Una entrevista exclusiva al diputado español de Izquierda Unida Miguel Díaz.
Lps. La crisis ha permitido el que todos hagamos nuestras propias reflexiones, una de ellas el meter en un mismo saco a toda la clase política del mundo. Los grandes salarios, las mejores jubilaciones, las grandes cenas, los coches de lujo, las estancias en los mejores lugares y todo pagado con el dinero de la gente de a pie. Se puede decir que la clase política está pasando por un momento de deslustre y descrédito. El desempeñar dos funciones, la de Concejal y Diputado, puede asociarse no sólo a un pluriempleo y a ingresos múltiples, sino a un hecho sorprendente en un político que tiene como bandera la transparencia.
• ¿Cuánto devenga como Concejal, cuánto como diputado y cuál es la aportación que da a su partido?
M.D. Es cierto que se han producido grandes abusos y la corrupción y falta de ética de numerosos políticos han dañado mucho el sistema democrático y han ensanchado la brecha entre la política y la ciudadanía. Pero también es cierto que más que una clase política, existen políticos de distintas clases. Desde luego en IU tenemos un código ético y un estatuto del cargo público para erradicar estas desviaciones. Para mi ser concejal o diputado no es una profesión (soy periodista y he trabajado en diversos medios durante años), es un servicio público, una opción de compromiso social por la transformación. En cuanto a mis ingresos, percibo un salario por mi condición de diputado provincial que se cifra en 1.800 euros netos mensuales. El resto de los 43.000 euros que el equipo de gobierno ha fijado para este cargo se realiza como donación a IU (con estas cantidades donadas por todos los cargos públicos se contratan otras personas para tareas de IU, se financian actividades, publicaciones, la actividad política propia de la organización). Como concejal en Marbella no tengo salario, percibo indemnizaciones de 400 euros por asistencia a plenos (1 al mes) y 150 por asistencia a comisiones (1 al mes). Estas sumas se dedican a financiar la actividad, local… de IU Marbella. Personalmente recibo los 1.800 euros mensuales citados que han sido fijados con criterios objetivos por IU.
Lps. El Partido Popular ganó las elecciones en 2011 porque la gente pensaba que Zapatero no decía toda la verdad de una España en crisis, así que cuando nos llegó – la crisis – la gente le vio con ojos culpones. También perdió las elecciones, Zapatero, porque bajó los salarios de los empleados públicos, quitó los 2500 euros de ayuda por nacimiento y redujo en 6 mil millones la inversión pública, a ello se le unió la efectiva y machacona campaña de Rajoy aludiendo las continuas improvisaciones del gobierno socialista. Todo eso es, exactamente lo que hoy día hace el gobierno liberal de turno y, no tenemos por qué dejar de pensar que el mismo cheque que se le pasó a Zapatero no se le pase a Rajoy.
• ¿Cuando Zapatero decía que no había crisis, decía la verdad?
M.D. No, pensaba más en la factura política que le podía pasar la crisis que en sincerarse con la ciudadanía. Otra cosa es que fuese conocedor de las dimensiones a las que ha llegado la crisis: niveles desorbitados de paro, endeudamiento público, perjuicios sociales… Pero comenzó a aplicar las medidas dictadas por los mercados, las potencias europeas, el BCE… las recetas equivocadas que han ido agravando progresivamente la situación.
• ¿Rajoy también dice su verdad cuando toma las decisiones más impopulares de la democracia?
M.D. No, ni mucho menos. No dice la verdad, pero sí aplica las políticas idóneas para llegar a los objetivos políticos de los mercados y multinacionales para los que gobierna. Tras la crisis económica y las idas y venidas de la prima de riesgo y un discurso hegemónico perverso de expansión del miedo y generación del sentimiento de culpa y sumisión entre la ciudadanía, se esconde la verdadera estrategia de acabar con el estado del bienestar y con los derechos sociales conquistados. El despido libre, el empeoramiento de las condiciones laborales, el copago sanitario, la progresiva privatización de la educación y la sanidad… Este es el objetivo, desposeer a las personas de su condición de ciudadanos para convertirlos en sujetos al servicio de los mercados.
• ¿Quién tiene la verdad para salir de esta crisis?
M.D. Los que la sufren en primera persona. Los de abajo. Los que son desahuciados de sus viviendas por la banca, los millones de parados o los pensionistas que tiene que pagar por los medicamentos. La verdad es que se están produciendo injusticias sociales muy graves que azotan a los que no han creado la crisis y los generadores de la estafa que llamamos crisis siguen saliendo indemnes, cuando no beneficiados. El 15M, el movimiento global altermundialista sí están más cerca de lo que podríamos denominar la verdad.
Lps. El gobierno anterior, con las decisiones que señalamos anteriormente, se distanció de su corriente socialdemócrata, cosa que no hace hoy el PP, fiel a su ideología en contra de la inversión pública [con la excepción de Bankia] y del Estado del Bienestar aunque Rajoy diga que es un profundo admirador de ese Estado.
