Perú. Comunidades aymaras siguen abandonadas por el Estado
La emergencia sanitaria sigue siendo motivo de preocupación en las comunidades campesinas* que se encuentran ante un grave peligro de contagio por la falta de atención del sector salud y por otro lado por los problemas para acceder a los bonos entregados por el Estado, sobre los que no hay mayor información. La preocupación va en aumento debido a que ya comenzó la temporada de heladas, en que la mortalidad por infecciones respiratorias agudas y neumonías se incrementa, y las autoridades no han tomado ninguna medida de prevención contundente. De otro lado, si bien algunas comunidades, desde el inicio de la pandemia, han puesto en marcha rondas que vigilan el cumplimiento del uso de mascarillas, y los bloqueos de las carreteras o caminos principales de acceso a las comunidades, hoy en día estas se están abriendo debido a la necesidad de abastecimiento de alimentos y traslado de las cosechas.
Los bonos y las canastas que no llegan
En comunicación con algunas autoridades de las comunidades aymaras de la Provincia El Collao, manifiestaron que la mayoría de los comuneros y comuneras no son beneficiarios del bono rural ni del bono familiar universal; a pesar de que muchas familias cumplen con los requisitos establecidos en el D.U. Nº 052-2020, es decir, son pobres extremos y pobres, no tienen ningún ingreso económico, no pertenecen a ningún programa social y tampoco han accedido a ningún bono; sin embargo, la plataforma del registro nacional de hogares no permite su inscripción, lo cual genera malestar y preocupación y es percibido como un abandono a la población rural.
Si en las comunidades no tuvieran alimentos o productos locales la realidad seria espantosa, el hambre y la miseria alcanzaría sus máximos niveles, la producción local es la principal fuente de contención en estos momentos difíciles para las familias rurales, ya que muy pocas familias han recibido las canastas básicas familiares.
La enfermedad y los servicios de salud
La falta de información en las comunidades sobre el Covid-19 es muy grande, los comuneros y las comuneras no conocen como se desarrolla, cuáles son los síntomas, ni las causas, tampoco conocen que hay que hacer ante un infectado ni los protocolos para su prevención. Algunas autoridades comunales se han informado y vienen sensibilizando a los comuneros y las comuneras, sin embargo, en las comunidades dicen que están acostumbrados a sobrevivir en medio de la pobreza y del hambre en las que se encuentran sumergidas.
Los comuneros y las comuneras no cuentan con kits de prevención, no utilizan mascarillas a excepción de algunas comunidades en las cuales se han conformado rondas comunales que vigilan que cada persona debe salir a realizar sus labores agrícolas portando el barbijo respectivo.
Por otro lado, el personal de salud responsable no realiza campañas de prevención, a esto se suma que algunas comunidades están distantes de los centros de salud al que pertenecen.
También se han reactivado algunas ferias locales que ancestralmente se realizaban, a las cuales los lugareños y algunos comerciantes asisten sin mascarillas, siendo indispensable la difusión de información por los medios de comunicación sobre los riesgos de no cumplir con los protocolos básicos de seguridad
El municipio no funciona y la asamblea comunal tampoco
Por su parte los gobiernos locales brillan por su ausencia, como los municipios están cerrado no hay nadie que informe sobre las medidas que están tomando o se deberían tomar para enfrentar esta situación del covid-19. Es cierto que el gobierno nacional en estos últimos días ha emitido muchos decretos en diversos rubros, sin embargo, nada está claro, nadie sabe que va a pasar, más aún las personas adultas mayores no entienden muy bien el castellano lo cual los lleva a una completa desinformación y confusión.
Un problema adicional que las asambleas comunales, en la cual todos aportan y toman decisiones en favor, están suspendidas y las autoridades no pueden tomar decisiones, por lo cual también es importante reinventar este espacio central, se podrían realizar con altos parlantes y/o a campo abierto, guardando la distancia y cumpliendo los protocolos.
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Vista la situación, estamos en el momento de actuar ahora o perderemos la batalla. En primer lugar, se debe sensibilizar a la población sobre la enfermedad, causas, síntomas, cuidados, prevención; en segundo lugar, se debe instrumentar los kits de prevención (mascarillas, jabones, etc.); en tercer lugar, los gobiernos locales deberían aprovechar las ferias locales y distritales para poder informar sobre esta situación; en cuarto lugar las autoridades y la comunidad deberían organizarse y plantearse mecanismo de protección y defensa comunal, basado en los saberes ancestrales -apuntando a la seguridad alimentaria- sobre el cultivo de alimentos en biohuertos, la crianza de animales menores y si existe excedentes puedan comercializar; finalmente, en quinto lugar el sector público y privado deberían formular proyectos productivos que sirvan de sostén para este tiempo de crisis.
*Comunidades de Checca, Churo Maquera, Catamuro Segundo, Tarahuancuni, Iñacaya, Pichincuta, Hueco Cucho, Chojña Chojñani, Conapi Sumariri, Sancuta, Sacari Peñaloza y Titicachi.
* Veronica Mamani, Antropóloga, parte del equipo de la Asociación SER
Foto © Luisenrrique Becerra | Noticias SER
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