Felipe VI

Si Spottorno habla de Felipe VI hay que llamar al Gobierno

 

No seré yo quien se atreva a llevar la contraria al que fue jefe de la Casa del Rey durante los últimos años del emérito, aunque eso no le haya impedido decir que la manera que tiene el gobierno de tratar a Felipe VI es el “principio del fin” de la monarquía.

A fin de cuentas, cada día que regresaba a casa, la de mis padres, desde la Universidad, desde el trabajo, desde alguna de las cárceles franquistas o desde cualquiera de los escondrijos donde me ocultaba para que no me volvieran a detener, les decía que estábamos en el “principio del fin” del franquismo, aunque no empezaron a creer hasta que llegó el 20N definitivo.

No sé si usted, que está leyendo, haría lo mismo, pero yo soy de las personas que, si creo que corre peligro alguien a quien aprecio, lo primero que hago es avisarle en privado, pues si lo divulgo, lo más probable es que los peligrosos, también advertidos, cambien de estrategia para conseguir sus objetivos.

Por eso, creo que Spottorno debe contestar a las siguientes preguntas:

¿A qué viene proclamarlo por la tele? ¿Acaso el ex de la Casa necesita dinero y le han pagado por realizar declaraciones alarmantes?

¿O tanto le han cortado los hilos con la que fue “su Casa” que hoy no tiene otra manera de hacer llegar sus inquietudes al rey?

Porque siendo Spottorno diplomático, y siendo la diplomacia el reino de la discreción y la prudencia, ¿a qué viene ensuciarse con una mancha tan fea?

Spottorno sabe que millones de europeos no queremos más violencia, pero también que en España hay miles siempre dispuestos al golpe de Estado, al asesinato y a lo que sea necesario para mantener la unidad de la patria, y que consideran que unidad y monarquía, la restaurada en 1947, son la misma cosa. Lo del trámite con trampa del 78, “ya, tal”.

Por eso, es necesario que el ex de la Casa responda a dos preguntas más.

¿Ha enviado un aviso desde La Sexta a quienes están dispuestos a lo que sea por la unidad de España que peligra sin esta monarquía cuyo fin vaticina?

Es más, ¿han pactado Spottorno y Felipe VI esa declaración calculada de crítica al presidente Sánchez y que para miles resulta apocalíptica?

No sería la primera vez que este rey utiliza a otro para debilitar al gobierno. El primero que me viene es aquel Lesmes que hizo de vocero de su disgusto en septiembre de 2020, cuando Sánchez no le dejó viajar a Barcelona.

Lo de reyes moviendo a placer peones, alfiles y lo que se tercie, armados o no, para mantenerse en el trono no es una jugada del ajedrez. Y desde el siglo XIX, en España como en ningún sitio. Que pregunten también a Milans o Armada, quienes contestarán que su sacrificio sirvió para impedir que España fuera republicana, tal como querían los españoles, dicho sea de paso, según sabía Suárez.

Hablando del primer presidente elegido en las urnas tras la dictadura, ahora que aún no ha muerto Juan Carlos I y ya que todo el gobierno de Sánchez se dejó humillar por ese rey y por Felipe VI con “¿explicaciones, de qué? ja, ja, ja”, a una pregunta que cualquiera de ambos reyes puede contestar, propongo que al emérito le insistan sobre lo que intrigó, con el general Armada y otros contra Suárez. Qué cante sin miedo el visitante de Sanxenxo, pues su inviolabilidad y la prescripción también le salvarán de aquel delito de lesa democracia. Y si no se atreven, ni tampoco a destapar los secretos oficiales, que se lo pregunten a Lawrence Debray. Ella seguro que le ha hecho hablar, con sus mejores artes.

Se da la circunstancia de que dos días antes de la crítica de Spottorno al gobierno por “mantener al rey en la irrelevancia”, el propio Felipe VI se hizo fotos con dos políticos del partido más franquista del Congreso.

Sí parece casualidad, en cambio, el numerito de los militares del Ejército de Tierra bendecidos en el Valle de los Caídos, pero todo suma a la hora de contar amenazas dispuestas a salvar al rey a cualquier precio.

No es lo mismo que Spottorno hable sobre el “principio del fin” de Felipe VI a que lo haga cualquier republicano, por ejemplo. En este caso es urgente acudir al gobierno para salvar la monarquía o la democracia, a elegir, porque las dos al mismo tiempo ya no es posible.

¿Puede asegurar Pedro Sánchez que Felipe VI no está llevando a cabo ninguna estrategia propia orientada a mantenerse en el trono, más allá de la que el propio gobierno propicia, con la tramposa excusa de que el PP tiene derecho de veto hasta para no tocar una inviolabilidad que le permite hacer lo mismo que hizo su padre, o incluso cometer delitos peores?

Si el CNI le coloca un Pegasus a Felipe VI no creo que pueda quejarse, pues donde las dan las toman. Pero la pregunta es otra: ¿se rendirá Pedro como lo hizo Adolfo cuando se enteró de lo que el rey tramaba a sus espaldas?

En la próxima entrega, Constitución en la mano, le contaré como puede resolver a su favor este pulso con el rey en el que, diga lo que diga el cínico Spottorno, usted, su PSOE y también los de UP, van perdiendo por goleada.

 

Imagen: File:2019-05-30 Felipe VI Karlspreis 2019-5881.jpg” by Olaf Kosinsky is licensed under CC BY-SA 3.0

 

 

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