Terrible drama de la muerte de la niña guatemalteca retenida en un centro de EE. UU.
Para el día que murió, el 10 de mayo, Mariee Juárez, una bebé de un año y medio que había migrado con su madre desde Guatemala hacia EE. UU., ya había experimentado durante los últimos dos meses los peores días de su corta vida.
En una cama de hospital en Filadelfia, EE. UU., conectada a aparatos que la alimentaban y le proporcionaban oxígeno, la pequeña falleció a causa de una serie de síntomas que derivaron en el colapso de sus pulmones.
La niña se enfermó mientras estaba en un centro de detención de Dilley, Texas, a cargo de un proveedor del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE en inglés), y murió, según la firma de abogados Arnold & Porter, por negligencia de ese centro.
El bufete asesora a Yazmin Juárez, madre de Mariee, en una demanda en contra de las autoridades estadounidenses. Este miércoles publicó la notificación de la demanda —paso previo a judicializarse— en la que detalla día a día el sufrimiento y la agonía que sufrió la pequeña desde que comenzó a enfermarse el 11 de marzo.
Crónica
Mariee ingresó el 5 de ese mes al centro de detención. Según los reportes médicos gozaba de buena salud; sin embargo, en el lugar, cita el informe, habían muchos niños enfermos, y la madre e hija guatemaltecas estaban en un área junto con otro menor que presentaba síntomas de enfermedad respiratoria.
A la semana siguiente, Mariee comenzó a mostrar los padecimientos. El 11 de marzo un médico le diagnosticó infección aguda del tracto respiratorio superior y le recetó medicamentos, pero estos no surtieron efecto y al día siguiente la menor se agravó y presentaba congestión, diarrea, vómitos y fiebre de 40 grados.
El 12 de marzo, otro médico la atendió y le diagnosticó infección de oído. Le recetaron nuevos medicamentos, incluidos un antibiótico e hidratación oral, pero Mariee no mejoró.
Yazmin seguía preocupada y pidió otra vez asistencia médica. El informe revela que en el área de consultas había decenas de madres y niños que esperaban en fila atención, y que los menores enfermos no estaban aislados de los sanos ni tampoco contaban con máscaras protectoras para evitar el contagio.
Posiblemente por tal motivo, las consultas médicas tardaban apenas minutos, por lo cual Yazmin cree que el personal médico no atendió de manera adecuada el deterioro de la salud de su hija.
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