Reflexiones sobre la reducción de la jornada de trabajo venezolana.
Reflexiones sobre la reducción de la jornada de trabajo venezolana.
 
 
 
El sistema económico venezolano se sustenta en la base legal de la propiedad privada de los medios de producción. Así, todas aquellas personas sin acceso directo a los medios de producción deben vender su fuerza de trabajo a los patronos.
 
El trabajo es un proceso de interacción entre el hombre y la naturaleza, a través del cual el hombre se vale de sus capacidades creadoras para transformar la naturaleza en un valor de uso capaz de satisfacer necesidades de cualquier índole.
 
En este proceso, el capitalista compra la fuerza de trabajo al obrero, a cambio de un salario de subsistencia, proceso donde se desprende la apropiación del trabajo del proletario a plena disposición del comprador. Éste se asegura que sus obreros puedan continuar desempeñando su labor con lo mínimo necesario para sobrevivir. Luego cada empleado tratará de ir escalando puestos por encima de otros seres humanos, con la ambición desmedida de superación inculcada por la lógica del sistema, obtener un mayor salario a costa de lo que se interponga en su camino.
 
En el mercado laboral confluyen laoferta y la demanda de trabajo, en él surge la lucha entre seres humanos por un puesto de trabajo. Como es sabido, no todos las personas que deseen vender su fuerza de trabajo son contratadas, lo que genera una vanguardia de peones (que Carlos Marx denominó “ejército de reserva”) dispuestos a trabajar en cualquier tipo de condiciones, que, por lo general están por debajo de las condiciones de subsistencia. Este llamado “ejército de reserva” cumple un papel fundamental en el proceso de agudización de la lucha de clases.
 
El salario es uno de los mejores mecanismos del sistema capitalista para disfrazar la esclavitud asalariada, que empuja continuamente al proletariado a esforzarse con el objetivo de romper la productividad media, entrampando de manera continua a los obreros enajenadospor obtener un mejor salario. Para ello véase el cambio que realiza el capitalista del salario por tiempo, al salario por pieza, proceso donde embaucan al obrero con un supuesto mejor salario como carnada para esforzarse y producir más de lo comúnmente producido (productividad media).
 
En la grandísima falacia de percibir una mejor remuneración por esforzarse más, el proletariado desgasta su vida. A medida que el obrero se suda más, el capitalista recibe más ganancia y así se expande la brecha obrero-patrón y se desvanece cualquier posibilidad de superación real del proletariado. El sistema imperante concentra y centraliza el capital cada vez en menos personas. De esta forma nacen los grandes monopolios que garantizan la hegemonía del poder económico y se perpetúa la explotación del hombre por el hombre.
 
No pretendemos concluir que esforzarse es pernicioso para la sociedad, lo que intentemos expresar es la desigualdad sustentada en la propiedad privada de los medios de producción para arrebatarle el trabajo al proletariado. La nueva sociedad debe construirse sobre el esfuerzo colectivo para la satisfacción de las necesidades colectivas.
 
Por los caminos tradicionales pasará el tiempo y el obrero morirá siendo obrero. El sistema lo lleva a prostituirse de una manera tan feroz que incurre en males como la corrupción, el egoísmo y el despotismo, con tal de alcanzar el poder económico.
 
La propuesta de la reforma constitucional, en su artículo 90, contempla la reducción de la jornada laboral diurna a un máximo de 6 horas diarias y 36 semanales, y la nocturna a un tope de 6 horas diarias y 34 semanales. Esto con el objetivo de garantizar a los trabajadores mayor tiempo libre para estudiar, recrearse y desarrollarse física, moral, cultural e intelectualmente. Sin duda, se trata de una acción reivindicatoria de los trabajadores y trabajadoras de la Patria.
 
Esta medida de reivindicación se ha aplicado en muchos países, después de la ardua lucha que emprendió el proletariado europeo y estadounidense para conseguir mejoras laborales y que dejó a su paso innumerables víctimas.
 
Cabe recordar el memorable primero de mayo de 1886, cuando el movimiento obrero organizado en Chicago, Estados Unidos, paralizó más de 5 mil fabricas y más de 340 mil obreros salieron a exigir la disminución de la jornada laborala 8 horas, bajo el famoso lema: “8 horas para trabajar, 8 horas para dormir y 8 horas para estar con la familia”. Rápidamente devinieron en violencia, debido al fusilamiento de un grupo de obreros, que textualmente expresaron lo siguiente en aquel entonces:
“Trabajadores: la guerra de clases ha comenzado. Ayer, frente a la fábrica McCormik, se fusiló a los obreros. ¡Su sangre pide venganza!
¿Quién podrá dudar ya que los chacales que nos gobiernan están ávidos de sangre trabajadora? Pero los trabajadores no son un rebaño de carneros. ¡Al terror blanco respondamos con el terror rojo! Es preferible la muerte que la miseria.
Si se fusila a los trabajadores, respondamos de tal manera que los amos lo recuerden por mucho tiempo.
Es la necesidad lo que nos hace gritar: “¡A las armas!”.
Ayer, las mujeres y los hijos de los pobres lloraban a sus maridos y a sus padres fusilados, en tanto que en los palacios de los ricos se llenaban vasos de vino costosos y se bebía a la salud de los bandidos del orden…
¡Secad vuestras lágrimas, los que sufrís!
¡Tened coraje, esclavos! ¡Levantaos!”.
 
