Nuevos Pactos de la Moncloa ¿para qué?
Al iniciar esta comunicación queremos expresar nuestras condolencias a todas las familias que han perdido a alguno de sus seres queridos; al mismo tiempo agradecer a toda la profesión sanitaria sus esfuerzos y su dedicación para curar a los enfermos. No queremos héroes ni heroínas, deseamos unos profesionales competentes, suficientes para el sistema, bien pagados, considerados socialmente porque a los héroes se les olvida con rapidez, los buenos profesionales dan prestigio al país y otorgan confianza a la población a la que sirven.
Hemos sido los de edad provecta los más perjudicados por esta pandemia y el sistema social de protección a los ancianos ha evidenciado, de manera insoslayable, el abandono institucional en hospitales, residencias y asistencia hogareña. Las privatizaciones como ideal neoliberal a la que se han entregado sucesivamente nuestros políticos se han puesto en evidencia en estos momentos críticos. Por eso se ha lanzado la proclama de “nada volverá a ser lo mismo”, esperemos.
Pero ante tanta tropelía, nuestro presidente de gobierno, el Sr.Sánchez del PSOE propone unos nuevos “Pactos de la Moncloa” como si la situación actual tuviera algo que ver con la de 1977. En aquellos tiempos el ruido de sables, los atentados de Atocha, las movilizaciones sociales y obreras, las huelgas continuadas, los sucesos de Vitoria, el terrorismo de ETA, los fracasos de reforma del Presidente Arias Navarro y un larguísimo etc. poco hacían vislumbrar una democracia plena. Los militares franquistas y su aparato político accedieron a la “democratización” y reforma del sistema político bajo condiciones, que fueron tácitamente admitidas por los dirigentes de los partidos de la oposición, PCE, PSOE, PSUC,PNV,CDC y un largo etc de partidos minoritarios. Estas condiciones pueden resumirse en tres: aceptación de la monarquía sin referéndum, amnistía incluidos los crímenes del franquismo y indivisibilidad de la patria común. Las consecuencias que surgieron de aquellos pactos son conocidos y analizados por historiadores, periodistas y sobre todo por el movimiento obrero. El profesor Josep M. Colomer (“ España: la historia de una frustración”) concluye que en lugar de una democracia participativa se estableció una partitocracia (en el sentido del poder de los dirigentes de los partidos y de repartirse el poder entre los partidos: baste citar el nombramiento del consejo de estado, de los magistrados del constitucional, del Consejo general del poder judicial ( hay que conocer previamente su filiación política antes del nombramiento con lo que se arruina su pretendida independencia), del control de las listas electorales. Resumiendo “el que se mueva no sale en la foto” atribuida de A. Guerra pero copiada , como tantas otras cosas, de Fidel Velázquez del PRI mexicano.
Estos días atrás se publicó una editorial de FAES en que animaba al dirigente del Partido Popular Sr. Pablo Casado a que entrara en negociación con el gobierno pero bajo condiciones: no a un cambio de la jefatura del estado, ninguna modificación en el modelo territorial, desalojar del gobierno a Unidas Podemos, confesamente republicanos y socialistas en economía. Si comparamos las exigencias en 1977 con la editorial de FAES comprobamos que el PP se hace heredero de las exigencias de la casta militar a Adolfo Suárez, que aceptó y propuso como tope dela Constitución.
El republicanismo gana terreno cada día. Ya la 2ª Republica echó a Alfonso XIII no por rey sino por ladrón (tal como expresó Ramón María del Valle Inclán) La desigualdad ante la ley, los privilegios fiscales, la inmunidad, la falta de honestidad, su militarismo etc, están desprestigiando la monarquía y cada vez son más, entre la población, los que desean una república.
Los crímenes del franquismo ni se están estudiando, ni se dejan estudiar. “¿Cuánto dinero hay en mis presupuestos a la memoria histórica? Cero patarero” (Mariano Rajoy Brey).
Capítulo aparte merecen los llamados “poderes fácticos”, “ el Ibex”, “la CEOE” y toda la estructura neoliberal de la UE, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional. Sus presiones, eufemismo empleado para no nombrar sus amenazas, consiguieron el debilitamiento del movimiento obrero (Santiago Carrillo forzó a CC.OO. a rebajar las exigencias democráticas y finalizar las huelgas) con la pérdida entre el 6 y el 8 % de los salarios y el desmantelamiento de la industria que finalizaría el PSOE de Felipe+Guerra+Salchaga, posteriormente tuvieron las puertas abiertas en las empresas presionantes y/o amenazadoras.
Como movimiento social no podemos dejar de analizar lo que entonces fue y lo que hoy se pretende. Evidentemente, los Pactos no fueron puestos a votación en referéndum. Pero hoy, aquellos problemas no los ha solucionado el estado democrático: el problema territorial ha surgido con una intensidad tal que la democracia solo ha afrontado a base de policía y hostias repartidas a diestro y siniestro. La estructura económica del país tiene un paro estructural del 14% y se eleva hasta más del 20% en situaciones de crisis. La privatización (España es el país donde es más fácil hacer negocios, Solchaga) de las pensiones se concretó en Los Pactos de Toledo del que todos somos conscientes porque los hemos analizado con hartura en debates, charlas de técnicos economistas y sociólogos.
Si se trata de reunirse para que todo siga igual, como pretenden las fuerzas económicas y políticas, hacerlo como siempre a hurtadillas sin un plan de regeneración política, social y económica, si no proponen un debate entre la ciudadanía y/o los posibles acuerdos son levados a referéndum: en una palabra si no se toma a la población como sujeto político participativo en el futuro del país y en el presente más agónico, estaremos en las trincheras de las calles con las reivindicaciones de un estado social, republicano, de derechos iguales, con una justicia absolutamente independiente y con una estructura económica que favorezca un reparto equitativo de la riqueza.