PSICOLOGÍA DE MASAS DEL FASCISMO. Wilhelm Reich. Resumen. 5. El amor propio nacionalista.
Por Manu Maketo
5.El amor propio nacionalista.
En la estructura psi. pequeño-burguesa, los nexos nacionales y familiares coinciden. El jefe (Führer), representa la encarnación de la nación, en la medida que la encarne conforme a los sentimientos de la masa, puede instaurarse respecto a él un nexo personal. Y en tanto y en cuanto, se dedica a despertar en los individuos, los nexos afectivos familiares, preponderantes a lo largo de la historia, llega a ser una figura paternal, que concentra en él, al padre severo pero también protector.
Cuanto mayor es el desamparo efectivo, y más la identificación con el jefe, la necesidad infantil de apoyo, se camufla, bajo el sentimiento de formar una unidad con el jefe. Es el fundamento del narcisismo nacional, es decir, del amor propio que extrae de la “grandeza de la nación”. Se siente defensor del “pueblo”, de la “nación”, lo que no le impide al mismo tiempo, despreciar a la masa. Su situación de miseria material y sexual, está sofocada psicológicamente, por la idea exaltante de formar parte de la raza de los señores y, ser conducido por un genio, el Führer. Frente a esto, está, el trabajador que ha tomado conciencia de clase, mediante la formación y la lucha.
¿Cuáles son las fuerzas psicológicas que actúan?
Los impulsos afectivos que sirven de base, son los mismos que entre los nacionalistas, únicamente el contenido de la excitación afectiva, es diferente.
El trabajador que tiene conciencia de clase, se identifica con la masa internacional de los trabajadores, en lugar de con la patria nacional. Con el compañero de clase, en vez de con el jefe. Con la propia clase, en vez de con la clase dominante. Con los pueblos oprimidos de la tierra, en vez de con la familia. De los sentimientos colectivistas, derivan la conciencia de la propia personalidad individual.
Debemos seguir preguntándonos, qué es lo que hace que esa energía de identificación, vaya en una dirección radicalmente distinta. A gran escala, en primer lugar, el modo de producción colectivo en la fábrica, contrasta brutalmente, con el trabajo individual del pequeño campesino y, el pequeño comerciante. Se trata de explorar las fuerzas motrices, mediante las cuales, tal o cual contenido político, llegan a asegurarse la dominación exclusiva de la vida afectiva. En todo caso, el factor decisivo no es el hambre. El elemento decisivo y específico está, en el modo de producción, de estas capas sociales (proletariado, pequeña burguesía), y en la postura respecto a la sexualidad, que de ellas se deriva.
Por muy confundido y aburguesado, el tipo medio de proletario, tiene una actitud más abierta y natural ante la cuestión sexual, que el tipo medio pequeño-burgués, y su actitud es más abierta, por la ausencia de identificación con el poderío del Estado, con el “jefe supremo” y con la nación. Como en el proletariado, la juventud del pequeño campesinado, tiene una temprana experiencia de las relaciones sexuales, pero, a causa de la estricta educación patriarcal, esta experiencia es muy perturbada: las relaciones sexuales se realizan a escondidas, la frigidez de las jóvenes es la regla general, la histeria, (conflicto psíquico, básicamente de dos tipos: fijado interiormente, somatizado; exteriormente, fobia) no abunda en ninguna parte como en el campo.
Los trabajadores industriales, la aristocracia obrera, aburguesamiento del proletariado, en la democracia burguesa. Para comprender, por qué medios puede penetrar el fascismo en la clase obrera, en general, cuando la pequeña burguesía se ha constituido como la base de masas, hace falta seguir el proceso ideológico, que se efectúa en el seno del proletariado, en el paso de la democracia burguesa, a las fases preparatorias de los decretos-leyes, de la eliminación del Parlamento, hasta la dictadura declarada.