Vestas, Alcoa… ¡Salvemos A Mariña! ¡En defensa de todos los puestos de trabajo!

Por Corrente Vermella

 

Solidaridad con la plantilla de Vestas, multinacional danesa que a pesar de tener carga de trabajo quiere cerrar su planta de componentes para eólicos en A Mariña, tras llevarse una millonada en fondos públicos. La jugada de siempre se repite. La solución: ¡NACIONALIZACIÓN!

El anuncio de la empresa danesa Vestas de cierre de su fábrica en Viveiro supone un mazazo más a toda la comarca de A Mariña de Lugo, que desde hace meses viene luchando con los trabajadores de Alcoa en defensa de todos puestos de trabajo.

Es inaudito que en un momento en el que todos los gobiernos anuncian a bombo y platillo planes para avanzar en una economía «verde», que en Galicia está suponiendo una verdadera burbuja especulativa alrededor de los parques eólicos, se pueda admitir, ni siquiera a trámite el cierre de una empresa que fabrica máquinas eólicas, pues es abrir la puerta a las «bajas no traumáticas», es decir, a la venta de los puestos de trabajo y el final el cierre.

Ya lo hicieron con Siemens Gamesa, y ahora puede pasar con Vestas, y, ¿dónde está escrito que una empresa NO PUEDE SER NACIONALIZADA Y PUESTA AL SERVICIO DE LAS NECESIDADES SOCIAS Y DE LA SOSTENIBILIDAD? ¡QUE LA MAQUINARIA DE LOS EÓLICOS SE PRODUZCA AQUÍ! Vienen de rescatar una empresa turística, HOTUSA, con 141 millones de euros de la SEPI.

Desde que el PP asaltó la Xunta en el 2009, los cierres de empresas (Banco Pastor, Cajas, Vulcano, Siemens Gamesa, Poligal, etc. …) y privatizaciones de servicios no pararon de suceder, con la pérdida de millares de puestos de trabajo y población, forzada a la emigración.

Toda su política industrial se reduce a la turistificación de la economía alrededor del Camino de Santiago y a venderla a las multinacionales donde es «lugar de paso» para los procesos más contaminantes de la producción (eólicos, megaminaria, etc.), mientras el proceso productivo se cierra fuera: la leche o la madera son los ejemplos más significativos, y con el cierre de Vestas ahora la energía. Aquí se produce la leche, la madera y el viento, y tenemos que importar los productos manufacturados y pagarlo a precio de oro, como ahora a energía eléctrica (¡negocio redondo!).

Para ellos Galicia sigue siendo mano de obra barata y creadora de materias primas que las multinacionales como las empresas españolas roban al pueblo trabajador gallego, que para la Xunta del PP tiene que quedar vacío para que sus amigos de la burbuja eólica pongan todos los parques que quieran con máquinas fabricadas había sido. Solo por eso, Feijoo y el PP tienen que salir YA de la Xunta. No se puede esperar 2 años a los resultados de las elecciones, pues al camino que vamos, no habrá gallegos que defender.

Pero la situación industrial de la Galicia no solo es responsabilidad de la Xunta, sino que hace parte de la llamada«Agenda 2030, por un desarrollo sostenible» defendida por el gobierno del PSOE UP que apoya el BNG en el pacto de investidura, abriendo una nueva «reconversión industrial» que recuerda la de los 80 y la «modernización» que prometiera Felipe González.

En el nombre de la sostenibilidad cerraron las térmicas y minas por imposición del capital alemán que está reabriendo minas de carbón, amenazan la Refinería de A Coruña que no hace inversiones para reconvertirse dentro de esa agenda, quieren cerrar ENCE, etc., en un proceso agudo de desindustrialización y turistificación («ciudades de servicios», le llaman algunos), poniendo en peligro más de 10 mil empleos directos en la industria y Galicia no puede permitirse el lujo de perder un solo puesto de trabajo más.

Los responsables de la situación son a partes iguales la Xunta y el Gobierno Central, pues si de verdad se creen sus anuncios de avanzar en una “economía sostenible» no hubieran aceptado cierre de Siemens Gamesa, como no pueden admitir el de Vestas, sino que la integrarían en un plan industrial sustentable.

La UE, el Gobierno Central y la Xunta su parte, se van a gastar 140 000 000 000 de euros en rescatar a las grandes empresas, para reconstruir la economía tras la pandemia, haciendo más ricos a los ricos mientras las empresas se deslocalizan, cierran y despiden trabajadores/as.

