Catherine Nixey vuelve a la carga contra el monopolio de la versión oficial que la Iglesia defiende, instalada en el poder desde la conversión del emperador Constantino, ya se había detenido la periodista británica en su implantación (https://archivo.kaosenlared.net/la-implantacion-violenta-del-fanatismo-cristiano/); en esta ocasión retrocede a los tiempos en que nació esa nueva religión, que a lo largo de los años fue eliminando algunos de los textos que hablaban de su figura tutelar, Jesús, los llamados evangelios apócrifos y otros, hasta elevar al nivel de verdaderos, y únicos, los canónicos (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) y sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas, por sus similitudes) que pasaron a ser considerados como los que ofrecían un retrato del verdadero Jesús, de su vida y milagros, de sus padres, seguidores, etc. Es obvio que estos últimos textos, vencedores, fueron escritos años después de la supuesta existencia del Jesús el nazareno, o el belenero…no sé, escritos entre los años 70 y 110 de la Era Común. El hit creado en todas sus piezas, como no podía ser de otro modo, pretendía dar una imagen venerable, sin tacha, del considerado mesías -hijo de Dios, y Dios él mismo- y fundador de la nueva secta que con el paso del tiempo se erigió en Iglesia oficial, poderosa depositaria del mensaje de su líder como modelo a seguir.
Vaya por delante que la autora no pone en duda en ningún momento la existencia del sujeto que respondía al nombre de Jesús, otra cosa obviamente son sus andanzas y milagros y otras yerbas, que en los diferentes relatos existentes le convirtieron en una poliédrica figura, lo que no quita para que dé cumplida cuenta de que en aquellos tiempos y por aquellas tierras brotaban como setas sujetos que decían ser Dios, o enviados por él, mesías, salvad ores, lo que servía de cachondeo para los escritores e historiadores romanos, amén de que las diferentes historias que acerca del dicho Jesús, hacen que la imagen de éste, aunque se dé por buena su existencia, sea plural, contradictoria y, en no pocas ocasiones, nada respetable, ni presentable. Sí quisiera señalar que en este orden de cosas, la tesis que mantiene Michel Onfray acerca de la figura de Jesús como la de un personaje de leyenda, literario, conceptual (https://kaoenlared.net/michel-onfray-lector-de-la-biblia/) que sirvió y sirve para lo que sirve. Pero vamos al libro de Catherine Nixey : «Herejía. Las vidas de Jesucristo y otros salvadores del mundo antiguo», editado por Taurus. No me resisto a traer a colación cómo la recepción de la obra de la escritora (y en el mismo pack la del filósofo normando) ha provocado reacciones airadas, como la exhibida por Jesús con los mercaderes del Templo, simplistas y, desde luego, nada caritativas: así en una publicación de fuertes resabios cristiano-rancios, ReligiónenLibertad, se lee entre otras lindezas, y me limito a los titulares – y a algunas historietas que los completan- : Ensayistas peleones pero sin datos nuevos: una recicla apócrifos; el otro, ideas del siglo XIX. Onfray y Nixey, dos indocumentados con trauma, vuelven con libros, más bien flojos, contra Jesús. Lo del trauma, endosado por estos clarividentes estudiosos del alma humana (en griego psique), lo deducen de que la mujer- como ella misma reitera en su libro- recibió una educación estricta y rigorista en su hogar; al hombre le viene el trauma de que estuvo interno en un centro escolapio…así pues, ambos rebotados, escriben por mero resentimiento. Amén. Un mínimo respeto a la lógica indica que de una premisa falsa cualquier cosa se puede seguir, en pura aplicación de la reductio ad absurdum . Pues eso, pero vamos a la obra de Nixey.
Avisa la autora en una Nota inicial que «en este libro hay muchas, muchísimas historias, y el lector tal vez se pregunte : “¿Cuál es la correcta?”. Es muy importante dejar bien claro desde el principio que en el libro no se tomará ninguna postura al respecto. No se intentará en absoluto decidir cuál de esos relatos -los que hablan de Jesuses asesinos o de Marías dotadas de poderes milagrosos- es más plausible […]. Los relatos evangélicos conocidos hoy día fueron populares desde el primer momento. Pero también lo fueron otros [de diversas historias] en el presente libro se van a contar las otras», las ocultadas, descartadas…y ya en el Prólogo, anterior a la Nota citada, se comienza con brío, al transcribir un amplio pasaje del Evangelio de la infancia de Tomás, en donde se ofrece una visión completamente insólita de la que se acostumbra a dar del bondadoso Jesús: un niño que dejaba paralíticos a otros que no entraban en su juego, o provocando la muerte de un niño que se tropezó con él…que se enfrentaba con José…A lo largo del libro, como prometido, veremos las versiones ofrecidas por los Hechos de Pedro, Hechos de Pedro y Andrés, Hechos de Tomás,Evangelio de la infancia de Santiago, el Apocalipsis de Pedro, y el de Pablo, el Liber reliquiei Mariae, y otros..ha de tenerse en cuenta que se llegaron a contabilizar cuarenta y tanto evangelios, quedando en pie cuatro dados por los buenos y únicos por la Iglesia. Dándose cabida igualmente, en el libro, a las opiniones de historiadores griegos, Luciano de Samosata, y romanos como Polibio, Juvenal, Celso e historiadores y especialistas posteriores que escribieron sobre estos asuntos.
