Sevilla: El 15-M mantendrá la vigilancia en la «Corrala Alegría» para evitar su desalojo
Agencias
El edificio fue ocupado el 30 de agosto por varias familias, alentadas por el 15-M, que lo rebautizaron como Corrala La Alegría y alegaron que se trata de un inmueble propiedad de Bankia, lo que negó la empresa propietaria, que ya había iniciado trabajos para reconvertirlo en un hostal.
La juez de instrucción 13 de Sevilla ordenó el pasado lunes a la Policía que desaloje el edificio, aunque después de una noche «intensa» la actuación de los cuerpos de seguridad no se ha producido, ha informado el 15-M en un comunicado.
Aunque han indicado que son conscientes de «lo difícil que será frenar el desalojo», el movimiento ha asegurado que será «aún más difícil que las autoridades puedan evitar que estas u otras familias que han padecido la crisis se realojen en los numerosos inmuebles vacíos que hay en Sevilla».
La vigilancia se mantendrá activa, manteniendo la «alarma constante», a la espera de que laPolicía Nacional pueda aparecer en cualquier momento para llevar a cabo el desalojo, han añadido.
Para conseguir la orden judicial, la empresa propietaria del inmueble alegó a la juez que la «ilícita actuación» de las familias había derivado en perjuicios para ella, tanto al verse privada de la posesión como al proyectar a la opinión pública una «imagen de insolvencia, deincumplimiento de sus compromisos con los bancos y desprestigio comercial completamente infundado y especialmente lesivo en los tiempos que corren».
Además, argumentó los «daños a terceros» causados porque la ocupación había impedido a los trabajadores que venían haciendo labores en el edificio seguir percibiendo su salario.
La empresa argumentó que la falta de luz eléctrica y otros suministros convierten la ocupación en un peligro para la salud, en especial si hay menores de edad, al convertir el edificio «en un lugar propicio para la suciedad, parásitos, insectos y roedores».
Con ocasión de la acción alentada por el 15-M, la sociedad propietaria aseguró que el edificio nunca había estado abandonado y que los últimos trabajos en su interior se efectuaron poco antes de que fuese invadido por cinco familias.