¿Sí se puede o no se puede?
Carta abierta a Doña Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y Economía Social de España.
«Y ante todo esto, mi pregunta es la que formulé al principio ¿Se puede, o no se puede? Se puede poner fin a estas prácticas o no va a tomar mediadas la nueva ministra, va a impedir que esto siga así o van a seguir ignorando como sus antecesores han hecho»
Estimada Yolanda Díaz, Ministra de Trabajo y Economía Social de España:
El próximo día 21 de enero cumpliré un año como despedido de la empresa UTE Viales – Villar, una empresa que gestiona un Centro de Conservación de Carreteras del Estado de titularidad pública. A día de hoy, la empresa no ha sido capaz de justificar mi despido, porque no hay justificación. No se me dio ningún motivo en la conversación que tuve con el jefe COEX José Manuel Santos y con la jefa de operaciones Miriam Olivas en el momento en que se me daba la carta de despido. En esa misma conversación reiteradamente, me dijeron que no había motivos para mi despido. Le adelanto, que está grabado y en sede judicial. Tampoco alegan motivos en la carta de despido, salvo el corta y pega de una serie de artículos tanto del Convenio Colectivo de la Construcción, como del Estatuto de los Trabajadores.
Pero insisto, ningún motivo. Tanto es así, que, en esas mismas grabaciones, el jefe COEX admite y cito literalmente que “algo había que poner”. Vamos, que hasta se han inventado el literal de la carta (un claro fraude de Ley para evitar pagar indemnización). Insistiré mucho en que todo esto se hace en un centro de titularidad pública como son los Centros de Conservación de Carreteras del Estado, que pagamos entre todas. Y le insistiré, porque no me parece ni medio normal, que permitan, y se lo digo así de claro: QUE PERMITAN, que nos traten así a los/as trabajadores/as de esos centros (como pasa con otros servicios privatizados).
Desde el mismo momento en que me despiden, intento saber los motivos. Tanto preguntando a mis superiores (encargado, jefa de operaciones, jefe COEX…), también al delegado sindical, y cuando nadie me daba ninguna razón, cosa a la que tengo derecho, también empecé a llamar a las empresas adjudicatarias (Viales y Villar). En ningún momento nadie me dice nada. Pero yo, sigo. Paso a ponerme en contacto con la administración. A los pocos días del despido, y viendo las cláusulas del Pliego de condiciones cito textual: cláusula 35 sobre reglas especiales respecto del personal de la empresa contratista “La empresa contratista procurará que exista estabilidad en su equipo de trabajo, y que las variaciones en su composición sean puntuales y obedezcan a CAUSAS JUSTIFICADAS, en orden de no alterar el buen funcionamiento del servicio informando en todo momento a la Dirección General de Carreteras” me pongo en contacto por buro fax con Carlos Celaya (Jefe de Unidad de Carreteras del Estado en Cuenca)
le pido que me informe si la empresa ha dado algún motivo para mi despido, a lo que en un principio sólo me contesta que se harán unas supuestas actuaciones administrativas. No le digo yo, lo que pienso de ello…
Más adelante empecé a mandar correos a la Unidad de Carreteras del Estado, a la Secretaria General de Carreteras, a la Secretaría de Estado de Infraestructuras Transporte y Vivienda
Incluso a delegados y subdelegados del Gobierno creo recordar e, incluso al Ministerio de Trabajo, el cual me dirigió a la inspección de trabajo… Espero, que algo cambie con usted y su equipo… Llevo un año de juicios donde ahora me comunican que el juez está de baja y lo mismo se repite todo el proceso y, en vez de ayudar y mirar a ver qué está pasando, me derivan a otra administración, en fin… creo que el trabajo no debería decaer en mí, pero les aseguro que lo estoy haciendo muy gustosamente y llegaré hasta el final, también por la inspección de trabajo, estén tranquilos…
Como ve, en todo este año no he parado de denunciar esta situación y la de mis compañeros/as tanto en sede judicial, como a nivel de las administraciones (de las cuales, a estas alturas, dudo si no hay cierta complicidad). Pero también se ha hecho una denuncia pública con varios comunicados y notas, incluso se organizó una marcha para denunciar toda esta situación, que, por motivos ajenos a los organizadores, entre esos motivos las dilataciones del proceso judicial, no se pudo poner en marcha. https://www.eldiario.es/clm/kilometros-marcha-luchar-precariedad-laboral_0_891711041.html le aseguro, que ganas no faltaron.
