
Oviedo: Manifestación de apoyo a las personas inmigrantes
RUTA contra el Racismo
La ruta contra el racismo y la represión, que integran una veintena de colectivos sociales, sindicales y políticos,  habia convocado una  manifestación hoy sábado marzo que salió de la estación de Renfe y recorrió varias calles céntricas de la capital asturiana a ritmo de tambores africanos y consignas reivindicando Derechos.
Los colectivos protestaban por la orden remitida en enero por el Ministerio del Interior a las comisarías que, según explican, es "aún más dura que la reforma de la Ley de Extranjería" y supone "un escándalo por la vulneración de derechos fundamentales que implica detenciones preventivas y expulsiones exprés".
Además, critican   al delegado del Gobierno, Antonio Trevín, porque "las redadas policiales y los envíos de inmigrantes a Centros de Internamiento de Extranjeros se han recrudecido y han sido decenas las personas enviadas al Centros de Internamiento de Extranjeros de Aluche (Madrid), al de Zona Franca (Barcelona) o a otros CIEs para tramitar su expulsión".
Ruta contra’l racismu y la represión
marzu 2010.
En Asturias no ha hecho falta que el Ministerio del Interior enviara, el 25 de enero, una orden a las comisarías aún más dura que la propia reforma de la Ley de Extranjería.
Si la publicación de dicha orden –que pretendía mantenerse en secreto- ha supuesto un escándalo por la vulneración de derechos fundamentales que implica –detenciones preventivas, expulsiones “exprés”, etc.-, en Oviedo, Gijón y otras poblaciones asturianas la Delegación del Gobierno, encabezada por Antonio Trevín, se ha anticipado a las órdenes ministeriales: desde principio de 2010 las redadas policiales y los envíos de inmigrantes a Centros de Internamiento de Extranjeros se han recrudecido.
Al menos han sido decenas –nos tememos que muchas más- las personas enviadas al CIE de Aluche (Madrid), al de Zona Franca (Barcelona) o a otros CIEs para la tramitación de su expulsión. Tenemos numerosos testimonios de personas que han sido encerradas en el calabozo a pesar de estar tramitando sus papeles; de jóvenes a los que no se ha atendido su derecho a un abogado hasta 28 horas después de su detención; de inmigrantes llevados a rastras –por el suelo- después de que el Juzgado decidiera su internamiento.
La veintena de colectivos sociales, sindicales y políticos que conformamos la Ruta contra el racismo y la represión denunciamos las persecuciones policiales racistas y anunciamos una respuesta social contra la misma: en las próximas semanas realizaremos diversas acciones informativas respecto a estas actuaciones y contra la legislación de extranjería y el sábado 6 de marzo convocamos una manifestación que partirá, a las 13h, de la Estación de Renfe de Oviedo.
Por otro lado, la Ruta contra´l racismu y la represión se solidariza una vez más con Claudio Maturana y Luis Egaña, los dos inmigrantes paraguayos que han sufrido la amenaza de expulsión por defender sus derechos y demandar al empresario que les explotaba en la economía sumergida. Reiteramos nuestra exigencia –ante la próxima sentencia respecto a la expulsión de Luis y el inminente juicio contra la empresa Escenasant S.L. por parte de Claudio- de que se les conceda a ambos el permiso de residencia y trabajo.
Relato  de un inmigrante “sin papeles”
[intervención al final de la manifestación de la Ruta contra´l racismu y la represión, 6 de marzo, Uviéu]           
 
Me llamo Mam Goor, pero aquí se nos llaman inmigrantes  “sin papeles”. Vivo aquí en un piso de alquiler con mis compatriotas en Oviedo ciudad de mis sueños pero que se ha trasformado súbitamente como una cárcel grande para mi pero también para todos ellos. Nuestro sueño era buscarnos la vida aquí e mantener a nuestras familias dejadas al país. A veces me quedo muchos días en mi casa sin poder salir. Cada vez me siento más angustiado, asustado e inseguro en nuestra propia habitación con la idea de que la policía puede venir en cualquier momento para llevarnos. Con eses controles policiales numerosos, usamos como los animales nuestro instinto de supervivencia para quedarnos salvos. Por ejemplo cuando me toca por necesidad de salir de casa, tengo que extremar las precauciones mirando hacia la derecha,  la izquierda y delante por si acaso hay algún agente rodeando. Andando en las calles voy con mucho miedo en las tripas e siempre con la idea de que se me pueden controlar e detener en cualquier momento. Cada mañana, querría salir temprano de mi casa quizás para ir a buscar algún trabajo, pasear en las calles, hacer el deporte o lo más normal que sea como actividad humana pero no lo puedo porque no nos dejen. En las estaciones de autobuses o de trenes ni pensar  acercarse. Porque desde que me detuvieron en las escaleras mecánicas del RENFE cuando iba tranquilamente a la mezquita tuve muy claro el significado de fronteras interiores. Antes, por  la mañana Oviedo estaba  lleno de policías vestidos de paisanos pero  ahora es peor e vergonzoso. Van todos vestidos de ropa de servicio  e  al cogerte  indocumentado te mandan al calabozo por un par de horas e de ahí al los Cies e luego a  tu país de origen el” infierno”.
