Villalar 2018: menos concurrido, más reivindicativo
El hito que han supuesto las últimas movilizaciones ciudadanas en defensa de la sanidad, el feminismo o las pensiones y la oportunidad de cambio que se vislumbra con las elecciones municipales y autonómicas a un año vista han sido hoy el hilo conductor de casi todas las intervenciones políticas que se han podido escuchar a los pies del monolito homenaje a los Comuneros de Castilla, en Villalar, en el día de Castilla y León. La fiesta, más reivindicativa que otros años, ha contado sin embargo con menos presencia de público: 16.000 personas, según fuentes de la Subdelegación del Gobierno.
El obelisco que mandó construir en 1889 el alcalde del municipio Fermín Vidal, se ha convertido un año más en el escenario en el que los partidos han lanzado al aire sus soflamas comuneras. Unos a los pies, repitiendo como cada año el rito de depositar un ramo de flores, otros como el PP, en las inmediaciones, sin querer protagonizar ningún acto político en el día de la Comunidad que gobierna desde hace ya más de un cuarto de siglo.
PP casi de incógnito
A las 9,30 horas de la mañana, cuando en la plaza del pueblo solo se pueden encontrar guardias civiles y escoltas de paisano, una nube de periodistas y cámaras y sólo algún que otro borracho despistado, han hablado a los medios el presidente regional del PP, Alfonso Fernández Mañueco y el presidente de la Diputación de Valladolid y presidente provincial del PP, Jesús Julio Carnero.
El segundo fue el primero en hablar para señalar el de hoy como “un día especial” y relacionarlo con “la Constitución del 78 que nos permite estar todos hoy aquí”. Carnero tuvo palabras de apoyo para los trabajadores de Made y Lindorff y para reivindicar infraestructuras como la autovía a León y la del Duero.
Para el presidente del PP de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco la de Villalar es una “fiesta que es un acto de libertad”. “Que la gente la viva como quiera, en Villalar o fuera”. Reivindicó el estatuto de autonomía la constitución del 78 y postuló a su partido como “fundamental para la gente y las tierras de Castilla y León”.
Ambos hablaron con los trabajadores de Made, la empresa con sede en Medina que está a punto de cerrar y que reclama soluciones al Ejecutivo regional.
La llegada del presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, volvió a colocar a toda comitiva ‘popular’ en lugares estratégicos para poder saludarle a su paso. Como ya es habitual, el presidente atendió a los medios de comunicación justo cuando sonaban las campanas de la iglesia del municipio. “Casualidad. Según las previsiones de alguno llevan ya 15 años tocando a muerto”, dijo el presidente antes de desear un “feliz Villalar allá donde cada uno decida celebrarlo”.
Como si se tratara de un guión al que solo hace falta cambiar los nombres, el presidente habló de la crisis de los trabajadores de la empresa Made –antes había recordado que su primera visita a Villalar fue en plena crisis por el cierre de Fontaneda- de la necesidad de encontrar nuevos socios, de la siempre insuficiente financiación autonómica y de la necesidad de que se convoque ya un Consejo de Política Fiscal y Financiera. Fue preguntado por el máster de Cifuentes, pero no quiso ir más allá del tradicional “ya está en los juzgados” y también por su partido. “Veo estupendamente a mi partido. ¡Sean felices!”, zanjó.
A pocos metros estaba previsto el encuentro con los trabajadores de Made. Con la consejera de Economía y Hacienda como escudera, Pilar del Olmo, Juan Vicente Hererra trasladó a los trabajadores el interés de dos empresarios por la factoría y de las dificultades existentes en la negociación. En plena plaza. Sin necesidad de despachos, pero con el mismo interés por la foto.
“¿Qué tal, señora? Ha ido hoy a la peluquería hoy ¿eh?”, espetó el presidente a una vecina del pueblo cuando inició su más que breve paseo por la calle Nuevo Mester de Juglaría por la que se sale de la Plaza Mayor. Apenas recorrió unos metros. Justo hasta alcanzar el bar Status, donde entró a saludar.
Parecía que la comitiva no acababa de arrancar. El portavoz del PP en el Ayuntamiento Antonio Martínez Bermejo, a la puerta del bar, mientras esperaba, saludaba al portavoz regional de Ciudadanos, Luis Fuentes, que caminaba hacia la campa para hacer acto de presencia.
El presidente del PP y la presidenta de las Cortes, Silvia Clemente, pusieron entonces rumbo hacia la campa, a la carpa instalada por la Fundación Villalar. Allí, durante la visita, el fotógrafo de últimoCero fue obligado a identificarse. Los agentes solo alegaron un motivo: “su atuendo”.
A esas horas, el presidente de la Junta, que había permanecido en el bar para no restar protagonismo en el diseño de la coreografía popular a Mañueco y Clemente, comenzaba a abandonar Villalar repartiendo saludos y abrazos con el alcalde del municipio y algún fotógrafo con el que llegó a posar.