Entre tanto, un año de no saber si puedes pagar la luz o el agua, el alquiler del piso o, como me pasó con las tasas de la Universidad directamente no poder pagarlas y tirar todo el esfuerzo de un año a la basura, a la clase trabajadora no nos regalan los master, al revés, nos ponen piedras en el camino cuando queremos estudiar, que para todo hay clases y clases.
Y todo ello, sin saber a día de hoy los motivos de mi despido, o, mejor dicho, sin que la empresa alegue motivos para mi despido, porque como dicen en su tierra con las meigas señora Ministra, “haberlos ailos”. Y los motivos son como denunciamos en nuestra demanda contra el despido, la vulneración de Derechos Fundamentales y la violación del Derecho a la indemnidad, porque si ha quedado claro en todo este proceso, es que a mí me despiden tras unas quejas por no querer hacer jornadas de 7:30 de la mañana a 11:30 de la noche durante varios días, por pedir la revisión de una nómina, por organizar y participar en asambleas, por informar a mis compañeros de sus derechos y por conseguir que por primera vez les paguen los días festivos (fíjese que logros en pleno 2020…) y, sobre todo, porque al parecer una persona así, no la querían como candidato en las elecciones a delegado sindical. De hecho, mi despido se produce justo después del preaviso de elecciones. No nos cabe ninguna duda de que esto es así, pues en las mismas elecciones sindicales, se me veto como candidato, incluso como elector, sacándome del censo electoral, y sólo incluyéndome parcialmente (solo como persona censada, sin derechos) tras las reclamaciones de CCOO.
Mi despido es a todas luces ilegal, no sólo va contra los mismos artículos que citan en la carta de despido: artículo 58 en su apartado 2 dice: “la sanción de las faltas graves y muy graves requerirán comunicación previa al trabajador, haciendo constar la fecha y los hechos que la motivan” y en la carta, no hay ni fecha ni hechos ninguno (insisto, ni después de un año), va también contra el Código Civil pues es un claro ejemplo de fraude de Ley Artículo 6.4. “Los actos realizados al amparo del texto de una norma que persigan un resultado prohibido por el ordenamiento jurídico, o contrario a él, se considerarán ejecutados en fraude de ley y no impedirán la debida aplicación de la norma que se hubiere tratado de eludir”(el pagar la indemnización). Pero incluso va contra el mismo Derecho Internacional pasándose por el arco del triunfo el art 4 del Convenio nº 158 de la OIT “No se pondrá termino a la relación de trabajo de un trabajador a menos que exista para ello una causa justificada, relacionada con su capacidad o su conducta o basada en las necesidades de funcionamiento de la empresa, establecimiento o servicio”. Y, por si fuera poco, ni siquiera respeta lo que firma en los contratos con la administración: cláusula 35 sobre reglas especiales respecto del personal de la empresa contratista “La empresa contratista procurará que exista estabilidad en su equipo de trabajo, y que las variaciones en su composición sean puntuales y obedezcan a causas justificadas, en orden de no alterar el buen funcionamiento del servicio informando en todo momento a la Dirección General de Carreteras”. Le aseguro que aquí las bajas, ni son puntuales ni justificadas en su mayoría de veces.
No hace ni unas semanas, otro compañero como yo ha sido despedido tras un más que discutible proceso interno, aunque en esta ocasión las empresas que gestionan esta Conservación se han visto obligadas a pagar nada menos que 50.000 euros para no ir a juicio. Esta vez no le han salido las cuentas a quien presumía de lo barato que le saldría despedir a trabajadores… ¿Cuántos despidos sin fundamento alguno más van a permitir? ¿Cuántos/as trabajadores/as se verán otra vez en la calle con la complicidad de las administraciones? ¿Sabe lo que es ir a trabajar sin saber si ese es el último día? Tienen que ponerse las pilas, ya.
Y ante todo esto, mi pregunta es la que formulé al principio ¿Se puede, o no se puede? Se puede poner fin a estas prácticas o no va a tomar mediadas la nueva ministra, va a impedir que esto siga así o van a seguir ignorando como sus antecesores han hecho. Si al menos nos diera la posibilidad de hacerle llegar los audios que tenemos en nuestra disposición, le aseguro que no le quedaría más remedio que actuar. Le pido encarecidamente, que cuanto menos se informe y tome las medidas que tenga que tomar. Lo siento por la expresión, pero se lo tengo que decir como lo siento: nos están jodiendo la vida.
Atentamente José F.