Portavoz Territorial del SAT de Granada: VOX irrumpe en el Campo de Almería
“La ignorancia lleva al miedo,
el miedo lleva al odio,
y el odio a la violencia.
Esa es la ecuación.”
Muḥammad ibn Rušd . AVERROES.
El pasado 5 de mayo, el director del diario provincial y provinciano La Voz de Almería, Pedro Manuel de la Cruz, recogía de sus, según él, bien informadas fuentes el supuesto desasosiego y preocupación con que los líderes provinciales de PP y PSOE han contemplado la irrupción del voto de VOX en las pasadas elecciones generales. La formación ultraderechista escindida del PP no sólo se colocó en El Ejido como el partido más votado (algo que ya ocurrió en las elecciones andaluzas), sino que también obtuvo el mayor número de votos en Níjar, siendo el segundo, tras el PSOE, en Roquetas y Vícar -donde supera a PP y Ciudadanos- y el tercero en Adra y en la capital almeriense.
No tenemos que dudar más que lo justo de las fuentes del señor de la Cruz, director casi perpetuo y decano de la prensa almeriense y española. De lo que hay que dudar siempre, estando por medio La Voz de Almeria – Grupo Prisa, es de cuáles son las reales intenciones que se esconden tras de un artículo que busca alertar de que el fin del bipartidismo de los caciques del PSOE y el PP en la provincia puede traer grandes desgracias, plagas bíblicas y, en suma, la ruina, para ese paraíso que es para algunos el Sexto Continente 1 Almeriense.
El campo de Almería dista mucho de ser ningún paraíso y todavía más de estar aislado en su desarrollo y no constituye, como muchos pretenden, un modelo único, original, de progreso y diferente sin parangón en el mundo. La “fábrica de hortalizas” de Almería actúa bajo condiciones fácilmente asimilables a cualquier otra actividad manufacturera globalizada. La producción agrícola que se desarrolla en Almería, Granada y otras zonas de Andalucía siguiendo el modelo referido, se basa en la movilización y uso de una gran cantidad de recursos naturales que, en su mayor parte, proceden de la propia zona en que se localizan las empresas productoras. El modelo Almeriense no tiene nada de original y funciona a costa de una importantísima utilización y degradación del patrimonio natural de las zonas en donde se implanta, utilizando de manera desproporcionada y gratuita gran cantidad de recursos naturales y siendo ejemplo de la penalización que esto significa de lo local para beneficio de las industrias y el Capital Global. De ahí que el descenso paulatino de los precios de sus productos que contemplan acertadamente los agricultores, los presiona hacia la intensificación de la producción y los rendimientos como única salida para mantener el demencial modelo productivo seguido hasta ahora y aumentando la explotación intensiva de los recursos naturales y de las personas que allí trabajan.
El modelo que significa el campo de Almería – la”fabricación en serie de hortalizas”- tiene sus días contados y periclitará en breve por la propia lógica que ya definieron Naredo y Valero como la “regla del notario”2, según la cual las grandes cadenas de distribución son hoy los centros neurálgicos desde donde se gobierna la cadena alimentaria y son las primeras fases de elaboración de la producción las que reciben una peor valoración monetaria, en tanto que son las más alejadas las que acaban apropiándose de las plusvalías y del valor añadido generado durante el proceso.
Dentro de este modelo sin futuro que condena a la pobreza a los trabajadores, a la vuelta a la emigración y a la precariedad a las generaciones venideras y a la ruina del espacio natural para muchas decenios, los tradicionales gobernantes del PP y el PSOE nunca han procurado una política de carácter social para con los trabajadores del medio agrícola ya sean estos migrantes o autóctonos y no hablemos ya de la cortedad de miras que siempre han tenido en el aspecto de la ecología, relegada permanentemente en aras de producir más: el paradigma del capitalismo.
Los resultados electorales de VOX en los últimos comicios no son más que el rebuzno de una “clase media” sobrevenida al calor del dinero generado por la agricultura, pero que ya rebuznó con anterioridad y seguirá rebuznando en tanto en cuanto no entienda que ese “crecer en desordenada estupidez” – que les propusieron y aceptaron como un mantra- no es más que una gran mentira en la que ellos fueron los primeros en caer. Francisco Góngora, actual alcalde de El Ejido y el propio Juan Enciso podrían haber sido magníficos candidatos de VOX. El primero, no hace ni un mes, se mostraba “alarmado” por la legítima convocatoria de una manifestación el 1º de Mayo en la localidad por parte de nuestro sindicato: el SAT. Ese sindicato al que -según el director de La Voz de Almería– fuentes cercanas a la dirección provincial del PSOE acusan de “ utilizar a la inmigración y a los inmigrantes como munición y mercancía para generar conflictos buscando rentabilidad electoral y/o protagonismo sindical y político”, de la misma manera que la utiliza VOX.
Resulta muy curioso que se compare a una organización de ultraderecha que bebe de las rancias fuentes del franquismo y el totalitarismo, que se manifiesta con la más ladinas palabras y argumentos torticeros del fascismo y que hace de la intolerancia y la exclusión su programa político para las próximas elecciones municipales, con un sindicato que exige y aplica el Derecho a la libre sindicación, a la Negociación Colectiva, a la Libertad Sindical… Derechos Humanos contemplados en la Declaración Universal, en todos los tratados internacionales relativos al mundo del trabajo y que están proclamados en la propia Constitución Española.
Pero más curioso resulta comprobar que quienes han acunado, mantenido y cebado a los actuales candidatos de VOX, ahora, cuando ven peligrar sus sueldos y su hegemonía, pongan el grito en el cielo y pretendan vender la moto de que sólo en el tradicional turno de los partidos encontraremos la virtud que falta en fascistas y sindicalistas.
En lo que a nosotros nos toca, no nos cabe otra alternativa que la seguir defendiendo los derechos de los trabajadores y trabajadoras y de poner en evidencia que mientras no existan una mínima Justicia Social jamás se podrá vislumbrar un futuro para el más que negro mañana de la economía y desarrollo de la sociedad y el medio ambiente del lugar. Y eso es algo que deben saber políticos y empresarios almerienses y de otras zonas de nuestra Andalucía: sin justicia para los trabajadores, no hay futuro para el campo. Para nosotros, los energúmenos de VOX poco difieren de los que desde PSOE y PP no han movido ni el gesto para buscar una solución al problema de la vivienda, al gigantesco fraude a la Seguridad Social, al robo de salarios, a la discriminación, al abuso continuado y permanente que se está cometiendo en el campo para con los trabajadores.
Que no nos vengan con cuentos y, menos, que esos cuentos nos los sirva una cicatera en la defensa de la justicia y la verdad prensa almeriense, que no goza de ninguna credibilidad ni prestigio, que es absolutamente dependiente de grupos empresariales y para la cual no existe otra noticia en el campo almeriense que las que aparecen en sus ditirambos laudatorios que dedican a los Antonio Peregrín, los Luis Andújar, los Hermanos Chumbos y compañía. Más les valdría dedicar portadas y columnas con el lema “Justicia, Justicia, Justicia” que tener que hacerlo con aquel titular con que el que amaneció La Voz de Almería durante los cruentos sucesos racistas de El Ejido acaecidos hace 19 años y en la que se pedía “paz, paz, paz”.
1DE LA CRUZ ALONSO, Pedro Manuel. Almería, el sexto Continente. Instituto de Estudios Almerienses. 1986
2NAREDO, J.M y VALERO, a 8DIRS) (1999) Desarrollo económico y deterioro ecológico. Col Economía y naturaleza. Fundación Argentaria y Visor Distribuciones. Madrid.