Si en el Evangelio de Juan se habla de que al principio fue el Verbo, es claro que esta pretendida unidad entra en contradicción con diferentes verbos, relatos, que hacen que podría aplicarse al tema aquello que Aristóteles afirmase con respecto al ser, que se dice de múltiples maneras. A todas las versiones, exceptuadas las cuatro elegidas, elaboradas, peinadas y pulidas, se las persiguió y a quienes las seguían se les consideró herejes, que en origen significaba elección, para más tarde pasar a significar, de mano del amoroso cristianismo, persecución y castigo; ofrece Nixey algunas pistas etimológicas sobre el término herejía, elevada al máximo por el cristianismo, cuando de hecho tal apropiación suponía un cambio de sentido al original griego que provenía del verbo hairéo, que significaba escoger, siendo la forma herejía –haíresis en griego- era elección, teniendo el término connotaciones positivas, el cristianismo lo convirtió en veneno que debía ser perseguido y eliminado. En la medida en que pasamos las páginas vamos conociendo a varios Jesuses bien diferentes, comparándose sus milagrosas acciones y otras cuestiones, con otros personajes venerados como Asclepio -relacionándolos con personajes de la mitología griega- o Apolonio, Sócrates o Alejandro Magno y otros considerados como seres divinos…y se ofrece la figura de un personaje vengativo y violento, capaz de hacer que otro fuese crucificado en vez de él, que se enfrentaba con acritud a sus progenitores, y qué decir con respecto a éstos: José un marido mosqueado por el embarazo de su mujer, y una María cuya vagina quemaba, como sucedió cuando una mujer trató de comprobar su cantada virginidad, saliendo escaldada por de aquel órgano salía fuego. Discusiones abundantes son presentadas acerca de dicha virginidad, de los hermanos y hermana de Jesús y las inagotables disputas teológicas sobre la virginidad y si ésta solamente se mantuvo en el caso del nacimiento de Jesús, no de sus hermanos…y peliagudas discusiones, tan peregrinas, como las referidas a si Jesús defecaba o no, ya que su carácter divino…no parecía poder ligarse con tales necesidades orgánicas, sucias ellas… Acerca de diversos milagros se pueden ver diferentes versiones o contradicciones, ya sea, no sólo, obviamente, por la imposibilidad física sino por cuestiones relacionadas con las estaciones del año (así la higuera que resulta secada cuando e hecho en la época del año tal árbol no podía dar fruto…cuestión señalada por Bertrand Russell, entre otros); la explicación de la trinidad era objeto también de variaciones bien distantes: así, había representaciones del Espíritu Santo como mujer. Se puntualizan aspectos referidos al nacimiento de Jesús, tanto en lo que hace al lugar, y la compañía de animales, presencia añadida posteriormente, del mismo modo que se pasa por el filtro de la realidad histórica el viaje de los reyes de Oriente…en aquellos tiempos en que adivinos, magos, hechiceros venidos de Egipto y demás surgían por doquier; significativas resultan en este orden de cosas las representaciones de Jesús con una bastón o una vara en la mano, instrumento propio de los magos y similares. Se ofrecen ejemplos de que el robo de sepulturas y la desaparición de cadáveres era cosa frecuente, lo que muchas veces era presentado como resurrecciones. La presencia de las terribles descripciones del infierno presentes en algunos de los textos eliminados, desaparecieron en los evangelios canónicos; tal vez para no espantar a posibles seguidores de la nueva religión.
Si, como queda dicho y comprobado, al hablar de evangelios se nombran cuatro (esos sí que fue fruto de cancel culture), muchos más fueron escritos, leídos, y creídos, por mucha gente y no solamente en los pagos occidentales, como habitualmente se sostiene, sino que se dio una extensión hacia Oriente, en donde florecían diferentes sectas que seguían sus evangelios, y que mantenían ciertos rituales bien alejados de la ortodoxia de los venerables Padres de la Iglesia, suponiendo, en algún caso, que las relaciones sexuales formaban parte de iniciación en la fidelidad al credo presentado y respetado. También se ofrece la extensión hacia el norte europeo y a África.
Muchísimas historias más son presentadas en el libro, lo que hace que su lectura resulte francamente entretenida y de sumo interés, a no ser que quien se acerque al libro vaya pertrechado con una creencia firme, fiel al Credo, que le hará considerar todas las historias presentadas como una verdadera aberración sacrílega y que el libro en su totalidad responde al título que lo encabeza: una herejía, o un cúmulo de ellas, aunque seguro que éstos no abrirán el libro con sólo ver la portada. No se ha de dejar de lado la importancia que Catherine Nixey otorga a muchos de esos textos eliminados si en cuenta se tiene que su influencia, y presencia, en obras literarias y artísticas de relieve como las de Dante, Milton, o la pintura de Giotto, o composiciones musicales de Bach, Xenakis, entre otros, es notoria.
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Aquí van algunas referencias a otros comentarios de textos relacionados con el mismo tema:
https://archivo.kaosenlared.net/de-cristos-las-religiones-y-otras-yerbas/
https://archivo.kaosenlared.net/por-los-clavos-de-cristo/
https://kaosenlared.net/inspiraciones-cristicas/
https://kaosenlared.net/el-triunfo-del-cristianismo/
https://kaosenlared.net/la-biblia-humana-demasiado-humana/