• ¿No cree que la socialdemocracia ha perdido credibilidad como ideología y que parece apostarlo todo con Hollande y sus decisiones de crecimiento, lo que supone un alto riesgo en caso de no tener éxito?
M.D. Es muy cierto que la socialdemocracia abandonó sus principios, los llamados partidos socialdemócratas europeos se sumaron al tsunami de los mercados y sus injusticias. Es el momento de superar los postulados liberales y los socialdemócratas, generando una corriente cívica y política de transformación, que cambie las estructuras de poder y la orientación de los centros económicos y financieros.
Replantear el sistema. En cuanto a confiarse en Hollande, claro que es arriesgado, es interesante su elección como un contrapeso al discurso fundamentalista de la mal llamada austeridad, para abrir la vía del estímulo de inversión pública para generar empleo y crecimiento, pero ambos parten de los mismos postulados, la diferencia es más bien en unas décimas en las previsiones del déficit público, desde estos principios no puede emanar la superación de las injusticias.
Lps. Marbella es vendida al mundo como una ciudad de lujo, incluso parece que al marbellí le gusta que así sea. Si estoy en lo cierto en lo que acabo de decir, una corriente política de izquierdas como la vuestra, en una ciudad como esta, parece que está destinada a compartir gobiernos.
• ¿Cómo ve el futuro de IU en esta ciudad?
M.D. En momentos tan convulsos socialmente se mira más al presente, que es de 17.300 parados y un sector económico muy dependiente de los flujos turísticos y de la construcción que no es sostenible de forma duradera. Con importantes déficits sociales, de equipamientos e infraestructuras y un profunda crisis democrática, instalada tanto en la ciudadanía como en el propio Ayuntamiento.
El presente aún mira mucho al pasado de corrupción y clientelismo político. El futuro es incierto, pero hay potencial suficiente para que Marbella se afiance como un destino turístico de calidad –para lo que hay que proteger y poner en valor la riqueza natural que aún perdura y activar culturalmente el municipio- y diversificar el modelo productivo, desde IU apostamos por una economía basada en las nuevas tecnologías, con proyectos de un parque tecnológico y el desarrollo de iniciativas en torno a las energías alternativas. Son opciones que conviven, fortalecen y complementan con fiabilidad y sostenibilidad al sector turístico.
Lps. Parece que las diferencias entre las ideologías se han estrechado, en España el PSOE y el PP acudieron a las elecciones del pasado noviembre prácticamente bajo una misma etiqueta, las promesas eran similares y sólo la exagerada lealtad de unos – los del PP – y el voto castigo del PSOE marcó la diferencia para el triunfo. Esta idea de la estrechez parece tener un consenso que trasciende las fronteras españolas; sin embargo parece existir otro acuerdo implícito en los ciudadanos del mundo: La socialdemocracia ya no representa la izquierda, se ha convertido en una derecha moderada dejando ese espacio político a partidos como IU en España, PSUV en Venezuela o SYRIZA en Grecia. Un espacio producto, posiblemente del cansancio a la política tradicional. En Venezuela, como en Grecia, la gente dijo NO a lo que ya conocía y permitió que nacieran nuevas fuerzas.
• ¿Cree que en España pueda estar dándose un escenario similar?
M.D. Los últimos comicios generales y las elecciones autonómicas (Andalucía, Extremadura, Asturias) apuntan a que una opción transformadora como IU va ganando respaldos. Pero el bipartidismo está muy arraigado en España, pertrechado, además, por una injusta ley electoral y un rechazo a todo lo que tenga que ver con la política que provoca gran abstención entre los votantes que por su realidad deberían apostar por un giro social. Hay que seguir cambiando conciencias y trabajando alianzas sociales y alternativas para poder romper la tiranía del bipartidismo en España.
• ¿Cree que el crecimiento constante de IU a nivel nacional desde 2004 – cuando no existía crisis y acudisteis sin LV y CA – ha encontrado su mejor momento en 2011 para transformarse en una de las dos fuerzas políticas a nivel nacional?
M.D. Es indudable el crecimiento de IU a nivel federal, pero cualquier aumento de votos viene lastrado por la ley electoral injusta concebida para perpetuar el bipartidismo. Reformar la ley electoral es urgente.
Lps. La economía y la política se han globalizado, si hiciéramos una encuesta sobre los beneficios que la sociedad española ha recibido, seguramente unos muy pocos podrían decirnos 3, 4 ó 5 de esos beneficios, pero es posible que tampoco nos pudiesen decir cuántas malas consecuencias nos ha traído.
• ¿Nos falta más conciencia ideológica o más madurez social?
M.D. Falta mucho de ambas. Pero habría que comenzar por la conciencia ideológica, que es necesaria para generar la en colectividad la madurez social.
• ¿Nos puede decir que ha sido lo bueno de esa globalización y qué lo malo?
M.D. La globalización en su esencia es muy positiva, poder generar una estructura de interconexión planetaria para compartir conocimientos, valores, acervos culturales, solidaridad… Lo problemático es cuando este potencial en lugar de ponerse al servicio de las personas y la justicia social se emplea para la dominación.