La clase trabajadora y el pueblo tienen que luchar justo por lo contrario; para romper esta dinámica infernal de Galicia, de «ser un lugar de paso» donde instalar industria altamente contaminante (desde hace unos años están a vueltas con la megaminaria) no llega con medidas que no rompen con el capitalismo y la lógica del beneficio que mueve todas sus decisiones (cierres, deslocalizaciones, etc.); es necesario expropiar a los capitalistas y nacionalizar toda la industria para ponerla al servicio de la reconstrucción de la economía que resuelva las necesidades sociales, y bajo control de los trabajadores y trabajadoras.

Pero para eso es precisa la mayor unidad de la clase trabajadora alrededor de los que hoy están luchando contra los cierres, Vestas, Alcoa, AluIberica, Ence.

Puede parecer, y así lo van a presentar las cúpulas sindicales de UGT y CCOO que no quieren crear conflictos a su gobierno, que el único camino y el más «fácil» para defender los puestos de trabajo es la negociación y la confianza en los gobiernos; pero esto no es lo que demuestra la experiencia de los compañeros de Alcoa, que después de haber firmado la «paz social» a la espera de medidas de los gobiernos, tienen que retomar el camino de la huelga y la movilización.

¡Que no vendan la confianza en los gobiernos! Desde la reconversión industrial de los años 80 ningún gobierno modificó sus planes de desindustrialización: el ejemplo dramático lo tenemos bien cerca de todos, Ferrolterra. 40 años de promesas de reindustrialización son papel mojado, ningún gobierno, de ningún color, hizo absolutamente nada.

El camino de la confianza en las promesas de los gobiernos es un callejón sin salida para la clase trabajadora. Lo único que se puede prometer es que solo con la lucha independiente de la clase trabajadora y los sectores populares que van a ver empobrecidos por los cierres, es posible frenar los planes de cierres y reconversión industrial. Quien diga o venda lo contrario, miente.

Por todo ello, es preciso que las organizaciones sindicales, sociales y políticas que rechazan la desertificación industrial de Galicia, presenten un frente común y un plan de movilizaciones generales para salvar A Mariña y la industria gallega.

 

LA SOLUCIÓN: NACIONALIZACIÓN


Vestas, Alcoa, …SALVEMOS A MARIÑA

EN DEFENSA DE TODOS OS POSTOS DE TRABALLO

 

Solidaridad con la plantilla de Vestas, multinacional danesa que a pesar de tener cargar de trabajo quiere cerrar su planta de componentes para eólicos en A Mariña, tras llevarse una millonada en fondos públicos. La jugada de siempre se repite. La solución: ¡NACIONALIZACIÓN!

O anuncio da empresa danesa Vestas de peche da sua fábrica en Viveiro supón un mazazo mais a toda a comarca da A Mariña, que desde fai meses ven loitando cos traballadores de Alcoa en defensa de todos postos de traballo.

É inaudito que nun momento no que todos os gobernos anuncian aos catro ventos plans para avanzar numha economía “verde”, que na Galiza está supoñendo umha verdadeira burbulla especulativa ao redor dos parques eólicos, se poda admitir, nin sequera a trámite o peche dumha empresa que fabrica maquinas eólicas, pois é abrir a porta ás “baixas non traumaticas”, é dicer, á venda dos postos de traballo e o final o peche.

Xa o fixeron con Siemens Gamesa, e agora pode pasar con Vestas, e donde está escrito que umha empresa NON PODE SER NACIONALIZADA E POSTA AO SERVIZO DAS NECESIDADES SOCIAS E DA SUSTENTABILIDADE? QUE A MAQUINARIA DOS EOLICOS PRODUZASE AQUÍ! Veñen de resgatar a umha empresa turística, HOTUSA, con 141 millóns de euros da SEPI.

Desde que o PP asaltou a Xunta no 2009, os peches de empresas (Banco Pastor, Caixas, Vulcano, Siemens Gamesa, Poligal, etc. …) e privatizacións de servizos non pararon de suceder, coa perda de milleiros de postos de traballo e poboación, forzada á emigración.

