Textos ocultos de Heidegger
Por Iñaki Urdanibia
« La potencia del espíritu puesta al servicio del espíritu de la potencia »
(G. Anders )
« Lo que se elige como filosofía depende de lo que se es como hombre »
( G. Fitche )
«Si pensamos a lo grande cometeremos grandes errores »
( M. Heidegger )
Una ves más, por enésima, y las que te rondaré morena, salta a la palestra Heidegger y no precisamente por su filosofía sino por sus posicionamientos políticos ¿ o por los dos? En este caso es debido a la edición de los dichosos « Cuadernos negros. 1931-1938» ( recién publicados en castellano por Trotta, en una rigurosa traducción de Alberto Ciria ), obra que es la que provoca estas líneas y en la que más adelante me detendré.
No hay que rizar rizo alguno para afirmar que sin lugar a dudas al « mago de la Selva Negra» se le considera uno de los filósofos más importantes del siglo pasado y que su huella en tal campo es impepinable en algunos de las mentes más potentes y creativas del pensamiento. Igualmente no hay ninguna duda de que el autor de « Ser y Tiempo» fue miembro del partido nacionalsocialista y como tal rector efímero del Rectorado en tiempos del führer; no hacía falta esperar al escorado libro de Victor Farias ni al supuestamente más sofisticado del hijo de Jean-Pierre Faye para saberlo. El quid de la cuestión, no obstante, es, ha sido y será detectar si la filosofía de Heidegger está contaminada de nazismo o si contiene presupuestos de tal tipo, cuestión que no se soluciona con simples afirmaciones del tipo : es inseparable obra, compromiso y sujeto…Tal simplificación vale como simplificación mediática, mas desde luego es un vano canto al sol.
«Los que se interrogan sobre el nazismo de Heidegger acuerdan siempre demasiada o demasiada poca autonomía al discurso filosófico: Heidegger se afilió al partido nazi, es un hecho; pero ni Heidegger I ni Heidegger II son ideólogos nazis».( Pierre Bourdieu. «L´ontologie politique de Martin Heidegger»). Ciertamente resulta difícil de tragar la cantinela de considerar al filósofo como « ideólogo del nazismo» pues la verdad es que su discurso trufado de una jerga técnico-filosófica y unas incursiones que rozan lo esotérico no parece de ninguna de las maneras tonos apropiados para convertirse en catecismo de rebaño alguno, como pudiera ser el caso de, pongamos por caso, el Mein Kampf hitleriano.
En el caso de Heidegger son varios los crujidos que asoman de inmediato: por un parte, llama la atención que uno de los más grandes pensadores del siglo XX se deje convencer por el ideario aberrante del nacionalsocialismo, ejemplo de contradicción hasta los límites del más destacado de los oximorones que hace poner en unión el gran pensamiento con la mayor de las irracionalidades; por otra , en caso de que su filosofía destile ideas nazis, resulta cuando menos sorprendente que mentes brillantes y poco sospechosas de querencias fascistas como Jean-Paul Sartre, Michel Foucault, Jacques Derrida, Kostas Axelos…- por citar solo unos cuantos- se dejaran colar la sucia mercancía y concedieran gran importancia y crédito a la exploración heideggeriana; dentro de este apartado resulta más llamativo si cabe que sus clases y seminarios fuesen seguidos, con fervor entusiasta, por no pocos alumnos judíos ( Hannah Arendt, Günther Anders, Léo Strauss, Herbert Marcuse, Karl Löwith,…) de entre los cuales, algunos se mantuvieron fieles a sus enseñanzas a pesar de los pesares y de la trayectoria pública que fue adoptando el maestro. Alguno de ellos habló tajante y altisonante aunque la influencia del maestro no desapareció para nada de sus obras , así Emmanuel Lévinas que llegó a decir : << se puede perdonar a muchos alemanes, pero hay alemanes a los que es difícil perdonar. Es difícil perdonar a Heidegger>>,( * )
Ya el anuncio de la publicación de estos materiales realizado, el año pasado, por su traductor , Peter Trawny ( ** ) en su clarificador Heidegger und der Mitos der jüdischen Weltverschwörung ( hay traducción en Herder) levantó gran polvareda mediática
El primero de los « Cuadernos negros» que ahora se publica recoge las anotaciones y reflexiones de Heidegger en los años que van de 1931 a 1938. El autor había ordenado a sus editores y albaceas que publicaran tales cuadernos al finalizar la publicación de las obras completa, como culminación de ellas, . Esto significaba, no hay duda, que tales materiales eran juzgados por su autor no como meras salpicaduras circunstanciales sino como complemento a su obra filosófica; no se ha de pensar que lo que ahora se nos desvela sea entrar en la intimidad de Heidegger y en sus cuitas personales, sino que las entradas de sus apuntes son como un eco que completa las tesis mantenidas en sus obras publicadas, es como si entráramos en las rumias que acompañaban al pensador en el mismo momento en que iba elaborando y dando forma definitiva a su obra, y en este orden de cosa hablan con más sincera claridad que lo expuesto en los libros..
