Sin Industrias no hay pais
Sin industrias no hay país.
Dr. Sinué Escolarte
La Habana Cuba
http://blogs4cuba.net/sinuescolarte/
Que seria de Cuba sin la entrada de divisas  que representa la exportación de servicios profesionales y técnicos en particular de la salud,  como la principal fuente de ingresos fiscales  con que se cuenta para  sufragar las elevadas importaciones derivadas en parte  de la incapacidad para producir bienes permitiendo que la balanza de pago quede menos restringida, cuando por falta de inversiones no existe acumulación de capital imprescindible para sostener el crecimiento?
A partir del año 2004 luego de los convenios  firmados por Hugo Chávez mediatizados por el ALBA, la oxigenación recibida por el régimen alcanzó el 12,1 % en el incremento del  PIB. Esto  incitó al Hombre Más Bueno Del Mundo, a  gruñirle al planeta  con vulgar triunfalismo volcánico,  -tenemos dinero. La infinita  libreta de racionamiento desaparecerá-.
Más que una advertencia fue una afirmación que se vería truncada por una serie sucesiva  de hechos, algunos inesperados, para demostrar que dependiendo de otros países, gastando  lo que no  se produce,  no se  debe cantar victoria.
Bruscamente los términos de intercambio se hicieron más desiguales a partir del drástico aumento del  costo del petróleo y los alimentos, a pesar de las ventajas que aun nos  favorecen. La caída del precio del níquel, forzó el concepto de entrada de divisas que  se redujo. La debacle que representó el paso destructivo  de tres huracanes  ocasionando perdidas calculadas en 10,000 millones de dólares  junto a  la profundización de la crisis financiera internacional, que influyó tanto en el turismo como  en la remesa familiar,  colocaron a la economía  centralizada junto a los efectos del embargo,  en el limite de sus posibilidades.
Los errores estructurales del proyecto socialista,  escondidos tras los favores y la ayuda ofertada por los aliados,  que ha permitido a la cúpula  subsistir durante años como si fueran solventes, aparecieron, notándose el efecto en la disminución del dinamismo de las  exportaciones, de las escasas  inversiones y como consecuencia, de aquel 12,1 % que llegó a alcanzar el PIB en el 2004, descendió a 7,3 % en el 2007 y, 4,3 en el 2008, calculándose para el 2009 inferior al  2 %, obligando a la reducción urgente  de los subsidios y el  presupuesto estatal  en esferas importantísimas para la política como la educación, la salud, acortando en los continuos  viajes de  dirigentes pedigüeños populistas  y, de 700 millones de dólares  predestinados para adquirir  alimentos de su primer proveedor, Estados Unidos, solo se  dispusieron de 300 en el primer  semestre.    Este seguir apretándose el cinto,  supone un peligro potencial para la estabilidad social,  cansada de  frustraciones y sufrimientos.
A pesar de no disfrutar de un adecuado crecimiento del PIB, [0,4 en el primer trimestre]  con el precio del barril de petróleo todavía elevado, debido a los incontables gastos en armamentos, apoyo a guerrillas, propaganda política  y, regalos para  mantener contenta a la muchedumbre latina,  Chávez continua comprando servicios técnicos que dejan respirar al régimen cubano, expandiéndose con los que se  venden a Nicaragua, China, Portugal, África, mientras en la televisión,  se deja ver  un reportaje en el que se expresan grandes  inquietudes por la  ausencia de personas con intenciones de  trabajar en la agricultura, un funcionario asegurando que para el 2013 se  sustituirán en un 60 % las importaciones de arroz, en los mercados agropecuarios  escaseando las frutas, viandas, legumbres, vegetales, encareciéndose paulatinamente  en contra de los 56 centavos de  CUC diario  que gana cada cubano, para sumirlo en la pobreza extrema, con la Plaza de La Revolución recientemente  repleta, cantándole a la paz, como si nada ocurriera, como si fuera esa tarde, una tarde de un día cualquiera.
La industria en retroceso,  se mantiene a la zaga con lo cual el comercio exterior es  ínfimo y carente de diversidad, recargando la balanza de pagos  hacia la exportación de servicios médicos, sin que se multiplique el efecto monetario con ingresos que solo  se utilizan  para consumir y la  bajísima producción en el sector estatal para el consumo interno, incapaz de efectuar reformas eficaces aunque las anuncien esperanzadoras.
La solidez de esta nueva industria de bajo costo y calidad, creada por el intento socialista cubano de hacer médicos para vender, es insegura y,  hace tiempo  está dando muestras de agotamiento  con las constantes  fugas hacia otros horizontes de los denominados como: el hombre nuevo, capital humano  y, sus efectos dañinos  para el pueblo que padece sus ausencias. Sin la apurada fabricación y restitución  de galenos, la frustrada planificación de recursos y la imposibilidad de comercio libre, ?con que se  sostiene el fracaso?
Por este camino la deuda externa se elevó hasta un 11 %  en el 2008 y las tensiones  económicas han obligado a la posposición y el incumplimiento de gran parte de los compromisos financieros en el exterior y dentro del país, dejando  el sendero cerrado a las posibles  inversiones.
La satisfacción y el bienestar por la que se exigen esfuerzos, sacrificios, trabajo eterno,  cada vez se aleja mas y los métodos para entretener, dejando pasar el tiempo sin soluciones, se agotan por minuto.
Como se puede apreciar el protocolo socialista está liquidado, no tiene con  que ni de donde improvisar, ha colapsado, se  comprueba fácilmente en las calles arruinadas, las tiendas prácticamente  vacías y de pésima calidad las ofertas, las guaguas repletas, la indolencia a tope, la insatisfacción publica expresada en violencia y mal trato. Ya  nadie cree en la excusa del embargo como principal culpable  ante lo que se  palpa a diario. Todo peor.  Absoluta involución. La misma  que me hizo recordar aquello que en los  embulladores  inicios revolucionarios  era casi  un lema. Sin industria… no hay país.