:Poemario del hombre libre
Un día me encontré por el camino
una poesía deshecha,
tenían sangre sus letras peninsulares
vivía a pesar del incendio
Por su lado pasaba mucha gente
pero iban todas raídas,
iban todas con hambre,
sus miradas furtivas
la miraban con miedo
Miradas tristes y lejanas
de cuencas apretando la distancia,
sus cuerpos vestidos con llagas
caminaban silenciosos con sus torturas
Iban en largas columnas
el hedor se confundía
con la pestilencia
que dejaron al vaciarse en sus pantalones
( de miedo )
caminaban cansinos, derrumbados,
y la poesía estaba allí
quieta, precisa, indomable,
en sus palabras estaba escrito
el camino de aquellos
Alguien la escupió,
otros la pisaron
no faltó quien la apuntó con su fusil,
fue quemada, amputada,
desterrado el poeta
Pero seguía allí,
no desapareció nunca el eslabón
que hizo de la poesía
el arma inclaudicable del oprimido
La Poesía
hablaba acerca del usurpador,
golpeaba al tirano en su madriguera,
hacia emerger al titiritero,
mostraba la humillación del campesino,
hablaba acerca del hambre del obrero
Cada palabra en su prosa acústica
era una gota terrenal y verdadera
cuando se encendió la hoguera infernal
por orden del senil genocida,
la poesía permaneció incorrupta,
no fue nunca doblegada
Cuando la escondieron,
busco siempre el camino para llegar
a las manos aún levantadas
como banderas a la rebeldía
Y hoy está de pie nuevamente,
mostrando, recopilando,
atestiguando en voz precisa
que ninguna mano
por caro que sea el guante
podrá al pueblo dejar en silencio
Nunca podrá la palabra
quedar sellada,
ni en el olvido, el caro anhelo
de haber muerto,
por querer ver libre a su pueblo