Si hoy venimos aquí al primer mundo, es que no hay manera… Con la complicidad de nuestros corruptos gobiernos, los  políticos del norte nos han expoliado y  robado todos nuestros recursos. Y venimos hoy  a reclamar una parte de este para vivir dignamente….
Venimos hoy a luchar y a gritar fuerte por la defensa de nuestros derechos e el cese de esa política de represión e de racismo.
Afortunadamente podemos contar con todos vosotros, población de Asturias y de España, mujeres y hombres, adultos y jóvenes por vuestro apoyo indefectible y el trabajo tremendo que cada día estáis desarrollando a nivel individual o asociativo a favor de nosotros los “nadies”, inmigrantes con o sin papeles. Muchas gracias.
Ninguna expulsión desde Asturies. No a la Ley de Extranjería.
Intervención al final de la manifestación del 6 de marzo (Uviéu)
En los últimos meses, desde la aprobación de la reforma de la Ley de Extranjería a finales de 2009 hasta el reciente “escándalo” por la cuestión de los empadronamientos en Vic, hemos asistido a un nuevo episodio de la competición política entre el PP y el PSOE para ver quién es el más duro: quién persigue, detiene, encierra y expulsa más inmigrantes. Para ello han multiplicado una y otra vez los efectivos policiales, las vallas, los sistemas de vigilancia. Y en esta competición… por ahora gana el PSOE de Zapatero, de Rubalcaba, de Trevín… Nunca antes se había detenido y expulsado a tanta gente por no tener papeles.
“Prohibir el empadronamiento”, “los españoles primero”, “expulsar a todos los sin papeles”, “construir más centros de internamiento”… Ante la obscenidad de las declaraciones políticas –y ante la hipocresía en la que se mueve el gobierno- lo primero que exigimos es que se callen. Sí, un poco de silencio entre tanta miseria parlamentaria para poder hablar sobre las verdaderas causas de la inmigración y sobre el verdadero sentido de la política migratoria.
Hablemos de las causas. Porque más que un efecto llamada lo que se ha producido, lo que se está produciendo, es un efecto huida de poblaciones a las que se les ha negado en sucesivas ocasiones la posibilidad de construir su propia soberanía alimentaria. Hace bien poco tiempo asistimos a la conversión de los piratas somalíes en malvados terroristas. Pero, ¿qué deberían hacer los pescadores somalíes, senegaleses, mauritanos, saharauis, marroquíes? ¿Qué deberían hacer los inmigrantes latinoamericanos expulsados de sus países por la segunda colonización, esta vez la de las multinacionales españolas, europeas, estadounidenses…? ¿Aceptar ser humillados en el aeropuerto o encerrados en un CIE al llegar por mar? ¿Aceptar ser explotados en la economía legal o en la sumergida? ¿Asumir como naturales los controles racistas por las calles? ¿Deben callar cuando sean internados y, finalmente, expulsados? Quizás a lo que el capitalismo español está invitando con tanta explotación y represión es a la proliferación de los piratas, a que los pueblos se organicen en los países de origen y expulsen a los verdaderos invasores, las empresas expoliadoras de los recursos de los pueblos. Será este un buen punto de partida para construir una verdadera libertad de movimientos: la que empieza por no ser expulsado de tu propia casa.
