Uruguay. 1973 – 9 de Julio – 2020
Ya han pasado 47 años de la manifestación más hermosa de mi vida. Pero también la que vi con mas represión, estaban usando el ejercito, con tanquetas y armados a guerra. Los soldados en muchos caso estaban pintados a guerra, iban a la guerra. Su enemigo era el Pueblo Uruguayos que se había dado cita en la avenida 18 de Julio “a las 5 en punto de la tarde”, como en los versos de Federico García Lorca que recitaba en forma constante Rubén Castillo en su programa de radio Sarandí. Tal vez, a 47 años de este hecho, no comprendamos bien lo que pasaba en esos días, habían transcurrido ya 13 días de una huelga general, que era por la libertad, contra el fascismo, contra el golpe de estado que habían protagonizado civiles y militares. La represión venia dura, en el desalojo y vuelta a ocupar de las fábricas, oficinas, talleres y lugares de trabajo, el ánimo podía venir bien, pero la comida en la mesa del trabajador comenzaba a faltar. La CNT y la FEUU habían sido declaradas ilegales y sus dirigentes requerido, cuando ya muchos habían sido detenidos. Habían muerto asesinados a balazos por la espalda dos estudiantes el primero fue Ramón Pere, estudiante de Veterinaria y profesor. Fue baleado por dos policías de particular en Pedro Bustamante y Rivera. El día 8 por la noche a eso de las once fue asesinado por la espalda mientras realizaba una pintada en la calle que hoy lleva su nombre (ex Campamento) y Teniente Rinaldi, el joven estudiante y vendedor de diario Walter Medina. Fue asesinado de tres balazos en la espalda por un agente de la Guardia Republicana destacado en la seccional 17 de nombre José Ricardo Cisneros. Trece días de huelga general, como bien lo dijo Enrique Rodríguez, en su libro Raíces del Movimiento Obrero uruguayo, era una huelga como pocas en el mundo. NO fue espontanea, NO era insurreccional, era por la LIBERTAD y en contra el despotismo. La dictadura que se instauraba en el Uruguay, recibió el apoyo una parte de los partidos blancos y colorados. Los apoyos civiles fueron los de la Asociación de Bancos, las cámaras empresariales del comercio y la industria, la Asociación Rural, la Federación Rural. Las grandes empresas agradecidas de poder destituir a sus empleados sin pago de despidos. Los grandes medios de comunicación de la época, sean prensa, radio o TV apoyaron sin reparo al régimen dictatorial, que nacía huérfano de apoyo del pueblo.
Sin que se pudiera convocar masivamente, la manifestación fue una de la más grande de historia del Uruguay. La represión fue brutal y despiadada por 18 de Julio entre Ejido y Plaza Independencia. Las calles laterales como Colonia, Mercedes, San José también fueron testigos de esa represión realizada por el ejército contra el pueblo uruguayo. No solo fotos tomadas por fotógrafos profesionales y amateur, sino que será filmada por dos universitarios que se las ingeniaron para subir al primer piso del bar del Rex que estaba en Julio H. y Obes y 18 de Julio y filmar desde allí. Ellos eran Alejandro Legaspi y Sergio Villaverde. Tanto los militares y como sus “ayudantes civiles” ese día tenían sed de represión y de sangre. Cuando las tanquetas que venían por Agraciada y luego por Julio H. y Obes, los soldados dispararon decenas, tal vez centenas de balas, después se dirá que eran de fogueó. A las siete la calma era muy tensa y el ejército cortó la energía eléctrica de las calles, comenzando el ataque al diario El Popular. Allí se dio la muerte violenta de los medios de comunicación popular. La Libertad de Prensa, desaparecía por 13 largos años. Una tanqueta con gruesa cadenas amarradas a la puerta, la arrancara de cuajo, luego los “defensores de la libertad” subirán dos pisos rompiendo y destruyendo de forma endemoniada todo el mobiliario y maquinaria del diario. El 9 de julio, es una de las noches más negras de la libertad de prensa, pero los medios comunicación del gran capital financiero como los son El País, El Observador, Búsqueda, las radios en su inmensa mayoría, los canales de T.V. privados, ninguno recuerda la barbarie que se cometió contra los TRABAJADORES de la prensa como lo eran los del diario El Popular. Ese día, luego de “tirarlos” literalmente por las escaleras, más de 130 trabajadores, hombres y mujeres, fueron puestos en fila sobre la calle Rio Branco donde se realizara un simulacro de fusilamiento. Todo para asustar y crear miedo. Cargados en omnibus, fueron a parar a la Jefatura, seccionales de policía y finalmente al cilindro. La destrucción y el robo de todo lo que pudieron manotear tanto soldados, como los civiles que participaron en este hecho vandálico, fue terrorífico. Al día siguiente comenzara la clausura del diario por 10 ediciones. Por varios días la información más veraz quedaba en manos del matutino “Ahora” y el vespertino “Ultima Hora”. Aunque pocos recordemos estos hechos luego vendrá la cárcel para decenas de compañeros, otros marcharan al exilio, y los más a la clandestinidad. Esta vez no sabemos si el colectivo de ex trabajadores del diario El Popular se reunirá a “las cinco en punto de la tarde”, tal como lo dijera Rubén Castillo en su programa de Radio Sarandí, en 18 de Julio y Rio Branco. YO estaré porque se lo debemos a Manuel Brieba, desaparecido; Norma Cedres asesinada en el penal de Puta de Rieles. Se lo debemos a todos los compañeros que ya no están con nosotros. Con un Clavel o una Rosa, ellos nos están mirando. A las cinco en punto de la tarde……….
WILLIAM MARINO