frente a la razón y las abstracciones, y algunas andanadas con respecto a sus bestias negras…se detiene en sus años de aprendizaje y en las librerías y libreros de Caen…Eso sí, en su fugaz visita a la guerra de España afirma que los comunistas y los trotskistas fusilaban a los anarquistas…Tiens! Rigor se llama la figura. [Llama la atención que un hombre como el normando que lo ha leído todo, y más en concreto que ha leído y dedicado una obra a George Orwell,https://archivo.kaosenlared.net/michel-onfray-lee-a-george-orwell/, que no se haya enterado de que escribió un Homenaje a Catalunya en el que habla de su compromiso con el POUM, tendencia trotskista total, o no haya visto la película de Kean Loach inspirada en el texto orwelliano, Tierra y Libertad, con lo que le hubiese bastado para no meter la pata hasta el fondo, sin recurrir a textos históricos…¿le suena Andreu Nin?].

En honor a la verdad, en la lectura puede traerse a colación el modelo de los aviones que aparecen o desaparecen detrás de las nubes, pues cierto es que hay tiradas que lucen por su espíritu crítico y libertario (destacable su retrato de Etienne de la Boétie y su Discurso sobre la servidumbre voluntaria), mientras que en otros momentos los negros nubarrones hacen que tal espíritu desaparezca para dar lugar a unas tonalidades, borrosas, oscuras en lo ideológico y político…En una de las citas en exergo que encabezan el artículo, se habla de “roji-pardo”, teniendo en cuenta su reivindicado libertarismo podría decirse que la tonalidad que emana de Michel Onfray es negri-parda.

Concluiré confesando mis tendencias masoquistas (?) que me hacen seguir leyéndole, a pesar de los pesares, y la mala uva que me provoca, y así cada vez que publica un nuevo libro me veo impulsado a leerlo…desde sus inicios…tal vez diciéndolo me lo ahorraré en libros y en psicoanálisis, aunque no creo ya que no es la primera vez que lo digo, y…aquí sigo.

 

Por Iñaki Urdanibia para Kaosenlared
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