Se elevan las planillas de consumo eléctrico en Ecuador
Ya se está convirtiendo en una mala costumbre que cada vez y cuando, se eleven las planillas de consumo eléctrico en el Ecuador como parte de las exigencias del Fondo Monetario Internacional. Vale recordar que, en el mes de marzo de 2019, el Directorio Ejecutivo del FMI. aprobó un acuerdo con Ecuador en el marco del Servicio Ampliado del Fondo para desarrollar, según ellos, un modelo de crecimiento dinámico liderado por el sector privado que contempla entre otras cosas el aumento de los precios de la energía mediante la reducción de los subsidios (2.1% del PIB); elevar las tarifas de servicios gubernamentales y servicios públicos. Además, de encaminar un proceso de actualización de los estados financieros y valoración de los activos del sector eléctrico con miras de su privatización.
La reciente facturación con costos desorbitantes del servicio de energía eléctrica ha provocado nuevamente el malestar generalizado de la población. Variedad de comentarios de diverso calibre se escuchan contra los responsables y también injustamente contra sus progenitoras; largas filas de usuarios se observan en los exteriores de las dependencias eléctricas intentando entrar para hacer sus reclamos; una vez adentro, seguramente muchos quedarán perplejos frente a una exigencia que desde hace mucho tiempo en las distintas empresas de servicios públicos se ha oficializado: primero pague y luego reclame, como una forma de mercantilización del derecho constitucional al reclamo.
Pero ahí no queda todo, luego de los respectivos malabares económicos que tienen que ingeniarse para proceder al reclamo, se debe, además, dedicar un buen tiempo para cumplir con varios requisitos y trámites: presentar oficio escrito con fecha actualizada adjuntando la planilla anterior y la actual, fotocopia de tal o cual documento, foto del medidor, esperar a que vayan a inspeccionar, encomendarse a nuestra señora de la luz si se es creyente o, a Zeus dios mitológico del rayo para que el informe técnico salga favorable, para finalmente, escuchar las razones del aumento en el consumo de energía que van desde: supuestos cálculos históricos, o porque el medidor está obsoleto, o porque esta nuevo, o porque es invierno y sube el consumo, o porque es verano y también sube, hasta concluir que la planilla refleja el consumo real y, por un poco más, terminar pidiendo disculpas por lo injusto del reclamo y, hasta agradecido por la benévola oferta de convenios de pagos de la deuda, previa cancelación de un porcentaje y el resto pagaderos a largo plazo… un verdadero atraco en cómodas cuotas mensuales por parte de quienes deberían dar un servicio apropiado y a un precio, aunque no justo, por lo menos coherente a la realidad de crisis que se vive.
De los pocos que puedan sortear favorablemente el reclamo y se les reconozcan los errores en el planillaje, los valores pagados por adelantado que hizo el usuario, jamás lo vuelve a ver físicamente, porque su reintegro está supeditado al consumo en posteriores planillas, convirtiéndose en los hechos, en pagos por adelantado que constitucionalmente tampoco deberían existir.
Para atenuar el descontento y en el afán recuperar su deteriorada imagen, Lenín Moreno, durante una cadena nacional la noche del 22 de junio del 2020 señaló “hubo un mal manejo en el cálculo de las tarifas eléctricas» y por esta razón, «se corregirá de inmediato la facturación errada y los pagos pendientes se diferirán, a 12 meses», con esto el Gobierno establece nuevas tarifas para los 4,4 millones de clientes que representan el 83% del total de los usuarios a escala nacional.
Pero no dice que se oficializa un nuevo incremento en el sector residencial, veamos: desde enero del 2020 se anunció oficialmente que se mantendrá durante todo el año el pliego tarifario en los niveles del 2019; esto es, a un costo promedio USD 0,0926 el Kw/h, pero ahora anuncia que se cobrará una tarifa plana o fija de USD 10,5 centavos por kw/h. que significa un incremento de USD 1,24 centavos por cada Kw/h, en cambio los sectores industrial y comercial seguirán siendo los favorecidos, ellos no sufrirán ningún incremento más bien tendrán una disminución del 50% del valor actual de la tarifa.
Tampoco dicen que a pesar de contar con 9 hidroeléctricas construidas con la plata del pueblo ecuatoriano, no somos favorecidos con tarifas rebajadas y que más bien se prefiere vender a Colombia y Perú a costos por debajo a los que estamos pagando en el Ecuador.
El ministerio de energía ha señalado textualmente que la generación eléctrica para este año sigue siendo producida en un 90% por fuentes renovables – como hidroeléctrica, fotovoltaica y eólica – lo que permite que los precios de exportación sean competitivos y de interés para Colombia. Cabe destacar que, en 2019, Ecuador exportó 1825.49 GWh, lo que representó un total de 68.06 millones de dólares en beneficio de las arcas del gobierno a un precio de venta de USD 0,037 cada Kw/h. Muy por debajo del 10,5 que les toca pagar a los verdaderos dueños del parque hidroeléctrico.
Entre enero y febrero de 2020, el país ha exportado 234,38 GWh (Gigawatts/Hora) a Colombia: 126.70 Gigawatts/Hora en enero y 107.68 GWh en febrero, según datos del Operador Nacional de Electricidad – CENACE. Esta exportación ha significado un ingreso de USD 16 millones para el Estado ecuatoriano. a un precio de venta de USD 0,068 cada kw/h.
En cualquiera de los casos, se va colmando la paciencia ciudadana a tal punto que las calles continúan llenándose de exigencias; a las demandas del movimiento popular se suma ahora una nueva raya al tigre… el alto costo del planillaje.
Gabriel CC
Junio 2020