El conflicto culminó en la masacre de la “Plaza Haymarket” el 4 de mayo.
 
Se decretó toque de queda y se acusó a los obreros de anarquistas desestabilizadores, fueron llevados a juicio y luego ahorcados. De los torturados injustamente destaca Louis Lingg, obrero de 22 años quien expresó:
“Me acusáis de despreciar la ley y el orden. ¿Y qué significan la ley y el orden? Sus representantes son los policías, y entre éstos hay muchos ladrones. Aquí se sienta el capitán Schaack. El me ha confesado que mi sombrero y mis libros habían desaparecido de su oficina, sustraídos por los policías. ¡He ahí vuestros defensores del derecho de propiedad!
Yo repito que soy enemigo del orden actual y repito también que lo combatiré con todas mis fuerzas mientras respire. Declaro otra vez franca y abiertamente que soy partidario de los medios de fuerza. He dicho al capitán Schaack, y lo sostengo, que si vosotros empleáis contra nosotros vuestros fusiles y cañones, nosotros emplearemos contra vosotros la dinamita. Os reís probablemente porque estáis pensando: «Ya no arrojará más bombas». Pues permitidme que os asegure que muero feliz, porque estoy seguro que los centenares de obreros a quienes he hablado recordarán mis palabras, y cuando hayamos sido ahorcados, ellos harán estallar la bomba. En esta esperanza os digo: ¡Os desprecio; desprecio vuestro orden, vuestras leyes, vuestra fuerza, vuestra autoridad! ¡Ahorcadme!”.
 
Irónicamente en Estados Unidos no se conmemora el día internacional del trabajador. Al parecer el sistema borró de la memoria del pueblo los sucesos ocurridos en aquel entonces y eso justamente tiene consonancia con la lógica del sistema imperante, que sólo busca la continua generación de borregos que actúen como maquinas en la reproducción del capital.
 
En líneas generales la medida de la disminución de la jornada laboral en los países desarrollados busca garantizar al obrero tiempo libre para su sana recreación, así como abrir el mercado laboral a nuevos puestos de trabajos o, lo que es igual, disminuir el desempleo. Lo mismo sucede en Venezuela con la propuesta de modificación del texto constitucional.
 
La constitución vigente define en su artículo 90 que “la jornada diurna no deberá exceder de 8 horas diarias y la jornada nocturna no deberá exceder de 7 horas diarias”.
 
El presente gráfico representa una línea de tiempo, que expresa la jornada diaria de 8 horas detrabajo. En ella podemos diferenciar dos límites:
§Límite inferior que viene dado por la cantidad de “Trabajo Necesario” a través del cual el capitalista recupera la inversión inicial. Representada en el segmento A – B.
§Límite superior el cual representa la expropiación por parte del capitalista al obrero, en otras palabras la plusvalía. Representada en el segmento B – C.
 
Gráfico Nº 1
En el proceso de la vida cotidiana el trabajo necesario y el trabajo excedente se compactan, formando unagregado en el cual no se diferencia el uno del otro, imposibilitando su diferenciación.
 
La cuota de plusvalía obtenida por el capitalista viene dada por la expresión: Tiempo de trabajo Excedente/Tiempo de trabajo Necesario. Ello explica el hambre insaciable que brota de la producción capitalista de mercancías por absorber el trabajo excedente, en una sociedad cuyo régimen de producción da mayor importancia al valor de cambio sobre el valor de uso.
 
A simple vista, con la medida propuesta en la Reforma Constitucional acerca de la reducción de la jornada laboral contemplada en su artículo 90,nos da la impresión que el capitalista sale perjudicado, que la cuota de ganancia disminuye. Ya que el obrero labora menos tiempo de Trabajo Necesario, manteniendo constante su salario de subsistencia, y a su vez el capitalista debe comprar más fuerza de trabajo para cubrir el espacio causado por la reducción de la jornada de trabajo venezolana.
 
