¿Qué pasa en Irán?
Irán o mejor dicho la República Islámica de Irán, es un estado donde viven cerca de 70 millones de personas. Por otro lado cuenta con unas reservas de petróleo comprobadas de 132,5 miles de millones de barriles, es decir las terceras del mundo. Además tiene capacidad militar para cerrar el estrecho de Ormuz (puerta del golfo pérsico al índico) y por donde se circula cerca del 40% de la producción mundial de crudo. En el plano tecnológico Irán ha sido uno de los pocos países capaces de desarrollar una industria automovilística propia, así como agroindustrial armamentística y actualmente incluso nuclear. Ocupa el 18º lugar en cuanto a extensión y población y el 18ª en PIB por habitante. Es decir no es un país cualquiera, es claramente un potencial regional y por lo tanto lo que suceda en las calles de Teherán tendrá influencia a lo largo y ancho del planeta, desde Líbano a Palestina, pasando por el mercado internacional del petróleo, sin olvidar las amenazas israelíes de bombardear Irán en otoño del presente año.
La dictadura prooccidental del Sha acabó en 1979, a consecuencia de la revolución iraniana, un auténtico movimiento de masas que puso fin a una sangrienta dictadura. Una revolución que abrió la puerta de la esperanza de grandes sectores de la población iraní. El proceso revolucionario fue llevado adelante por tres sectores principalmente, uno del partido Tudeh filocomunista, que siguió una estrategia basada en las acciones guerrilleras y una orientación política que podría asimilarse al Frente Popular, argumentando que la revolución debía posponerse hasta después de la consecución de un República Islámica democrática. Estrategia que en la práctica permitió a los sectores religiosos consolidar su liderazgo. En el Islam chií, a diferencia del suní, si existe una jerarquía muy similar a la católica, ya en aquellos momentos la jerarquía chíi tenía 180.000 miembros entre ellos 90.000 mullahs y 50 ayatollahs. Así los predicamentos del clérigo radicalizado Khomeini llegaban a centenares de miles de personas e incluso millones, en las áreas más pobres y rurales del país. Por otro lado existía una nueva clase trabajadora forjada en los años de industrialización, que tras la crisis del petróleo de 1976 sufrió un terrible empeoramiento de sus condiciones de vida así como una represión terrible cuando intentaban organizarse.
A finales de 1979 la organización de estudiantes daftar-e tahkim-e vahdat (Oficina para consolidar la unidad), uno de cuyos principales dirigentes era el actual presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, ocuparon la embajada estadounidense durante 444 días manteniendo secuestrados a decenas de rehenes. EEUU animó al Irak de Sadam Hussein a invadir Irán, dando origen a una terrible guerra que duró desde 1980 hasta 1988. Guerra que se cobró cerca de un millón de muertos y dos millones de heridos. Guerra en la que Irak utilizó armas químicas fabricadas en EEUU y Rusia. Khomeini también utilizó la guerra para afianzar su poder y en 1983 atacó a Tudeh y al resto de organizaciones de Fedayines hasta acabar con ellas.
Así llegamos a las elecciones de este año, con la invasión de Irak de por medio, el agravamiento del conflicto palestino, la guerra del Líbano, el conflicto nuclear y la crisis económica, que ha llevado a Irán a tener una inflación del 25%.
– Primero: que se recuenten los votos las veces que haga falta, en Irán y en todos los lugares donde alguien lo denuncie.