Toda a súa política industrial reducese á turistificación da economía ao redor do Camiño de Santiago e a vendela ás multinacionais onde é “lugar de paso” para os procesos mais contaminantes da produción (eolicos, megaminaria, etc.), mentres o proceso produtivo pechase fora: o leite ou a madeira son os exemplos mais significativos, e co peche de Vestas agora a enerxía. Aquí prodúcese o leite, a madeira e o vento, e temos que importar os produtos manufacturados e pagalo a prezo de ouro, como agora a enerxia electrica (negocio redondo!).

Para eles Galiza segue sendo man de obra barata e creadora de materias primas que as multinacionais como as empresas españolas rouban ao pobo traballador galego, que para a Xunta do PP ten que quedar baleiro para que os seus amigos da burbulla eólica poñan todos os parques que queiran con maquinas fabricadas fora. Só por iso, Feijoo e o PP teñen que saír XA da Xunta. Non se pode esperar 2 anos aos resultados das eleccións, pois ao camiño que imos, non haberá galegos que defender.

Mas a situación industrial da Galiza non só é responsabilidade da Xunta, senón que fai parte da chamada “Axenda 2030, por un desenvolvemento sustentable” defendida polo goberno do PSOE UP que apoia o BNG no pacto de investidura, abrindo umha nova “reconversión industrial” que lembra a dos 80 e a “modernización” que prometera Felipe Gonzalez.

No nome da sustentabilidade pecharon as térmicas e minas por imposición do capital alemán que está a reabrir minas de carbón, ameazan a Refinaría da Coruña que non fai investimentos para se reconverter dentro desa axenda, queren pechar ENCE, etc., nun proceso agudo de desindustrialización e turistificación (“cidades de servizos”, chámanlle algúns), poñendo en perigo mais de 10 mil postos de traballo directos na industria e Galiza non pode permitirse o luxo de perder un só posto de traballo mais.

Os responsábeis da situación son a partes iguais a Xunta e o Goberno Central, pois se de verdade acreditaran nos seus anuncios de avanzar numha “economía sustentable” non tiveran aceptado peche de Siemens Gamesa, como non poden admitir o de Vestas, senón que integraríanas nun plan industrial sustentábel.

A UE, o Goberno Central e a Xunta a sua parte, van se gastar 140 000 000 000 de euros en resgatar ás grandes empresas, para reconstruir a economía tras a pandemia, facendo mais ricos aos ricos mentres as empresas deslocalízanse, pechan e despiden traballadores/as.

A clase traballadora e o pobo teñen que loitar xusto polo contrario; para romper esta dinámica infernal de Galiza, de “ser un lugar de paso” onde instalar industria altamente contaminante (desde fai uns anos estan a voltas coa megaminaria) non abondan saidas que non rompen co capitalismo e a loxica do beneficio que move todas as suas decisións (peches, deslocalizacións, etc.); é necesario expropiar aos capitalistas e nacionalizar toda a industria para poñela o servizo da reconstrución da economía que resolva as necesidades sociais, e baixo control dos traballadores e traballadoras.

Mas para iso é preciso a maior unidade da clase traballadora ao redor dos que hoxe están loitando contra os peches, Vestas, Alcoa, AluIberica, Ence.

Pode parecer, e así van-no presentar as cúpulas sindicais de UXT e CCOO que non queren crear conflitos ao seu goberno, que o único camiño e o mais “fácil” para defender os postos de traballo é o da negociación e a confianza nos gobernos; mas esto non é o que demonstra a experiencia dos compañeiros de Alcoa, que despois de ter asinada a “paz social” á espera de medidas dos gobernos, teñen que retomar o camiño da folga e a mobilización.

Que non vendan a confianza nos gobernos! Desde a reconversión industrial dos anos 80 ningún goberno modificou os seus planes de desindustrialización: o exemplo dramático témolo ben perto de todos, Ferrolterra. 40 anos de promesas de reindustrialización son papel mollado, ningún goberno, de ningunha cor, fixo absolutamente nada.

O camiño da confianza nas promesas dos gobernos é un calexon sen saída para a clase traballadora. O único que se pode prometer é que so coa loita independente da clase traballadora e os sectores populares que van se ver empobrecidos polo peches, é posible frear os plans de peches e reconversión industrial. Quen diga o venda o contrario, minte.

Por todo iso, é preciso que as organizacións sindicais, sociais e políticas que rexeitan a desertificación industrial da Galiza, presenten umha fronte común e un plan de mobilizacións xerais para salvar a Mariña e a industria galega.

 

A SOLUCIÓN, NACIONALIZACION!

 

Fuente: Corriente Roja

 

 

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