Presencia de Giorgio Agamben (I)
« Cuando alguien pregunta para qué sirve la filosofía, la respuesta debe ser agresiva, ya que la pregunta se tiene por irónica y mordaz. La filosofía no sirve ni al Estado, ni a la Iglesia, que tiene otras preocupaciones. No sirve a ningún poder establecido. La filosofía sirve para entristecer. Una filosofía que no entristece o no contraria a nadie no es filosofía. Sirve para detestar la estupidez, hace de la estupidez una cosa vergonzosa. Sólo tiene éste uso: denunciar la bajeza del pensamiento en todas sus formas […] . Denunciar en la mistificación esa mezcla de bajeza y de estupidez que forma también la asombrosa complicidad de las victimas y sus autores. En fin, hacer del pensamiento algo agresivo, activo y afirmativo. Hacer hombres libres, es decir, hacer hombres que no confundan los fines de la cultura con el provecho del Estado, la Moral o la Religión. Combatir el resentimiento y la mala conciencia que ocupan el lugar del pensamiento. »
Gilles Deleuze, Nietzsche y la filosofía
Mal que les pese a algunas de las luminarias del diario global, uno novelista y académico y el otro filósofo, representantes del canon del pensamiento hispano, el italiano es uno de los filósofos actuales con extensa obra y con pensamiento propio, y sin dudar uno de los que realizan análisis críticos, resistentes y rebeldes en un horizonte de establecer una ontología del presente; parecen los señalados, me resisto a nombrarlos, tendentes a cumplir con aquel machadiano se desprecia lo que se desconoce, o a aquel que investiguen ellos que denostase Unamuno. Se lee solapadamente ( unas solapas) o un articulito y se compara a Agamben con, nada menos, que con Marta Sánchez ( la del maravilloso e innovador himnopatrio ), haciendo que la coplista aparezca como más sabia que el primero, o se despelleja al italiano, por parte del académico, quien insulta dejando ver que no entiende nada de este “cerebro privilegiado”, al que asocia sin matiz alguno con Zizek. Pero, en fin, dejémonos de las bobadicas de estos pesebreros, encumbrados gigantes ( debido a que sus admiradores están de rodillas) y vayamos al tema, dejando constancia de que no es mi intención erigirme en abogado defensor del italiano, que desde luego mal abogado tendría, amén de que no lo necesita , a no ser en momentos en que se las ha tenido que ver con las autoridades, y no precisamente por su adocenado conformismo.
En estos últimos tiempos a causa del coronavirus algunas intervenciones suyas han provocado cierta polémica ( quien no arriesga hipótesis seguro que no se equivoca) , al tiempo que también han traído a la palestra algunas de sus tesis fundamentales que los tiempos que corren parecen confirmar; otra cosa será si algunas medidas especiales , que en algunos países este modo de funcionamiento ya es norma, han venido para quedarse o desaparecerán en la medida en que se acabe con el virus de marras, aunque otros virus vendrán, otras catástrofes, naturales o provocadas, que harán necesarias las medidas extraordinarias de excepción…en directa aplicación de la doctrina del shock de Naomi Klein.
No es exagerar afirmar que el italiano es de los pensadores más fecundos y más sugerentes de la actualidad y que su pensamiento hace pensar y repensar desde una óptica de probidad ética los problemas de nuestro hoy; esto no quiere decir que algunas de sus intervenciones no caigan en ciertos derrapes difíciles de seguir y aceptar( al llevar las cosas al nivel de ejemplos-límite), lo que no entra en contradicción con que la flecha que señala hacia el futuro, basándose en algunos hechos y comportamientos de la actualidad, resulta ciertamente plausible ( esto puede constatarse , ciertos juicios apresurados, en su primer artículo acerca del coronavirus, aunque cierto es que posteriormente puntualizó sus afirmaciones, o en algunas reflexiones vertidas en Lo que queda de Auschwitz que levantaron amplia polvareda, y que fueron criticadas con furia; ejemplo de tales críticas serían las vertidas por Claudine Kahan y Pierre Mésnard en su Agamben à l´eprueve d´Auschwitz. Ed. Kimé, 2001, que someten las afirmaciones de Agamben a una lectura al pie de la letra, no permitiendo ningún lugar a la analogía. .