La desaparición de los populares de la escena, como todos los años, significa el inicio de un maratón de comparecencias a los pies del monolito en la plaza del pueblo.
Monolito
Los primeros en llegar, los integrantes de Democracia Regionalista de Castilla y León. Suficientes para sujetar la pancarta que portaban, todos ellos se subieron a la escalinata del obelisco para clamar a los cuatro vientos y un escaso auditorio la “necesidad de que Castilla y León tenga voz propia con un partido realmente regionalista”.
El relevo lo tomaron los pensionistas. De sus gargantas salieron las primeras consignas contra el Gobierno del PP. “Rajoy y Cospedal, a Soto del Real” o “los recortes, hacerlos en las Cortes”, gritaron a su entrada en la plaza los que seguían la pancarta de la Coordinadora Por un Sistema Público de Pensiones. “La pensión es un derecho, no un negocio”, reclamaron antes de denunciar como un delito de “evasión de capitales” el plan de pensiones paneuropeo que se está impulsando desde determinados ámbitos de la Unión Europea. Convencidos de que “la movilización es el único camino”, se felicitaron por “haber conseguido que a casi tres millones de pensionistas les suban un 3% la pensión”, pero calificaron de “medidas insuficientes” las anunciadas por el Gobierno con las que “el PP nos quiere desmovilizar”. Blindaje de pensiones, retirada de los productos como el plan de pensiones paneuropeo, reforma del sistema de seguridad social y apertura de un debate social para superar un Pacto de Toledo “caduco y obsoleto” fueron algunas de las demandas que se pudieron escuchar antes de que se anunciar una nueva movilización para el próximo 5 de mayo, a las 12 de la mañana, en distintos puntos del país.
Podemos
El primer partido político con representación en las Cortes en homenajear a los comuneros con una ofrenda floral en el monolito fue Podemos. El secretario autonómico de los morados, acompañado por dos procuradoras de su grupo y el diputado nacional Miguel Vila, se refirió a la batalla de Villalar como “la más digna y honrosa de todas las derrotas” antes de reclamar que “la memoria tiene que estar presente”. “Nos vamos a dejar la piel para rescatar a los nuestros de las cunetas”, prometió.
Fernández habló de “año crucial”, gracias a las movilizaciones de pensionistas, defensores de la sanidad y las mujeres. “Ha llegado el momento de que Castilla y León se rebele contra la resignación, sí se puede”, ha concluido su intervención.
Izquierda Castellana
Con el atrezzo más colorido y organizado, tras Podemos, alcanzaron la plaza los militantes de Izquierda Castellana al grito de “Castilla mañana será republicana”, “Castilla no será cementerio nuclear” o “Pueblo Castellano, pueblo soberano”. En un discurso plagado de referencias al poema de los Comuneros y en el que no faltó el recuerdo para Doris Benegas y ‘El Chato’, se presumió de ser “un pueblo digno con motivos para serlo”. “Empujar hacia el progreso no es labor de hombres de medias tintas, es el deber de todo hijo de abril”, se dijo antes de gritar un “¡Viva Castilla soberana!” y entonar el Canto de Esperanza musicado por el Nuevo Mester.
Las banderas moradas estrelladas de IzCa no abandonaron la plaza y permanecieron allí para escuchar las intervenciones de los integrantes de las distintas plataformas en defensa de la sanidad pública de toda la Comunidad que hoy se han dado cita en Villalar.
Plataforma Sanidad Pública
“En esta plaza murió la idea de un pueblo de pueblos tras el abuso de una monarquía”, dijo una de las portavoces de las plataformas comparando a los monarcas y nobles corruptos de antes con los especuladores de ahora. Acabar con los recortes, especialmente en los que sufre la Atención Primaria rural, que se cubran todas las plazas, que no se cierren plantas de hospital mientras existan listas de espera, el rechazo a las Unidades de Gestión Clínica o acabar con “la sangría” del Hospital Universitario de Burgos, fueron sus reivindicaciones.
El próximo 26 de mayo, anunciaron, volverán a manifestarse en las calles de decenas de localidades de la Comunidad. También cerró el acto el Canto de Esperanza, pero en este caso, con una letra modificada para referirse únicamente a aspectos sanitarios.
PSOE
Cuando las campanas recordaban que ya eran las 12 del mediodía, muchos curiosos se acercaron hasta la plaza para ver la llegada del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que acertó a llegar al monolito tras repartir una buena cantidad de besos y selfies y tras haber escuchado algunos tímidos gritos de “¡presidente, presidente!”.
El alcalde de Villalar, Luis Alonso Laguna, fue el primero en tomar la palabra para felicitarse por ver su pueblo “inundado de amapolas comuneras”. La secretaria de Juventudes Socialistas en Castilla y León, Andrea Carrascal, tomó el relevo para dejar claro que “no se puede usar el poder para robar títulos de máster” y expresar a modo de deseo: “Nos merecemos un presidente socialista”.
