Siria invade Líbano en busca de «rebeldes» Fuerzas sirias invadieron la región de Wadi Khaled en busca de rebeldes. Durante la operación destrozaron granjas y casas de los habitantes de la región. Cercano a Homs, la región libanesa de Wadi Khaled su
Cercano a Homs, la región libanesa de Wadi Khaled sufre en su propia carne la guerra civil que vive el Líbano, según informan las agencias y corresponsales desplazados.
Esta mañana un contingente sirio ha atravesado la frontera disparando a la población local y destruyendo casas y granjas. Unos buldócer acompañaban la misión militar con el único objetivo de destruir las edificaciones que, según fuentes sirias, eran utilizados por los rebeldes para refugiarse.
En las últimas semanas el ejército libanés ha establecido un cerca a la región disparando desde su propio territorio hacía el país vecino en cada ocasión que detecta movimientos en la carretera cercana a la frontera.
La región que cuenta con 23 pueblos y unos 40.000 habitantes vive atemorizada tanto por los disparos del lado sirio como por la posibilidad de que se repitan nuevas incursiones.
Además, la guerra ha provocado el empobrecimiento de esta región que habitualmente se suministraba con alimentos y empleos en Siria. Hoy es imposible cruzar la frontera tras haber minado el ejército sirio una línea de unos 23 kilómetros de frontera.
Algunas casas se encuentran tan cerca de la frontera, que según relatan los corresponsales, puede verse con todo detalle las maniobras y ejercicios de los soldados sirios.
Refugiados
La cercanía con Homs y el hecho de que la población de este valle sea suni ha provocado que este se inunde de refugiados civiles que huyen de los ataques del ejército sirio.
El alud de refugiados está provocando una situación crítica en la región desabastecida por el cierre de la frontera y por la negativa del Gobierno, de mayoría chiita, del Líbano.
Los habitantes de la región están convencidos de que el objetivo del gobierno libanes es bloquear la ayuda haciendo que la población se vuelva contra los refugiados y obligar a estos a volver a su país.
Tampoco confían mucho los habitantes con la acción del ejército ya que reciben órdenes de un gobierno pro-Assad y que miran hacia otro lado con las incursiones o los disparos desde Siria.
Para los habitantes su opinión del futuro es pesimista, no creen que los rebeldes tengan la fuerza suficiente para derrocar a Assad y temen que el valle se convierta en un polvorín que arrastre la violencia. Temen no solo a los soldados de Siria sino también a los milicianos de Hezzbolah que podría aprovechar el momento para imponerse en la región, expulsando a sus habitantes como ya hicieron en otras zonas fronterizas del país.