Perteneciente a la colla de filósofos italianos de una generación que ha dado mucho que pensar: ahí estánAntonio Negri, Gianni Arrighi, Paolo Virno, Roberto Esposito o Gianni Vattimo, y formado en las enseñanzas de Martin Heidegger , a algunos de sus cursos asistió, de Walter Benjamin, cuyas obras tradujo y editó en Italia, además de haber descubierto algunas obras perdidas, de Hannah Arendt o de Michel Foucault. En su quehacer se cruzan la literatura y la filología, la teología , la ontología, la política, la filosofía del derecho, la estética, en un conjunto que procura una visión compleja que hunde sus fundamentos en la historia y en los debates que en tales disciplinas se han desarrollado, en una extensión dirigida a los problemas de hoy, y…de mañana. Mas vamos por partes.
Itinerario biográfico
Nacido en Roma en 1942, cursó estudios de Derecho, concluyéndolos con una tesis sobre Simone Weil. En los sesenta se relacionó con el círculo formado por Elsa Morante, Alberto Moravia y Pier Paolo Pasolini, entre otros. A finales de dicha época siguiço los seminarios de Heidegger en Thor, sobre Heráclito y Hegel; la influencia de tales enseñanzas se dejará ver en buena parte de su obra, En 1970 viaja a Paris, capital a la que fue como lector de italiano, frecuentando a Pierre Klossowski e Italo Calvino, momentos en los que profundiza en los temas lingüísticos y en el pensamiento medieval. Posteriormente pasará dos años en Londres en el Warburg Institute.
De vuelta a Italia, se hace cargo de la edición, para la editorial Einaudi, de las obras completas de Walter Benjamin . Sus lazos con Francia se mantendrán de manera especial, siendo director de programa en el Collège international de Philosophie, entre los años 1986 y 1993; su enseñanza de estética se desarrolla en la universidad de Macerata, en las Marches, en la universidad de Verona y posteriormente en la universidad de arquitectura de Venecia. Profesor visitante en varias universidades americanas durante años, y nombrado distingued professor en la New York University, renuncia a tal distinción debido a que rechaza la obligación impuesta a todo extranjero llegado a suelo americano de la toma de sus huellas.
Sus obras son traducidas por todo el mundo siendo considerado uno de los más eminentes figuras de la filosofía contemporánea; obras en las que se entreveran la erudición, el rigor y la coherencia, y su capacidad de integrar las diferentes fuentes de las que bebe. Pensamiento curtido en un diálogo permanente – real o imaginario- con diversos pensadores como Jacques Derrida, Gilles Deleuze, Michel Foucault, Jean-Luc Nancy o Antonio Negri. Desde principios de los sesenta encaminó su trabajo al análisis de lo político, partiendo de las innovadoras posturas foucaultianas acerca de la biopolítica, en la perspectiva de elaborar una teoría sobre la relación existente entre el derecho y la vida, en constante crítica de la soberanía.
Itinerario intelectual
Trabajador incansable, ser solitario sin evitar apariciones públicas, y posturas comprometidas, con algunos estallidos sonados. No está de más rastrear el camino que ha recorrido este jurista par convertirse en uno de los filósofos más relevantes de la actualidad.