Al profundizar rigurosamente en el fenómeno analizado, visualizamos dos escenarios:
 
I.Manteniendo la productividad constante, la cual viene expresada por el Tiempo de trabajo Necesario, la medida implicaría una reducción del Tiempo de trabajo Excedente, lo que efectivamente disminuiría la cuota de ganancia del capitalista, representada en el gráfico Nº 2, segmento C- C`.
 
Grafico Nº 2
II.Aumentando la productividad, bien sea por perfeccionamiento de las técnicas productivas o un mejoramiento de la tecnología, lo que implicaría una reducción del Tiempo de trabajo Necesario, manifestada en el gráfico Nº 3, segmento B-B`. Implicando a su vez un incremento del Trabajo Excedente. Representada por el segmento B`- C.
 
Gráfico Nº 3
 
 
Evidentemente que el capitalista querrá la segunda opción, ya que representa el escenario de mayor ganancia en todos los aspectos, pero consideramos que la realidad venezolana se ubica en el primer escenario, por lo cual haremos mayor énfasis en este.
 
Enfocándonos en el primer escenario, nos da la impresión que el capitalista perdiera. Escudriñando con más atención el contexto, nos encontramos con que la disminución de la cuota de ganancia o plusvalía, no es lo que parece ser, ya que al aumentar la cantidad de personas que vendan su fuerza de trabajo generado por la reducción de la jornada laboral, el capitalista se estará apropiando de una cantidad mayor de trabajo excedente, compensando la reducción de la cuota de ganancia.
 
Calcular con exactitud cuanto tiempo corresponde a Trabajo Necesario y cuando corresponde a Trabajo Excedente, no es interés particular de este escrito, pero lo que si sabemos a ciencia cierta en el caso venezolano es que la jornada de trabajo debe tener un límite inferior y un límite superior. En todo sistema capitalista por muy deformado que se encuentre, como es la realidad económica venezolana, deben existir estos parámetros: Trabajo Necesario, Trabajo Excedente. Al reconocer la teoría marxista de la plusvalía, necesariamente estamos aceptando esta caracterización de la jornada de trabajo.
 
Actualmente hay que reconocer que la economía venezolana está caracterizada por un aparato productivo incapaz de generar la cantidad de bienes y servicios requeridos por los agentes económicos, lo cual genera una brecha entre oferta y demanda, que trae como consecuencia un desabastecimiento de los bienes y servicios. El atrofiado aparato productivo es producto de un cúmulo de políticas económicas neoliberales que implicaron una depauperación sostenida en el nivel de vida del venezolano. Enmarcado en este contexto es importante resaltar un factor importantísimo que ha agudizado la producción nacional de bienes y servicios, nos referimos a la desestabilización política que ejercen los monopolios del sector privado venezolano-burgués para desequilibrar al gobierno revolucionario a través del desabastecimiento de bienes y servicios básicos para la sociedad.
 
Es por ello que el poder económico privado de este país optará por incrementar los precios de los bienes y servicios. El gobierno deberá ejercer un control de precios más riguroso, con el objeto de velar por la seguridad social, la cual debe estar por encima de la lógica vulgar de la economía neoliberal.
 
Lo revolucionario de esta propuesta es el tiempo del cual puede disponer el proletariado para compartir con sus familias, estudiar, descansar, en fin es una medida que libera al ser humano, sobre todo en las saturadas urbes capitalinas, donde al empezar o al concluir la jornada de trabajo el empleado consume horas y horas en colas interminables para poder llegar a su trabajo o regresar a casa.
 
Económicamente hablando creemos que la economía venezolana no está en capacidad de sustentar esta medida, ya que el aparato productivo es infecundo en la producción de bienes y servicios que requiere la economía. Por ello sabemos que hay que prever un escenario en el cual los capitalistas harán un ajuste en los precios y el gobierno deberá ejercer un riguroso control de precio, para que no haya incrementos desmedidos y se ponga en peligro la seguridad social del pueblo.
 
Sin embargo, dicha medida no puede ser vista como algo aislado, deber ser analizada como parte de un todo, en elcual el gobierno está impulsando y estimulando el aparato productivo a través del gasto público con el objetivo de generar una diversificación de nuestra economía. Entre esas medidas a grosso modo puedo citar:
 
 
 
 
Nos espera un camino promisorio. Este paquete de medidas aunadas a la creación de distintos tipos de propiedad, con el interés de avanzar hacia lademocratización de la propiedad, se presenta como un nuevo paradigma de comunidades organizadas que podrán ejercer el control de los medios de producción, y por ende controlar el proceso de producción y distribución para satisfacer sus necesidades reales, y demás comunidades aledañas.
 
 
 
 
 
 
Elio Córdova
Asociación Bolivariana de Economistas Socialistas
Estudiante de Economía (tesista)
 
Caracas 13 de Octubre de 2007