por José Juan Pacheco Ramos
Los sucesos políticos, económicos y sociales más graves del nefasto gobierno de Dina Boluarte en 2024 reflejan la cruda lucha de clases, la represión sin límites del Estado capitalista neoliberal frente a las demandas populares y el predominio de los intereses económicos de las élites explotadoras sobre las necesidades de las grandes mayorías nacionales. A continuación, se presenta un análisis cronológico de estos eventos:
Enero – Febrero 2024
1. Represión estatal violenta contra las masas trabajadoras y campesinas: Las protestas iniciadas en 2022 continuaron con fuerza en 2023, especialmente en las regiones rurales y andinas, donde se concentra la clase trabajadora más explotada y excluida. A un año de los hechos el gobierno de Boluarte sigue negando su responsabilidad y la de su exministro Otárola por la represión violenta con que actuaron y que refleja el papel del Estado neoliberal en defensa de los intereses de la clase dominante, destinando millones de soles al aparato represivo Policía Nacional y Fuerzas Armadas, mientras desatiende totalmente las clamorosas demandas de justicia social.
2. Negligencia en la solución a los problemas estructurales del país: La minería ilegal y el narcotráfico continuaron fortaleciéndose en regiones alejadas del país como Madre de Dios. Sin embargo, el gobierno priorizó sofocar las protestas políticas en lugar de controlar estas actividades ilegales, que son consecuencia de una evolución capitalista salvaje, donde las poblaciones rurales se ven empujadas a la economía informal y en donde grupos mafiosos del crimen organizado, frecuentemente en connivencia con las autoridades, actúan impunemente.
Marzo – Abril 2024
3. Crisis económica: contradicciones del capital: La economía peruana mostró claros signos de estancamiento. Programas como Con Punche Perú, promovidos por el gobierno, fracasaron rotundamente. Esto evidencia una vez más la incapacidad del sistema capitalista para resolver sus crisis cíclicas, generando siempre más pobreza y desempleo en la clase obrera y trabajadora mientras la burguesía reaccionaria continúa acumulando cada vez más riqueza.
4. El paro nacional y la lucha proletaria: Gremios de transportistas, afectados por la inseguridad y la precarización de sus condiciones de trabajo, convocaron un paro nacional durante la cumbre APEC (Asia Pacific Economic Cooperation) del 14 al 15 de noviembre. Este gran paro nacional simbolizó la lucha de sectores organizados de la clase trabajadora contra las políticas neoliberales del gobierno derechista, al tiempo que expuso las contradicciones entre los intereses del capital transnacional y la miseria de la población local.
Mayo – Junio 2024
5. Presupuesto para la represión en lugar de políticas sociales: El gobierno asignó 13 veces más recursos al control y represión de los protestas sociales que a combatir la minería ilegal y el narcotráfico. Esto demuestra cómo el Estado actúa como un instrumento de opresión de clase, garantizando el injusto orden existente y sofocando cualquier intento de organización popular que cuestione el sistema.
6. Descontento y alienación de las masas: La crisis económica y el aumento de la inflación impactaron principalmente a las clases trabajadoras, reduciendo su poder adquisitivo y empeorando las condiciones de vida. La alienación del proletariado se profundizó, al no percibir una alternativa clara que rompa con el orden capitalista impuesto.
Julio – Agosto 2024
7. Agudización de los conflictos sociales y la lucha de clases: Las tensiones en el campo y la ciudad aumentaron, con más de 200 conflictos sociales activos registrados. Las comunidades campesinas y los sectores laborales continuaron movilizándose contra las políticas extractivistas y represivas del gobierno. El rechazo de las élites a redistribuir las riquezas del país consolidó la certeza de que es un Estado burgués al servicio de los intereses empresariales tanto peruanos como extranjeros.
8. Inseguridad como reflejo del capitalismo periférico: La delincuencia y la extorsión aumentaron en las zonas urbanas más empobrecidas, como resultado del desempleo y la precarización laboral. El gobierno, en lugar de atender las causas estructurales de la criminalidad, implementó políticas de mano dura, criminalizando a los sectores más pobres y perpetuando un ciclo de violencia y exclusión.
Septiembre – Diciembre 2024
9. Gobernabilidad en crisis: legitimidad burguesa cuestionada: El descontento generalizado llevó a nuevas exigencias de elecciones anticipadas y una Asamblea Constituyente promovida desde movimientos sociales y partidos de izquierda. Sin embargo, el gobierno de Boluarte, aliado de la oligarquía, se negó a ceder ante las demandas populares, aferrándose al poder a costa de intensificar la represión.
10. Polarización y contradicciones del sistema: A medida que la economía siguió su curso hacia la desaceleración, las contradicciones del modelo capitalista peruano se hicieron más evidentes. Las demandas de redistribución de la riqueza, inversión en servicios públicos y reconocimiento de derechos colectivos se enfrentaron a un Estado incapaz de trascender las lógicas extractivistas y neoliberales.
Conclusión:
El gobierno de Dina Boluarte en 2024 representó la profundización de las contradicciones del capitalismo dependiente peruano. Su política priorizó los intereses de la burguesía nacional e internacional, mientras reprimía violentamente cualquier intento de organización popular. La alienación de la clase trabajadora, la explotación de las comunidades rurales y la represión estatal son claros ejemplos del carácter de clase del Estado peruano, que actúa como un aparato opresor en defensa del capital internacional. La solución estructural implica la necesidad de una ruptura verdadera con el modelo económico y político vigente.
Grupo por el Socialismo