Volvamos a Rubalcaba, a Trevín, a las expulsiones. En el Estado español hay nueve Centros de Internamiento de Extranjeros. Recientes informes de varias organizaciones sociales demuestran la vulneración de derechos fundamentales en estos centros, peores que cárceles. Celdas de aislamiento, maltratos y torturas policiales, condiciones de vida insalubres, etc. Pero no hace falta acudir a Aluche en Madrid, a Zapadores en Valencia, a Capuchinos en Málaga. Basta con darse una vuelta por Uviéu o Xixón. Basta con escuchar los testimonios de centenares, de miles de personas, que han sufrido un control policial racista, que se han comido varias noches de calabozo o incluso han sido golpeados por la policía por ser inmigrantes. Desde hace meses, todos los días, hay personas en Asturies que son detenidas e internadas para su expulsión. Como acabamos de escuchar, la ciudad se convierte en una cárcel para las personas sin papeles. Hace quince días nos manifestábamos aquí mismo contra la ordenanza de convivencia ciudadana que pretende aprobar el gobierno de Gabino de Lorenzo. El mismo que tiene un Jefe de Policía que se dedica a limpiar las calles de inmigrantes. Hoy las calles son para lo que son: para circular y para consumir. Estamos aquí para negar la ciudad cárcel, para negar la ciudad centro comercial, para reclamar las calles, para ocupar el espacio público. Inmigrantes, prostitutas, jóvenes, activistas, mendigos. La calle no es de la policía y las multinacionales. La calle es nuestra. 
¿Cuál es el verdadero sentido de este estado de excepción contra los inmigrantes? ¿Para qué le sirve al Estado? Para expulsar a más de diez mil todos los años –dirían Rubalcaba o Trevín. Pero la población inmigrante en el Estado español es de 5,6 millones de personas. Expulsar a 10 mil o a 13 mil no es una medida para regular los flujos migratorios. Eso es mentira. Es una medida para generar miedo, inseguridad, no sólo a las personas detenidas sino a las millones de personas inmigrantes que podrían llegar a sufrir una expulsión. Es una medida ejemplarizante, para que los inmigrantes aprendan bien su papel: la sumisión, el aceptar cualquier condición laboral, para así poder tener tarjeta de residencia. La Ley de Extranjería y la represión policial pone a los pies del mercado de trabajo a una población sumisa y vulnerable.
Una población que es invisible salvo cuando se la relaciona con la criminalidad o con el excesivo gasto en servicios sociales. Otras mentiras. Lo que no se dice es que hoy aquí –y en toda Europa desde hace décadas- la población inmigrante es imprescindible. Más si cabe en Asturies. Qué paradoja: mientras Asturies se despuebla, se expulsa a los inmigrantes. Y se dice que quitan el trabajo a la población autóctona. ¿Quién va a hacer –por ejemplo- el trabajo de cuidados que hoy realizan mayoritariamente las mujeres inmigrantes? 2.300 de ellas están dadas de alta en el miserable Régimen Especial de Empleadas del Hogar. Y muchas más trabajan sin contrato.
Hoy no vamos a cambiar la Ley de Extranjería. Hoy no vamos a cerrar los CIEs. Hoy no vamos a sacar del calabozo a los inmigrantes que seguro que están encerrados en él. Pero hoy estamos dando un paso al frente, estamos tejiendo nuevas relaciones de solidaridad y apoyo mutuo. Hoy, por ejemplo, han venido compañeros del colectivo de africanos de Avilés, porque nos hemos ido encontrando en esta lucha. Por eso hoy ya somos un poco más fuertes.
Esta manifestación no es sólo una manifestación de apoyo a la población inmigrante. Que el estado de excepción se convierta en natural es un problema que nos incumbe a todas las personas, migrantes y autóctonas. ¿Vamos a cerrar los ojos, vamos a mirar hacia otro lado, mientras permitimos que la policía de Trevín actúe cobarde e impunemente por las calles de nuestras ciudades y pueblos? Inmigrantes y autóctonos ya no somos compartimentos estancos. Nos conocemos, nos mezclamos, nos tocamos. Construimos historias en común en nuestras familias y nuestros barrios. No, no estamos aquí solamente para darnos un paseo y desahogar nuestro derecho al pataleo. Estamos aquí para decirle a De Luis, a De Lorenzo, a Trevín, a Rubalcaba, a Zapatero y a todos los miserables que persiguen a la población inmigrante que no lo vamos a permitir. Que no pararemos hasta que se termine esta persecución y ensañamiento.
                                                     
Ruta contra´l racismu y la represión