Los años sesenta en Italia fueron los de un boom económico y a presencia de diferentes vanguardias artísticas; con algunos componentes de dichos ambientes se codeó, pudiéndose señalar, de modo anecdótico, su cameo en La pasión según san Mateo de Pasolini, como Felipe, uno de los apóstoles de la primera hornada , que se distinguía por su juventud. Al mismo tiempo cursaba los estudios de derecho , lo que le llevó a profundizar en los mecanismos de reproducción y el funcionamiento de tal disciplina , mostrando su carácter de experto en sus volúmenes de su Homo sacer, nueve entregas que comenzaron a editarse a finales de los noventa y que concluyó en 2015. El recurso a diferentes fuentes del derecho , desde el romano hasta las legislaciones actuales, pasando por el derecho eclesiástico, buscando los denominadores comunes y las genealogía y desarrollo de las diferentes normas, plasmadas en las legislaciones actuales. Profundiza en las nociones de homo sacer y vida nuda, y el carácter de exiliado , o de fuera de la ley, que hace del ciudadano un ser en manos del soberano. Lo que le hace recurrir a modo de ejemplo a los campos del nacionalsocialismo, Auschwitz, como estructura bajo la que funciona la sociedad actual, modelo que sí que ciertamente es aplicable en gran medida desde un punto de vista jurídico en algunos casos que trae a colación como Guantánamo o los campos de internamiento de los emigrantes, lugares en los que los encerrados son números sin identidad y sis ningún estatus jurídico; es como si no existiesen, estando su vida en manos de quienes mandan, suponiendo esto que su vida política ( bios), se vea reducida a pura vida biológica ( zoé) . Estatus comparable el de los judíos o los salvajes…sin cámaras de gas, añadiría servidor, si bien también es verdad que el pensador italiano limita su metáfora al estado jurídico que convierte a los supuestos sujetos en seres domesticados, que se mueven en una especie de res nullium legal; eso hace que los ciudadanos de la sociedad moderna vivan como adormilados, al modo de seres en coma, comparándolos con los musulmanes de los campos, hombres vaciados, sin atributos, etc. Algunos análisis de Hannah Arendt sobre los exiliados tienen estrechos parecidos de familia con lo expuesto por Agamben.
Todas estas cuestiones, fueron compaginadas, influenciado por las lecciones de Heidegger, en lo referente a la importancia del lenguaje , y su relación con la muerte, aspectos que quedan reflejados en sus textos recopilados en Estancias, El lenguaje y la muerte o Idea de la prosa; igualmente las diferencias entre lo animal y lo humano ha ocupado sus reflexiones por la senda abierta por el maestro alemán ( Infancia e historia, Lo abierto. El hombre y el animal ). Otro de los aspectos esenciales de la influencia de los temas heideggeraianos residen en lo referente a la temporalidad, que se balancea entre la finitud y la angustia.
En este último terreno , los años ochenta, van a suponer una huella profunda, y cierto giro, en su trayectoria, debido al contacto con el denominado postestructuralismo francés ( Nancy, Deleuze y Guattari, Foucault o Derrida; al que cabría añadir a Negri que por aquellos años se movía por París), a lo que se ha de sumar la edición de las obras completas de Walter Benjamin, que dirigió. La inmersión en la obra benjaminiana le empujará a variar su visión con respectoa las relaciones entre el ser y el tiempo y a una nueva problematización de la historia, concluyendo en una radical ruptura con la concepción lineal y con cualquier forma de visión teleológica, y en consecuencia de esta variación, el intento de reformular el mesianismo, en busca de la posibilidad de una nueva experiencia del tiempo ( El tiempo que resta; textos en el que analizaba la epístola a los romanos de san Pablo). Nueva concepción del tiempo, deudora de las tesis de la historia de Benjamin, en ruptura como queda dicho con la linealidad y con la continuidad del tiempo. El devenir como discontinuidad, en parentesco con ciertas derivas deleuzianas, y el propósito de elaborar una ontología del presente , por la senda del Foucault analista de los textos ilustrados de Kant. El cuestionamiento de lo político va de soi.
La comunidad que viene, texto publicado a principios de los noventa, incide en la interrogación acerca de los fundamentos de lo político moderno y de las posibilidades de su superación, terreno en el que en aquel tiempo preocupaba a los Jean-Luc Nancy o Maurice Blanchot, o al mismo Jacques Derrida, centrado en las políticas de la amistad. …lo que le condujo a plantearse la crítica de la noción de sujeto ( lógica, filosófica , política), replanteándose el espacio inmanente de la subjetividad, señalando la necesidad de pensar conjuntamente los procesos de subjetivización y la inmanencia absoluta del devenir; reflexionando sobre la manera en que las singularidades puedan formar una societas, un común no identitario y no estatal.