Para esta democracia
Para esta democracia.
Para esta democracia no necesitábamos tantas victimas, ni tanto esfuerzo. Para esta democracia no eran necesarias tantas lágrimas como hemos derramado y continuamos vertiendo.
Para esta democracia no eran necesarios tantos sueños, tantos versos y tantas canciones, tantos folios mecanografiados o garabateados, tanto mural dibujado, ni tan siquiera lo eran tanto silencio ahogado por tanto dedo acusador.
Porque para muchos de los que un día soñamos y peleamos, mas o menos también es cierto, un mundo después de este, o de aquel si lo prefieren, no ha llegado el día y empezamos a creer, muy a pesar nuestro por cierto, que nunca va a llegar.
A muchos de nosotros nos esta pasando igual que un día les paso a nuestros antepasados, aquellos que les dejaron vivir para amargarles el futuro y llenar de paso sus faltriqueras, que dejaron de creer incluso en ellos mismos.
Si exceptuamos aquellos largos años de la posguerra, las guerras no siempre terminan con un pacto entre generales rivales, en Euskal Herria, eufemismo que convierte en chanza la dispersión política, no han sido tantos los presos políticos, y ahora nadie puede negar que se encarcela por política, como en los gobiernos de F. González y J. L. Rodríguez, del PSOE para aunarlos y entendernos todos.
Para esta democracia PNV, partido de sanguijuelas según J.M. Olano, y el PSOE, partido del GAL según casi todos, están persiguiendo, acosando, deteniendo, apaleando, encarcelando, acusando y asando a mociones éticas… a quienes un día compartieron con ellos mismos trinchera.
Seguramente los hijos de aquellos gudaris, los pocos que queden vivos, no han cambiado de chaqueta, la que un día defendieron, la que van a continuar defendiendo según han declarado hoy mismo, pero, eso si, ahora tienen enfrente a los de siempre, a sus hijos seguramente, y a sus compañeros, hijos obviamente, de barro, sangre y muerte, el PNV y el PSOE.
Para esta democracia no eran necesarias tantas victimas que murieron por defender la Republica frente a la negra mano del fascismo golpista, tanta como ha muerto por superar la también larga y negra noche de la paz a cañonazos, y tanta como continuara, desgraciadamente, muriendo por una transición que nunca, nunca quiso llegar.
Porque, admitámoslo, victimas hay miles y victimas somos a la postre casi todos aunque, también en esta su democracia, el label lo porten solo los del bando vencedor, aquellos que hoy parecen aunar esfuerzos con quienes ganaron la guerra con pactos y mociones incluidas.
Para esta democracia no eran necesarias leyes como la antiterrorista o de partidos, pactos de Ajuriaenea o antiterroristas, que obsesión la suya, mociones éticas o planes Ibarretxe, consultas futuras o encuestas puntuales, elecciones generales, autonómicas o municipales… Para esta su democracia solo necesitaban un mundo autista y según parece lo están logrando.
Nebera
Intxaurrondo (2008.05.06)