Hay quienes saltarán a la carrera denunciando los silencios oportunistas del filósofo que dejaba escrito en sus «cuadernos negros»( llamados así por el color de sus tapas, aunque por sus tufillos podrían calificarse de « marrones») lo que en sus obras filosóficas no se atrevía a decir…tal vez ello podría estar en consonancia con aquel escaqueo que- hablando de Aristóteles- podría aplicarse a su propia persona: con respecto a la biografía del griego solo debía decirse-según él- que nació, trabajó y murió, tal vez pensaba en sí mismo al decirlo ya que de ese modo pasaban inadvertidas sus infames posturas políticas e ideológicas. Como ejemplo de falta de un mínimo de objetividad y como sacar provecho de la ola para llevar a cabo una abierta tarea de “liquidación” de la filosofía de Heidegger, en el sentido de decir-aunque no se diga explícitamente, o sí- : aquí están las pruebas definitivas del nazismo del filósofo ( ***).
En esta primera entrega puede observarse cómo las notas y reflexiones del filósofo germano se insertan de manera neta y clara en su filosofía, en la historia del Ser, y en este orden de cosas puede verse cómo Heidegger se siente absolutamente identificado con el movimiento nacionalsocialista como renacimiento , como segundo origen tras el primero acontecido en la Grecia clásica. El movimiento en marcha iba a significar su visión una recuperación de los valores perdidos y disueltos en la nada, debido al dominio de la técnica, alimentado por las grandes potencias occidentales que había llevado a la humanidad a ser abandonados por el Ser . Los elogios, y el subrayado de las coincidencias que se daba entre sus propuestas filosóficas y el ideario del führer, son constantes; son los tiempos del discurso del Rectorado.
El tono , no obstante, varía notablemente con el aso del tiempo y el desencanto también y ello se plasma al menos en dos críticas: una, dirigida a sus colegas universitarios en los que observa una absoluta ligazón con la tradición y una falta absoluta de contagio de los valores de la revolución en marcha, la nacionalsocialista; la otra está dirigida hacia los propios representantes filosóficos del partido…« ineptos, atolondrados, los promediados y los escasos» que tienen vuelta la vista al pasado y va viendo los enemigos, que son muchos, de los cambios: « los que tienen prisa y los que hacen ruido, los activitas y los arribistas, los embaucadores y los intérpretes. Los que nos familiarizan con la menuda e insustancial excitación de la muchedumbre y con su inconsistente diversión. Los que trabajan en lo turbio y se pasman con lo necio».
De su año escaso como rector presenta sale escaldado y así como antes de ocupar tal cargo se le nota eufórico, durante titubea y hasta llega a mostrar su creciente desánimo ante el curso de las cosas y el posicionamiento cada vez más crítico que he señalado, pues ve que las ideas que él consideraban prometedoras de un cambio radica se ha tornado en un gregarismo en aumento que contradice radicalmente el programa que él había admirado y hasta considerarlo como complementario a su visión filosófica. Su mirara va observando cómo se van pervirtiendo las cosas al devenir «vulgares» entrando en rotunda contradicción con el « nacionalismo espiritual», este segundo –según señala- coincide con sus propuestas « metapolíticas» y no la puesta en alocada acción que está venciendo dentro de las filas de la revolución conservadora; en cierto sentido, sus posturas despiden un olorcillo que pueden hacer pensar que lo que él exigía es que el nacionalsocialismo fuese más nacionalsocialista y que no se dejase pervertir como demostraban signos cotidianos, que se dan en las distintas esferas : políticas, científicas, culturales… La autenticidad y la coherencia son las exigencias heideggerianas con respecto a la política de su país, y le duele la desviación en aumento, con respecto a las ideas iniciales que guiaban a los gobernantes de entonces…
Entre las diferencias que le alejan de la ideología dominante son las concepciones biologicistas « desangeladas y burdas» dominantes, cuando las suyas son más « existenciales» en vez de ligadas causalmente-como se pretendía- en «el suelo y la sangre » ; igualmente muestra su desacuerdo contra las «críticas al intelectualismo» que se habían convertido en moneda corriente en las filas nazis, y que hacen señalar al pensador las crecientes coincidencias , nada menos que, con el bolchevismo…
Los amantes de las pruebas que impliquen al filósofo en su antisemitismo y su racismo, y sus críticas a los valores occidentales ( democracia, libertades, et…) deberán esperar a las siguientes entregas de los cuadernos. , ya que por de pronto de los judíos en esta entrega no dice ni ripio…a pesar de las afirmaciones de algunos comentaristas solapados ( señalo con el término a quienes son aficionados a pronunciarse tomando como base las solapas de los libros) que van más allá de la letra de este volumen.
