ROBO EN LA SOMBRA
Hemos venido hablando las últimas semanas de los verdaderos objetivos de las políticas neoliberales. Unas políticas neoliberales que buscan el enriquecimiento de una oligarquía privilegiada, que concentra, prácticamente, toda la riqueza y el poder, a costa de la mayoría de los ciudadanos. En España, nos hemos centrado, en concreto, en el paradigmático caso de la Comunidad de Madrid.
Estas políticas empobrecedoras social y medioambientalmente se apoyan en un lenguaje perverso, que tergiversa el significado de las palabras. Un lenguaje hecho para engañar. Un lenguaje adulterado, que deforma la realidad, apoyándose en una ingente cantidad de propaganda vestida de palabras bonitas y eslóganes sencillos, que buscan provocar una emotividad facilona en las personas. Con este marketing institucional se intenta desviar la atención de la gente y esconder las verdaderas consecuencias de las lesivas políticas que están aplicando a los trabajadores y al medio. Estas políticas se caracterizan por el doble rasero y el doble lenguaje. Pretenden convencer a los ciudadanos que les favorece lo que, en realidad, claramente les perjudica.
Podemos observar que todas estas políticas perjudican a quienes dicen defender. Dicen que quieren crear empleo, pero solo pretenden crear un empleo precario para las personas estrictamente necesarias. Dicen que es positivo rebajar los impuestos para todos, pero solo se rebaja los impuestos a los más ricos – que viven en un paraíso fiscal – En cambio, al resto de ciudadanos se les acribilla a impuestos y tasas – somos las 2ª Comunidad que más impuestos recauda – que no tienen una contrapartida en mejores servicios sociales. Dicen apoyar al pequeño comercio, pero favorecen a las grandes superficies contra las que los pequeños comerciantes no pueden competir porque no están en igualdad de condiciones. Estudios realizados en Francia han demostrado que por cada empleo precario que se crea en una gran superficie se destruyen 5 empleos estables en el pequeño comercio. Dicen favorecer la educación de calidad, pero ponen barreras financieras a la educación de todos. Dicen apoyar a los profesores, pero cuando éstos no les son afines ni apoyan sus medidas de desmantelamiento de la educación pública les atacan y, despiden a miles de ellos.
Todas estas políticas están favoreciendo a los mismos grupos empresariales y a las mismas personas. Hemos visto como la ‘nueva sanidad’ incurre en unos sobrecostes 8 veces superiores a la gestión puramente pública para favorecer a empresas constructoras e intereses privados. Como ante la ‘falta de ingresos públicos’ – se perdona cada año a los más ricos 3.500 millones en impuestos – se regala suelo público sin contraprestación para la construcción de centros privados y concertados. Son políticas, totalmente, ideológicas que favorecen con recursos públicos a unos grupos determinados en detrimento de la mayoría.
El mismo ejemplo de gestión – malversación y desvío de fondos públicos – que incurre en tremendos sobrecostes se viene dando en las autopistas. Lo que supone un nuevo ‘pelotazo’ para Esperanza Aguirre y sus amigos constructores. Tras el fiasco de las autopistas radiales y el crac inmobiliario, la ‘lideresa’ se ha convertido en ‘la Robin Hood de los ricos’. Madrid va a pagar a las empresas concesionarias – grandes multinacionales como Cintra, Abertis, Acciona, FCC, OHL y Sacyr – más de 2.000 millones de euros por una carretera – la M-45 – que a estas empresas les costó construir 487 millones. Esperanza Aguirre vuelve a demostrar que es una ‘buena gestora’ de los negocios privados y va a pagar 4 veces más con la famosa figura – inventada ad hoc – del peaje en la sombra. Parece que, en la sombra es menos doloroso y menos controlable el cargo que se hace contra el bolsillo de los ciudadanos. Está visto que los alquileres en Madrid están carísimos.
Ahí no queda la estafa, aun hay más. Para hacernos una idea de las dimensiones de ésta tenemos que ver cuánto cuesta el mantenimiento de los 2.500 kilómetros de carreteras madrileñas. Agarraos que vienen curvas. Pues bien, cuestan 65,5 millones de euros anuales. En cambio, el alquiler de los 57,8 kilómetros de autovías (M-407, M-45, M-511 y M-501) de gestión privada nos cuesta 103 millones de euros anuales. Por tanto, pagamos el doble por 2.442 kilómetros menos de autopistas. Acabamos de asistir a la demostración científica de que la gestión privada es más barata, más austera, más eficiente y más rentable para los ciudadanos.
Como les parecen pocos beneficios a nuestros amigos constructores, ahogados en sus deudas inmobiliarias, Esperanza Aguirre quiere implantar peajes en las carreteras ya sobradamente pagadas por los madrileños. A partir de ahora los madrileños van a pagar peaje por una carretera – la M-45 – amortizada 4 veces. Además, Esperanza Aguirre se plantea poner peajes a otras carreteras públicas. Pero, una vez demostrado el desastroso negocio que son las radiales va a construir otra – la R-1 – que costará entre 120 millones y 240 millones. Una autopista que está condenada a ser deficitaria – nunca va a alcanzar el volumen de tráfico que la haría rentable – Además, Madrid, está saturada por kilómetros de autopistas. Otro negocio ruinoso que va suponer un impacto ambiental irreversible ¿a quién beneficia esta dilapidación de recursos públicos?
Una de las excusas esgrimidas para utilizar la gestión privada es la ‘falta de financiación’. Pero ¿qué hace Esperanza Aguirre con la enorme cantidad de impuestos que recauda a pesar de perdonar miles de millones a los ricos y dar subvenciones ideológicas a fondo perdido? Desde 2008, el precio de los hidrocarburos se ha incrementado un 67%. Madrid recibe de los 1.000 millones que recauda el Estado por este impuesto, aproximadamente, 600 millones ¿qué hace Madrid con este dinero cuando el mantenimiento anual de la carreteras cuesta 65,5 millones? El Estado recauda 25.000 millones de euros anuales en impuestos de hidrocarburos, céntimo sanitario, matriculación, tasas, vehículos de tracción mecánica, etc. El mantenimiento de las carreteras cuesta 1.300 millones ¿qué se hace con ese dinero? ¿Por qué estamos salvando a unas constructoras y bancos estrangulados por sus deudas y negocios ruinosos? ¿Por qué lo llaman austeridad cuando quieren decir robo? Un auténtico robo en la sombra.
http://lavozdebida.wordpress.com/2012/06/12/robo-en-la-sombra/