
¿Una recesión de beneficios?
La fortaleza del dólar estadounidense también implica que las compañías de exportación de Estados Unidos están encontrando más difícil sostener el crecimiento de sus ventas. Se pronostica que las empresas del índice S & P 500 declaren un aumento del 3,7 por ciento en sus ingresos, lo que sería el crecimiento más bajo desde el tercer trimestre de 2016.
Se cree que las empresas de materiales, el sector más expuesto a la competencia con China y las secuelas de la guerra comercial en curso entre Washington y Beijing, son las más perjudicadas en el segundo trimestre. Se espera que DuPont y Freeport-McMoRan sean los mayores contribuyentes a la caída de los ingresos del sector, según FactSet. Las expectativas para el sector son una caída del 16 por ciento anual en sus ingresos y una caída del 14,9 por ciento en sus beneficios.
Incluso el sector tecnológico experimentará una caída del 11,9 por ciento en sus ingresos y una caída de 1,1 por ciento en sus beneficios. Esto es importante, porque es este sector el que ha impulsado el crecimiento de las ganancias de las empresas estadounidenses tras la Gran Recesión. Si las FAANGS muestran una disminución de sus beneficios, entonces el capital estadounidense tiene problemas.
Como James Montier, el economista poskeynesiano de GMO, la gran gestora de fondos de activos, señala que el crecimiento de los ingresos reales en el sector empresarial ha estado por debajo de la tasa de crecimiento del PIB real, incluso después del importante impulso proporcionado por la ingeniería financiera de recompra de acciones. De acuerdo con Montier, cuando se miran los entresijos del mercado, un asombroso 25-30 por ciento de las empresas tienen realmente pérdidas.
En opinión de Montier, “los EE.UU. están experimentando el surgimiento de una ‘economía dual’-, donde el crecimiento de la productividad es razonable en algunos sectores, y está totalmente ausente en otros. Incluso en los sectores con un buen crecimiento de la productividad, los salarios reales se están quedando atrás (hay un frenazo de los salarios). Todo el crecimiento del empleo proviene de los sectores de baja productividad. Además, las ganancias insignificantes de ingresos existentes van todas al 10% superior. Este no es el escenario de una economía en auge“.
Hay una segregación de la economía de Estados Unidos en sectores con un crecimiento de la productividad razonable y los que no lo tienen en absoluto. El mayor impulsor de la productividad es el sector manufacturero, la información y el comercio, con resultados respetables. En el lado menos productivo está el transporte, el alojamiento, la educación y la sanidad. Es más, en el grupo más rezagado, el crecimiento de la productividad cero ha ido de la mano de un crecimiento de salarios reales cero.
No es que esta falta de rentabilidad histórica haya impedido que los inversores acumulen aún más oportunidades de pérdidas. Según Montier, alrededor del 83 por ciento de las nuevas salidas a bolsa (nuevas emisiones de acciones) de este año han llegado al mercado con resultados negativos. Y subraya: “¡Este es un porcentaje superior incluso al apogeo de la burbuja tecnológica!”
Así que las bolsas están en alza hasta niveles récord, impulsadas por la expectativa de dinero todavía más barato o a costo cero de la la Reserva Federal. Pero detrás de este auge, la realidad es que las ganancias de muchas empresas estadounidenses están cayendo, y más de un cuarto de ellas están en pérdidas – de hecho, son ‘empresas’ zombi.
Es la misma historia en Europa y Japón. Si la crisis de beneficios se materializa y se mantiene durante todo el año, habrá una fuerte caída en la inversión y, finalmente, del empleo y el gasto, a pesar del auge del mercado de valores: es decir, una nueva recesión.
Traducción: G. Buster
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