Da la impresión, al menos al que esto escribe, que nos encontramos ante unos pensamientos mantenidos en secreto por parte de Heidegger que no parecía dispuesto a hablar con tanta claridad en sus obras publicadas; del mismo modo me atrevería- y conste que no son ganas de quitar hierro al compromiso político del filósofo- a señalar que así como en sus clases Heidegger se movía como pez en el agua, en el terreno de la política-incluida la académica- andaba realmente pez, como señalase Hannah Arendt al escribirle en una carta a su maestro una historia sobre un zorro « ignorante en cuestión de trampas»…mas que al final se ve que « conoce perfectamente la naturaleza de las trampas, pues toda la vida ha estado en una trampa» .
« Si pensamos grandemente cometeremos grandes errores» decía Heidegger, refiriéndose indudablemente a sí mismo-, lo cual no quita, ni minimiza, la incomodidad que se crea a la hora de acercarse a las obras de Heidegger ya que aun conociendo su compromiso y su posterior silencio con respecto al «grave error» cometido las aberrantes ideas que no son cosa de su retrógrada mujer como habitualmente se ha mantenido sino que son fuertes convicciones suyas…es como si se nos presentase al rey en su total desnudez y ello supone cierto tembleque…
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( * ) En ese terreno del que hablamos, hay un par de obras que resultan realmente aconsejables ya que no se centran en la descalificación pura y dura sino en el análisis de los postulados, en sus propios escritos, de los más destacados alumnos del « brujo de Messkirch»:
+ Günther Anders, Hannah Arendt, Hans Jonas, Karl Löwith, Leo Strauss ( con introducción de Franco Volpi) « Sobre Heidegger. Cinco voces judías» ( Manantial, 2008)
+ Lescouret, Marie-Anne ( sous la direction de), « La dette et la distance. De quelques eleves et lecteurs juifs de Heidegger» ( Éditions de l´Éclat, 2014).
( ** ) En el libro del director del Instituto Heidegger y traductor/ editor de sus obras, se desvelan los temas ocultos ( ocultados) de sus cuadernos: en ellos habla a calzón quitado y deja ver su antisemitismo( deudor de las ideas vulgares que al respecto pululaban en la época), la demencial teoría del complot ( en la línea de los inventados Protocolos de los sabios de Sión) y otras yerbas que desde luego no eran pensadas filosóficamente sino tomados de la vulgata que planeaba en la Alemania de la época, distinguiéndose , no obstante, por no comulgar con las interpretaciones biologicistas del partido en el gobierno…Visión realmente impresentable per se, y más todavía por la coincidencia de lo que con tales ideas se estaba programando en lo que hace a la sistemática « fabricación de cadáveres» que dijese Hannah Arendt.
( *** ) Un paradigmático ejemplo de estas posiciones oportunistas en las que el fin justifica los medios, es el de Richard Wölin quien aprovechando que el río Chicago pasa por su ciudad natal, aprovecha la ocasión para seguir su trabajo de demolición de Heidegger y sus seguidores que hace ya años, 2001, comenzó con su Heidegger´s Children: Hannah Arendt, Karl Löwith, Hans Jonas, and Herbert Marcuse ( hay traducción e Cátedra), obra en la que despellejaba no solo a Heidegger sino a sus alumnos y seguidores si olvidarse de descalificar a algunos continuadores franceses, digamos que, posmodernos; ahora leo en un numero hors-série, À quoi servent les philosophes ? , de la revista de libros Books de novembre 2015 / janvier. 2016, una reseña firmada por él con el título de « Heidegger , l´antisémitisme en toutes lettres» que se presenta como reseña de este libro del que he hablado. En sus cinco páginas que dedica al primer volumen de los « cuadernos negros» el libro se ausenta y el profesor de historia de las ideas en la City University de New York, se erige en juez que condena sin paliativos a Heidegger , su comportamiento y su filosofía, recurriendo para ello no a argumentos tomados del libro que, teóricamente , ha de reseñar sino a la historia del personaje y a otros materiales, reitero, ajenos al libro del que habla. Su caso, en esta ocasión recuerda a la ocurrencia del siempre ocurrente Oscar Wilde que afirmaba no leer los libros que debía criticar ya que su lectura podría influirle..el americano hace la crítica de un libro habiendo leído otros y de paso critica al filósofo germano con afán de desterrarlo de los pagos de la filosofía..