Varapalo a Netanyahu: Eurovisión no se celebrará en Jerusalén
En contra de los deseos del ejecutivo de Netanyahu, la European Broadcasting Union (EBU) ha decidido fijar Tel Aviv como escenario del próximo certamen de Eurovisión. “Todos los lugares barajados eran increíbles”, declaró Jon Ola Sand, supervisor ejecutivo de la EBU, “pero finalmente decidimos que Tel Aviv sería el mejor marco para el mayor evento de música en directo de todo el mundo”.
La decisión supone un revés para el gobierno israelí, que pretendía utilizar Jerusalén como ciudad eurovisiva. La intención de Netanyahu era, mediante el desarrollo en la metrópolis del concurso musical, hacer que Jerusalén fuese reconocida internacionalmente como capital de Israel. La ocupación sionista de la ciudad no es nueva: se inició en 1967, cuando las tropas israelíes sitiaron la ciudad palestina por el este.
Tanto es así que el goteo de artistas que se están negando a actuar en ciudades israelíes cada vez es mayor: de Roger Waters a Brian Eno, pasando por Lana del Rey. La cantante neoyorquina hizo público, la semana pasada, un comunicado con el que anunció la cancelación de su concierto en el Meteor Festival de Israel, “hasta el día en que pueda ofrecer un concierto”, escribió, “ tanto a mis fans israelíes como a mis fans palestinos”.
Miri Regev, el ministro de cultura de Netanyahu, ha dicho que Eurovisión no debería tener cabida en Israel a no ser que se celebre en Jerusalén. También hay voces alertando sobre que, si el certamen se celebrarse en sabbath, los judíos ultraortodoxos podrían intentar boicotear el evento musical. Pese a ello, la European Broadcasting Union se mantiene firme en su decisión: Eurovisión será en Tel Aviv o no será.