Y si esto no se arregla, guerra, guerra, guerra.
A las 11 de la mañana, de ayer viernes, se puso en marcha una manifestación de los trabajadores de Astilleros en la capital, que dejaron su factoría para acudir a recibir al resto de los trabajadores que venían de las localidades vecinas de Puerto Real y San Fernando. Un escalofrío recorrió a los miles de trabajadores que se dieron cita en la entrada de la ciudad de Cádiz, cuando confluyeron las manifestaciones de los trabajadores de Astilleros de Puerto Real, San Fernando, y Cádiz, junto con los de Altadis (Tabacalera), y Delphi (General Motors), al grito de «La Bahía no se cierra», «Aznar cabrón», «Dónde están, no se ven, las banderas del PP» «A por ellos, oé, a por ellos, oé», «Y si esto no se arregla, guerra, guerra, guerra».
Bajo una lluvia torrencial, tras una enorme bandera republicana y las pancartas firmadas por CCOO, UGT, CGT, CNT y Autonomía Obrera, más de 5.000 obreros entraron a la ciudad por la principal Avenida, mientras que desde numerosos balcones y ventanas, se levantaba el puño en muestra de solidaridad con una industria crucial en la Bahía de Cádiz como es la naval. Esta industria básica en el tejido laboral de la zona, porque da empleo a miles de personas de forma directa, y otros miles de forma indirecta, a través de empresas auxiliares, se encuentra en grave peligro, ya que tanto las reparaciones como la construcción de buques, se están desplazando a países como Corea, donde la mano de obra es mucho más barata. El recorte de puestos de trabajo ha sido constante en los últimos años, dándose un punto álgido en el año 1996, donde el entonces gobierno del PSOE llegó a cerrar los Astilleros, que sólo pudieron abrirse ante un levantamiento popular sin precedentes, donde no se escatimaron formas de lucha, entre ellas, la quema de la sede del Partido Socialista, en ese momento en el poder. En estos últimos ocho años sólo ha habido más de lo mismo, una lenta agonía, que no es capaz de paliar ni las ayudas que se reciben de la Comunidad Europea, ni las declaraciones de buenas intenciones y proyectos de futuro de gobiernos locales, regionales y nacionales.
El temor de los sindicatos y los trabajadores es que el gobierno reaccionario del PP, como antes el del PSOE, hayan puesto fecha para el cierre de los Astilleros, y que esos terrenos al lado de la Bahía se conviertan en excelentes negocios para inmobiliarias y especuladores, mientras los trabajadores se ven obligados a ir al desempleo, las prejubilaciones y la emigración forzosa.
Visto lo visto en el día de hoy, con los ánimos y la ira que miles de obreros se manifestaron por la ciudad, no va a resultarles ni fácil ni gratis.