Uribe, NO en nombre de nuestros hijos…
El día primero de marzo el indigno presidente de Colombia, Alvaro Uribe Vélez, hizo su alocución para anunciar oficialmente el supuesto triunfo de su gobierno yde sus “héroes de la patria” por haber “dado de baja en combate” a uno de los Jefes del Secretariado de las FARC, Raúl Reyes, junto a 17 guerrilleros más.
No se a ciencia cierta que causa más repulsión y da más grima de este pobre e ilegítimo presidente ysu séquito de ministros y altos mandos militares: Si la falta de pudor y humanidad expresada en la inocultable alegría con la que presentaron este nuevo falso positivo, -y digo falso positivo porque ahora tenemos la certeza de que lo ocurrido no fueron “bajas en combate” sino otra vil masacre propia del Estado Terrorista colombiano-; O si el corroborar como muchos sospechábamos, que un acto oscuro como este no podría haber sido posible sin la participación en la acción criminal, de fuerzas de Estados Unidos eIsrael, y gracias a la genuflexión propia del lacayo Uribe; O si las descaradas mentiras de Uribe a su homólogo el presidente ecuatoriano Rafael Correa para justificar la violación a la soberanía, al territorio y a la buena fe del presidente y del pueblo ecuatoriano. Sin embargo, hubo un hecho adicional que meofendió en lo más profundo de mi ser como mujer del pueblo colombiano, el escuchar que este presidente mafioso y paramilitar defendiera lo indefendible en nombre de la “felicidad de los niños” y de las nuevas generaciones de esta patria.¡Cuanto cinismo!
En el pasado mes de diciembre, mi hijo que ronda entre la niñez y la adolescencia escribió una carta de año nuevo para el Comandante Raúl Reyes. Infortunadamente no tuve la precaución de guardar una copia de la misma, pero recuerdo bien que mi hijo le llamaba Camarada y en la carta le expresaba su profunda admiración al Comandante Raúl por su entrega a la causa del pueblo y hacía extensivos a sus demás compañeros en las FARC, los elogios por lo que mi hijo en su corta edad entendía como los atributos de un buen revolucionario. También mi hijo le anunciaba que lo visitaría para “intercambiar ideas” y aprender todo lo que más pudiera de él.
Como madre y mujer del pueblo sentí mucho orgullo de mi hijo e hice todo lo posible porque la carta llegara a su destino.
Pocos días después llegó a las manos de mi hijo la respuesta del Comandante Raúl Reyes, y no se quien de los dos, si mi hijo o yo, estaba másfeliz.Ahora quiero compartirle al mundo algunos de sus apartes, con el permiso de mi hijo, quien ha sentido como muchos de nosotros, el pueblo colombiano, el más profundo dolor por la ausencia corporal de este gran Revolucionario.
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“Enero, 6 de 2008
Apreciado Daniel, en primer lugar, quiero saludarlo con fuerte abrazo y desearle todo lo mejor durante el año de 2008.
En segundo lugar, permítame resaltar su expresiva carta del pasado 31 de diciembre donde hace alta valoración de mis tareas revolucionarias. Reconocimiento que, prefiero transferir a las FARC, Organización política militar a la cual debo buena parte de mi formación, por más de 25 años. Tiempo en el cual he tenido el privilegio de ver crecer este glorioso Ejército del Pueblo y modestamente aportar algo de mis capacidades físicas e intelectuales en la formación de nuevos combatientes, hombres y mujeres provenientes de las más diversas extracciones sociales.
Tenga Usted la seguridad de nuestro cabal compromiso de lucha revolucionaria por una Nueva Colombia, justa, igualitaria y soberana, en beneficio de las mayorías pobres, explotadas y oprimidas por el Estado y los gobiernos de las oligarquías.
La máxima instancia de dirección política y militar de las FARC es el Secretariado del Estado Mayor Central, organismo constituido por siete camaradas, a cuya cabeza se encuentra nuestro Comandante en Jefe, Manuel Marulanda Vélez.
…No olvide que es mi Invitado permanente… sin que afecte sus estudios ni el trabajo.
Me despido de Usted con un fuerte abrazo…
Raúl”.
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Uribe, como mujer del pueblo y como madre quiero anunciarle que para infortunio suyo y los de su clase, el Comandante, el Revolucionario, el Camarada Raúl Reyes ahora es ya inmortal, es de “esos muertos que nunca mueren”.
Camarada Raúl, ya su sangre y la de los demás camaradas caídos es semilla que ha tocado suelo fértil. Nosotros, quienes tuvimos la fortuna de conocerlo y aprender de su ejemplo, continuaremos el camino hasta alcanzar esa Patria Grande, esa Nueva Colombia con y para nuestros hijos.
Presidente Chávez, no lo dude, cuente con que el pueblo colombiano dará la definitiva batalla de Ayacucho y con su pueblo y los demás pueblos de Nuestra América construiremos entre todos esa Patria Grande con la que soñó Bolívar.