El primer presidente de la Junta de Castilla y León, Demetrio Madrid, centró su intervención en la recuperación del ideal comunero llegando a nombrar improvisadamente comunero a Pedro Sánchez y sus críticas en su sucesor en el cargo a quien no llegó a nombrar (José María Aznar) a quien acusó de “intentar deslocalizar esta fiesta”.
El líder autonómico del PSOE, Luis Tudanca, también destacó que este año “se han movido muchas cosas y despertado muchas conciencias”, y advirtió que “a las derechas, que son iguales, hay que pararles los pies ya”. “Tras pedir una vez más el cese del consejero de Sanidad y anunciar que su partido “no se cansará de estar en las calles”, afirmó que el PSOE “va a devolver a las instituciones la dignidad que tuvo Demetrio Madrid”. “Pongámonos en pie, somos los únicos que podemos”, aseguró.
El líder del PSOE, Pedro Sánchez inició su intervención apuntando que socialismo debe ser “sinónimo de ejemplaridad” para señalar a Demetrio Madrid y apuntar como “esperanza” a Luis Tudanca, a quien encomendó la “responsabilidad” de “poner en marcha la Junta de Castilla y León tras décadas de PP”.
“No podía faltar a esta cita porque es una celebración que no se hace contra nadie”, dijo antes de defender la Constitución de 1978 y situar al PSOE “entre los recentralizadotes y los separatistas, apostando por la España de las autonomías”. “Somos los herederos de la diversidad y la igualdad del 78”, afirmó antes de anunciar que reformará y ampliará la autonomía local en caso de ser presidente.
Aludió al caso Cifuentes para criticar al PP. “Tienen máster pero suspenden en la defensa de la sanidad, las pensiones y la educación pública…”, dijo antes de reclamar un “compromiso firme de la Junta contra la despoblación” y que “se aclare con la autorización de la mina de Retortillo”.
Al bajar de los escalones del monolito a la comitiva socialista le esperaba una pancarta portada por vecinos del barrio de Pilarica de Valladolid reclamando el soterramiento del tren. La pancarta le persiguió hasta los soportales del Ayuntamiento donde los socialistas habían citado a la prensa para que Sánchez realizara declaraciones.
IU
A pesar de que el líder socialista concitaba la atención mediática en ese momento, no se interrumpieron las comparecencias en el monolito y los gritos del coordinador autonómico de IU, José Sarrión, anunciando la tercera república resonaron en la plaza. Puño en alto, Sarrión lanzó vivas a la lucha de la clase obrera y no dudó en entonar “no hay dos sin tres, república otra vez” antes de dar paso a portavoces de las plataformas salmantinas contra la mina de uranio.
Carlos Sánchez Mato, secretario Federal de Economía de IU se declaró “comunero del siglo XXI” y denunció que “las élites siguen medrando a nuestra costa”. “No solo hay que asaltar las instituciones, hay que tomar las calles para que las élites solo puedan esconderse en sus despachos”.
El procurador de IU en las Cortes, José Sarrión, más contundente aún, se refirió “al nuevo absolutismo que encarcela tuiteros, poetas y raperos” y llegó a gritar la consigna que pide que los Borbones se presenten a las elecciones. “El poder nos quiere sumisos y dormidos pero vamos a traer el espíritu comunero al siglo XXI, que significa defender la república”, anunció.
PCAS
Una gigantesca bandera morada castellana entró a la plaza mientras tomaban posiciones los representantes del Partido Castellano a los pies del monolito. Luis Marcos, acompañado por un senador de Compromís resumió en cuatro puntos sus demandas: contra la despoblación, “después de que hayan pasado 40 años sin hacer nada”, a favor de “una democracia real donde se persiga a la corrupción” y un nuevo modelo de estado federal. “No vamos a tragar con la recentralización”, advirtió antes de anunciar que su formación no va a consentir “el secuestro de los comuneros” en referencia a los actos que en 2021 conmemorarán el 500 aniversario de la batalla de Villalar.
Cerraron las intervenciones en el monolito de la Plaza Mayor de Villalar las protagonizadas por las distintas plataformas montadas contra distintos proyectos mineros en varias provincias de la Comunidad. Contaron con el respaldo de los líderes de PSOE, Equo e IU, entre otros.
Para cuando concluyeron los discursos y ofrendas en la Plaza Mayor de Villalar, ya habían comenzado distintos actos políticos en las carpas de distintas formaciones políticas ubicadas en una campa con menos afluencia de público que años anteriores. Fuentes de la subdelegación del Gobierno situaron en las 15 horas el pico de afluencia con la presencia de 16 autobuses, 7.300 turismos y un cálculo de 16.000 personas.