¿Tiene razón el obispo?
Por Herminio
Como queira que o meu amigo Ambrosio se quedou sen o espazo emprestado que cada venres usaba na edición de Barbanza da Voz de Galicia, pídeme que, por favor, lle permita publicar neste meu, aquí en Kaos. Tamén me pide que, previamente, lle traduza este artigo que me manda. Dígolle que, para publicar en Kaosenlared, non fai falta permiso nin tradución. Pode facelo en por el, que non é pouca vantaxe, sempre e cando o escribir sexa por necesidade. Non obstante, mentres non sei que fará, ai vos vai a tradución. En adiante, se é que insiste, xa verei se lle lo traduzo ou non.
A CARABINA
25-12-2015
A resposta.
Rotundamente, sí.
Tanto de la totalidad del proceso electoral que acabamos de vivir, como de su resultado político reflejado por las urnas , así como, sobre todo ahora, del consecuente pre-debate sobre las posturas políticas de los partidos electos en torno a las posibilidades o imposibilidades que sus dirigentes contemplan como condicionantes decisivos para que ellos puedan determinar la naturaleza de la composición de un próximo gobierno para el Estado Español, son los síntomas más claros de cuál, sin duda, es la enfermedad: La sociedad española padece de infantilismo político.
Pero es tal la gravedad que muy difícilmente podrá el paciente superar su enfermedad, porque aquellos quienes han resultado reclutados como responsables para cuidar al enfermo, todos ellos, según las normas del mandamás, o bien se pasan de cínicos, y estarán a lo que están, pasando del así sufrido, o están locos de remate porque piensan -y en ello ponen su empeño, porque así lo manifiestan- que el infantilismo dado tan solo podrá curarse a base de cuentos chinos.
Es el tema, compañeros. Os lo propongo a debate. Y para ello os sugiero utilicemos el método más adecuado: El socrático, al fin, afín al freudiano.
Espero otras opiniones, las vuestras; por la red, naturalmente.
AMBROSIO CASENADA