Un periodista de ‘El Confidencial’, víctima de una brutal agresión policial en la manifestación del 14N
El incidente se produjo alrededor de las 21:15 de la noche en la calle de Atocha de Madrid. “Me encontraba con un grupo de fotógrafos de diferentes medios cuando empezó a haber cargas en Neptuno, al lado del Congreso. Entonces alguien empezó a gritar que había un coche ardiendo. Fuimos corriendo a la calle Atocha, a la altura de la entrada al museo Reina Sofía, donde había dos contenedores en llamas. Yo me había quedado un poco rezagado porque estaba comprobando que las fotografías hubiesen salido bien. Entonces, un furgón vino a toda velocidad y se situó a mi lado. A apenas dos metros había un policía con una escopeta de pelotas de goma, subido a la furgoneta.Levanté la identificación de periodista, que llevaba colgada al cuello por si acaso, y en ese momento, me apuntó y me disparó. Me caí al suelo y me puse a gritar de dolor”.
Gil señala que otros dos compañeros periodistas lo arrastraron a un portal, donde “tres o cuatro chavales de 18 años” lo auxiliaron. Poco después, un grupo de chicas “vino corriendo desde el McDonalds de la esquina al portal, llorando y gritando, y tocamos al telefonillo para que nos dejasen entrar. Ahí nos resguardamos media hora, hasta que salí, cogí un taxi y me fui al ambulatorio, de donde me mandaron en ambulancia a la Fundación Jiménez Díaz”. Allí fue examinado y le diagnosticaron unacontusión pulmonar causada por la presión de una costilla.
Contusión pulmonar y magulladuras
Las fotografías realizadas por Iván Gil antes del incidente fueron twitteadas por la cuenta de El Confidencial la pasada noche. “No entendí por qué me dispararon”, señala nuestro redactor. “No le veo el sentido de disparar a alguien e irse. Si me hubiesen detenido por equivocación, al menos lo entendería mejor”. Además, añade que cree que el antidisturbios no cumplió con la reglamentación: “Se supone que, al igual que con las porras, las bolas de goma no deberían dejar secuelas, y que para eso existe un reglamento que señala cuál debe ser la distancia de seguridad. Es decir, que no pueden disparar a bocajarro”.
Gil ha pasado la noche bajo observación en el centro de salud de la Fundación Jiménez Díaz, debido a que los médicos localizaron una crepitación (sonido en la zona del pulmón) causada por la obstrucción de una costilla. “Ahora me duele al respirar”, señala. Después de distintas pruebas, le ha sido recetado un tratamiento que incluye antibióticos y diversos ejercicios respiratorios. Gil, que presentará la correspondiente denuncia, había comenzado pronto su jornada laboral en el día de la huelga, ya que acudió a cubrir y fotografiar la concentración de estudiantes en Ciudad Universitaria a las siete de la mañana.
La propia Delegada de Gobierno en la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, se ha puesto en contacto con El Confidencial para lamentar el incidente y señalar que se trasladará lo ocurrido a los responsables correspondientes de la Jefatura Superior de Policía, con el objetivo de abrir una investigación.