Por la República y por los derechos nacionales de Euskal Herria
Julio Medem venció el sábado en la gala de los premios Goya. Su película documental «La pelota vasca. La piel contra la piedra» no se llevó el premio al mejor documental español del año 2003, pero el realizador vasco ganó una batalla de la guerra que desde que se estrenó el filme lanzaron contra él la horda de españolistas que habitan Basta Ya y la Asociación de Víctimas del Terrorismo, órganos colaterales del frente constitucional que encabezan el PP y el PSOE. Medem recibió el pasado sábado el apoyo de la mayor parte de las gentes del cine cuyo grito general fue, sustituyendo al no a la guerra de la anterior edición, un sí rotundo a la libertad de expresión, a la libertad de creación, que significaba un apoyo implícito al director de «Los amantes del círculo polar». Fueron Miguel Bosé y Luis Tosar los que apoyaron más claramente a Medem, que seguramente se sintió aliviado frente al triste espectáculo que se produjó en las inmediaciones del Palacio de Congresos de Madrid. Allí, unas personas que habían perdido a sus seres queridos en atentado terrorista, se sentían con la altura moral suficiente para agredir verbalmente de manera también terrorista la libertad de expresión de uno de los mejores directores del cine español de la última década. En la España patriota y agresiva que nos toca soportar, donde se criminaliza el diálogo para solucionar el conflicto político de Euskadi, un director de cine es acusado de terrorista y genocida por reflejar en su película todos los puntos de vista sobre éste conflicto, incluidos los testimonios de torturas sufridos por ciudadanos vascos por parte de los cuerpos de seguridad del Estado y los testimonios de los familiares de los presos de ETA.
El terrorismo lo envenena todo. Es la mejor excusa que tienen nuestros gobernantes y sus aliados de la leal oposición para recortar cada vez más los derechos civiles, para criminalizar todo lo diferente y alternativo. ETA sirve hoy a los manipuladores y corruptos que ocupan el poder desde la muerte del Gran Matarife cómo justificación para seguir cometiendo atrocidades y para seguir aumentando la opresión que ejercen sobre todos los pueblos y naciones del Estado Español. Es ETA quién hace posible el discurso antiterrorista que llena las urnas de papeletas con las siglas PP. ETA es hoy una rémora para la construcción nacional de Euskal Herria más que un apoyo. Por lo tanto ETA debe desaparecer, cesar su actividad armada y pasar a ocupar un lugar en los libros de historia. Deben de cesar también las torturas policiales, la violencia estatal, y los responsables de estas actividades inhumanas deben ser juzgados como terroristas de Estado. Así se acabará con el discurso de las 800 víctimas que lo tapa todo, que tapa el chapapote, todos los gescarteras habidos y por haber, el genocidio de decenas de miles de iraquíes, el curro cada vez más precario y basura, la existencia de la esclavitud en el Siglo XXI llamada ahora inmigración ilegal, los muertos republicanos en las cunetas y la ilegitimidad de la Monarquía Fascista que encabeza el patrón del Bribón, apellidado Borbón.
Sólo con el fin de ETA, la lucha por otra España posible tendrá éxito. Y el fin de ETA sólo llegará a través del diálogo y la negociación ,porque en Euskadi ETA no es el único problema si no que es parte de un problema mayor, ETA es resultado de una situación anterior que todavía se mantiene hoy: la negación de los derechos nacionales del pueblo vasco. Y la desaparición de Euskadi Ta Askatasuna, debe conllevar el reconocimiento del derecho de Euskal Herria a constituirse cómo nación. Los que luchamos por la Tercera República debemos de apoyar también la lucha pacifica por un Euskal Herria republicano y soberano. Debemos de rehacer la obra que destruyeron los fascistas en el 36: una República democrática y revolucionaria, que incluía los derechos nacionales de Euskadi, Cataluña y Galicia. No debemos de olvidar nunca que los enemigos del franquismo eran los rojos y los separatistas. Por ello nuestra lucha debe dirigirse hacia la consecución de la República Federal, hacia la España plurinacional que tanto temen los nuevos camisas azules, las señoronas del barrio de Salamanca , los pijos de la gaviota, los barones pesoístas renegados de un marxismo en el que nunca creyeron, debemos luchar por la España tricolor, donde vascos, andaluces, catalanes, senegaleses, marroquíes y ecuatorianos convivamos como hermanos. Una República que declare abolida la monarquía de los Borbones y acabe con el fascismo aznarista. Una República donde Julio Medem pueda dirigir una película sin que se convierta inmediatamente en un terrorista internacional, una República que renuncié a la guerra como instrumento de política internacional, una República que le planté cara al Imperio cómo hoy lo hacen Cuba y Venezuela.
Gritemos entonces con Carod-Rovira:
¡¡No pasarán!!
¡¡España mañana será Republicana!!