Primer ministro griego rechaza el ultimátum europeo y evalua pedir solo una ampliación del crédito
El nuevo primer ministro griego, el izquierdista Alexis Tsipras, rechazó en un duro discurso parlamentario el ultimátum que puso la Eurozona sobre la mesa la noche del lunes.
Los ministros de Finanzas del euro habían dicho a su homólogo griego, Yanis Varoufakis, que no había mucho que negociar y que la única vía posible para Grecia sería pedir una ampliación del programa de rescate actual, con su supervisión externa y sus ajustes.
Tsipras tachó de chantaje ese ultimátum y dijo que no tenía prisa para alcanzar un acuerdo. Lo de la prisa es relativa porque a Atenas se le acaba el sostén de los préstamos europeos el 28 de febrero y, a partir de ahí, tendría que refinanciarse por sus propios medios cuando el riesgo país está por encima del 10 por ciento y su deuda ya llegó al 185 por ciento.
Un Tsipras durísimo anunció que cumplirá sus promesas de campaña electoral y que esta misma semana llevará a votación al Parlamento sus primeras medidas, que incluirán acabar con una de las exigencias del ajuste para prohibir los desahucios de primera residencia.
El primer ministro heleno tuvo francas palabras para el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, quien había dicho el lunes en una entrevista que “sentía lástima por los griegos, porque eligieron a un Gobierno irresponsable”.
Tsipras dijo que Schäuble “perdió la calma e hizo algunos comentarios despectivos sobre el pueblo griego. Le recuerdo que debería sentir lástima por los que llevan la cabeza baja” y que “Grecia ha levantado la cabeza” y no volverá a ser “una colonia de deuda. Por primera vez nuestro país tiene su propia voz” y “saldrá de la trampa de la deuda”. Tsipras también criticó a un diario heleno que había publicado una caricatura de Schäuble disfrazado de nazi.
El premier heleno se hizo eco de la denuncia que lanzó la noche del lunes su ministro de Finanzas. Según la versión griega, el lunes por la tarde Varoufakis había llegado a un acuerdo con el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea, que debía presentarse a los ministros del euro pocas horas después.
Ese documento, filtrado a la prensa la madrugada pasada, reconocía la “crisis humanitaria” en Grecia, aceptaba la concesión de un préstamo a Grecia para ir tirando unos meses hasta que se acordara un nuevo programa de rescate negociado desde cero y dejaba en un 1,5 por ciento la exigencia de superávit fiscal.
Pero en esa reunión, siempre según la versión griega que en Bruselas nadie desmiente, el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, puso sobre la mesa un documento de acuerdo nuevo, que Grecia no había consultado y que repetía las exigencias anteriores a la negociación de Varoufakis con las instituciones internacionales. Dijsselbloem nunca hubiera hecho esa maniobra sin la aquiescencia de Schäuble, amo y señor de estas reuniones de los 19 ministros del euro.
El diario griego Kathimerini anunció que Grecia pedirá este miércoles una ampliación del programa de rescate, pero basada en la propuesta de la Comisión Europea que Dijsselbloem había eliminado en las negociaciones.
Fuente: Agencias/ Idafe Pérez de El Tiempo.com