Al día siguiente de la manifestación por la vivienda más masiva de las últimas décadas en el Estado español, el Sindicat de Llogateres mueve ficha: hacemos un llamado a la movilización masiva el sábado 23 de noviembre para comenzar el camino hacia la huelga de alquileres. Si los rentistas y los responsables políticos no bajan los precios, lo haremos nosotros. La manifestación del domingo en Madrid, con más de 150.000 personas, ha marcado un punto de inflexión en la lucha por el derecho a la vivienda. Hoy se inicia un ciclo de organización de inquilinos con un objetivo claro: la gente que vivimos de alquiler ya no aguantamos más y estamos dispuestas a ir a la huelga si los precios no se reducen a la mitad.
Durante los últimos diez años, los inquilinos hemos visto cómo nos empobrecíamos cada vez más por unos precios de alquiler que crecen sin justificación alguna. Un grupo reducido de personas ricas y de empresas se ha estado forrando a costa de comprar y acaparar cada vez más casas para ponerlas a un precio prohibitivo. Los datos son claros: en el Estado, el 60% de las compras de pisos se pagan al contado, sin necesidad de hipoteca. En Barcelona, en los últimos 15 años, la mitad de las compras de vivienda han sido de inversores con 8 pisos o más.
Y no se han conformado con eso: la patronal rentista se ha dedicado a boicotear, de forma organizada, cualquier medida que hemos impulsado para mitigar nuestro sufrimiento. Han atacado judicialmente la regulación catalana de precios del alquiler, utilizan contratos fraudulentos de temporada y la precariedad de los contratos de habitación para seguir subiendo los precios aún más. Está claro: nuestros derechos van en contra de su lucro privado.
Mientras esto ocurría, los responsables políticos se han dedicado a proteger los intereses de los rentistas ofreciéndonos medidas descafeinadas o regulaciones defectuosas, llenas de agujeros. Ni han garantizado la aplicación de los pocos derechos que hemos ido ganando con la lucha social, ni han dado pasos significativos para bajar realmente los precios del alquiler y defender a la mayoría social. Mientras los partidos de derecha nos tratan de criminales, la ministra socialista apelaba a la solidaridad de los rentistas para evitar que los precios subieran aún más.
Ayer mismo, el presidente Sánchez nos decía que solucionaría “la crisis de acceso a la vivienda” con la farsa de los bonos para pagar el alquiler, es decir, con más transferencias de fondos públicos que acaban en los bolsillos de los rentistas, que compensarán la ayuda del gobierno con una nueva subida de precios.
Se ha acabado la paciencia. Este 23 de noviembre tomaremos las calles. Anunciamos que a partir de hoy comienza un proceso organizativo para llenar las calles. Trabajaremos bloque a bloque, barrio a barrio y ciudad a ciudad hacia una huelga que baje de una vez por todas los alquileres drásticamente. ¡Si dejamos de pagar el alquiler, se les acaba el negocio! Se ha acabado la paciencia. Este 23 de noviembre tomaremos las calles. Anunciamos que a partir de hoy comienza un proceso organizativo para llenar las calles. Trabajaremos bloque a bloque, barrio a barrio y ciudad a ciudad hacia una huelga que baje de una vez por todas los alquileres drásticamente. ¡Si dejamos de pagar el alquiler, se les acaba el negocio! ¡Si no nos bajan el precio del alquiler, nos lo bajaremos nosotros! ¡Si no nos bajan el precio del alquiler, nos lo bajaremos nosotros!
Sindicat de Llogateres