Venezuela. La Unión Bicentenaria de los Pueblos-Capítulo Chile exige castigo por la masacre de los revolucionarios de Barinas
La Unión Bicentenaria de los Pueblos, Capítulo Chile, UBP-Chile, en la voz de su Presidente, Juan Cuevas Cerda, «hace propio el dolor del pueblo chavista ante el cruel asesinato de seis jóvenes revolucionarios de la Reserva Ticoporo del municipio Sucre del estado Barinas, a manos de mercenarios probablemente pagados por terratenientes de la zona».
Las y los muchachos pertenecían a la Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora y las Brigadas de Defensa Popular Hugo Chávez, y fueron vilmente atacados y acriminados mientras componían una motocicleta.
Hace días que, en el marco de las victorias multilaterales del gobierno chavista ante el apoyo de los Países No Alineados y las organizaciones sociales y políticas reunidas en el Foro de Sao Paulo, las llamadas Autodefensas Colombo Venezolanas atacaron unidades militares de la FANB y amenazaron a los cuerpos de seguridad y a militantes chavistas.
El dirigente de la UBP-Chile, Juan Cuevas, afirmó que, «No nos cabe dudas que los intereses del imperialismo estadounidense y el régimen uribista de Iván Duque en Colombia hacen parte comprometida con este nuevo crimen que enluta al pueblo venezolano y a sus dirigentes.
Con la vergüenza de provenir de un país cuya administración del Estado, encabezado por el pinochetista Sebastián Piñera, coincide de manera subordinada con los intereses espurios del Pentágono sobre la Venezuela Bolivariana, les representamos nuestro dolor y solidaridad genuina hacia los familiares, amigos y compañeros de los jóvenes asesinados en Barinas.
Hermanas y hermanos de los pueblos de Bolívar, de la Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora, de las Brigadas de Defensa Popular Hugo Chávez, y del gobierno revolucionario y constitucional de Venezuela, junto con nuestro poeta mayor, Pablo Neruda, les decimos:»
«Entonces, en el sitio
donde cayeron los asesinados,
bajaron las banderas a empaparse de sangre
para alzarse de nuevo frente a los asesinos.
Por esos muertos, nuestros muertos,
pido castigo.
Para los que de sangre salpicaron la patria,
pido castigo.
Para el verdugo que mandó esta muerte,
pido castigo.
Para el traidor que ascendió sobre el crimen,
pido castigo.
Para el que dio la orden de agonía,
pido castigo.
Para los que defendieron este crimen,
pido castigo.
No quiero que me den la mano
empapada con nuestra sangre.
Pido castigo.
Los quiero ver aquí juzgados
en esta plaza, en este sitio.
Quiero castigo.»