Nuevo crimen habitacional: Un vecino se lanza al vacío cuando iba a ser desahuciado en el barrio de Sants de Barcelona
El vecino se ha quitado la vida cuando la comitiva judicial estaba llamando a la puerta para ejecutar el lanzamiento.
Un hombre de 58 años que estaba a punto de ser desahuciado se ha quitado la vida este lunes en Barcelona. La muerte ha tenido lugar después de que dos funcionarios de la comitiva judicial llamaran a la puerta de la vivienda. El vecino les habría contestado que esperaran u momento, lanzándose a continuación por el patio interior de la finca.
El contrato de alquiler databa de 2018 y y el fallecido, en situación de vulnerabilidad, habría dejado de pagar en junio del año pasado. La propiedad, una persona física, presentó una demanda en enero de 2021.
El fallecido habría sido atendido por los servicios sociales del Ayuntamiento de Barcelona, que emitieron un informe sobre la situación de vulnerabilidad que atravesaba. El juzgado de primera instancia número 3 de Barcelona, sin embargo, desestimó el informe municipal, que pedía que se paralizara el lanzamiento. Fuentes del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) han explicado que el juzgado entendió que el inquilino no cumplía con los requisitos dictados por la ley para suspender el desahucio.
Si el derecho a la vivienda está reconocido como un derecho constitucional básico y si el ayuntamiento había reconocido la vulnerabilidad del vecino, ¿por qué no se le ofreció una alternativa habitacional? ¿Cómo es posible que un juzgado acabara ordenando el desahucio? Parece claro que, una vez más, el sacrosanto derecho a la propiedad privada y la falta de satisfacción pública de los derechos sociales más elementales son los causantes de otra muerte evitable, de un nuevo crimen contra los más humildes.