Noticias Uruguayas 26 agosto 2018
Atentaron contra Memorial de los Desaparecidos, en el Cerro
Según informó Telemundo quienes denunciaron el hecho, pensaron que se trataba de artefactos explosivos porque encontraron latas con pintura que contenían cables en el interior. Por esa razón es que la tarde de este domingo, el Escuadrón Antibombas debió detonarlos. El alcalde del municipio A, Gabriel Otero, realizó una denuncia penal.
Este ataque se suma a los recibidos por placas de la memoria ubicadas en distintas partes del país. Hace pocas semanas un militar fue condenado a trabajos comunitarios y a limpiar las placas ubicadas en la antigua sede del Centro General de Instrucción de Oficiales de Reserva (Cgior) en Eduardo Víctor Haedo y República, y en el Hospital Militar.
Vandalizaron otra marca de la memoria, esta vez en el Cerro
Para el jerarca la «intolerencia con la memoria» dice «mucho más de la impunidad de lo que creemos». Esto habla de una «desmemoria social que reclama de la conciencia del impacto del pasado reciente en el presente para el Nunca Más en el futuro», apuntó en su cuenta de Twitter.
No es la primera marca de la memoria vandalizada en los últimos meses. En junio, un ex militar fue condenado a seis meses de libertad vigilada por vandalizar un memorial con pintura,además de ser sancionado administrativamente por el Poder Ejecutivo.
Por su parte, este sábado varios dirigentes del Partido Nacional repudiaron la agresión a una sede de la lista 40, hecho que también recordó la vandalización que sufriera un local del Partido Comunista en Paysandú.
Batallón 14: jueza autorizó presencia de denunciantes y dictaminó que se les brinde toda la información
La jueza penal Isaura Tórtora amparó el derecho de denunciantes de presenciar diligencias y ser informados respecto al estado de la causa por posibles enterramientos de detenidos desaparecidos en el Batallón 14.
DERECHOS HUMANOS – LR21
La justicia determinó que la fiscalía especializada en crímenes de lesa humanidad debe aportar toda la información que posee sobre la investigación por posibles enterramientos de detenidos desaparecidos en el Batallón 14 a los denunciantes.
La jueza penal Isaura Tórtora autorizó además que los denunciantes participen y estén presentes en todas las diligencias que se realicen en el predio.
La denuncia
Esta semana equipos de arqueólogos realizaron relevamientos en el batallón 14 a partir de una denuncia presentada por Marcelo Falca, periodista de La República, con el patrocinio del abogado Óscar López Goldaracena.
Dicha denuncia fue presentada en el marco del nuevo Código del Proceso Penal (CPP) en marzo pasado. Con el apoyo de los arqueólogos José López Mazz y Octavio Nadal, se solicitó a la Fiscalía que disponga pasar el georadar en una Enfermería construida alrededor de 1983 y en una dependencia que sirve de alojamiento para el personal militar cuya construcción data de fines de la década de los setenta, precisa La República.
El mismo medio explica que datos aportados por militares y testimonios recogidos por integrantes de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, apuntaban a la existencia de posibles enterramientos debajo de ambas construcciones. Al tiempo que también se cruzaron datos aportados por el Comandante en Jefe del Ejército general Guido Manini Ríos, como resultado de un pedido de acceso a la información pública en el marco de la Ley 18.381.
La denuncia señala que los arqueólogos López Mazz y Nadal, que integraron el primer equipo técnico de Presidencia para la búsqueda de restos de los desaparecidos, cotejaron fotos aéreas y pudieron confirmar que en las tomas de 1981, la enfermería no existía y que, en cambio, a fines de 1983, ya estaba en pie.
Sin embargo los denunciantes no fueron informados ni se les permitió el acceso a las acciones realizadas esta semana.
López Goldaracena entiende que el denunciante tiene derecho a participar en todas las etapas indagatorias, “especialmente cuando se trata de crímenes de guerra o genocidio, porque se trata de casos en donde las víctimas somos todos”.
Ante esa falta de información el periodista Marcelo Falca presentó ante el juez de la causa, una solicitud para que se amparen sus derechos como denunciante, se le autorice a asistir a la diligencia de pasaje del georradar y se le informe sobre el estado del trámite al haber pasado 60 días desde la presentación de la denuncia, la cual fue aceptada por la justicia.
“Incómoda e histórica”
López Goldaracena dialogó con Informe nacional sobre la resolución de la justicia a su petitorio de ser informados sobre todo lo que tenga que ver con la denuncia y poder estar presentes en las diligencias que se hagan y consideró que “el resultado fue muy satisfactorio por lo que implica”.
A su vez destacó lo que expresó en su alegato: que se trataba de una “audiencia incómoda pero al mismo tiempo histórica”.
Y explicó que incómoda porque enfrentó a dos partes “que debían estar juntas coadyuvando en el esclarecimiento de las violaciones de derechos humanos y no enfrentadas”, e “históricas porque más allá del fallo que saliera iba a implicar un principio para seguir en las futuras causas de derechos humanos”.
El abogado adelanto que la próxima semana se reunirá con el fiscal Ricardo Perciballe para que le aporte la información sobre el caso, y precisó que éste le confirmó que en las próximas semanas estarán los resultados de los trabajos del equipo que hizo el relevamiento.
Precandidatura en construcción
Sin embargo, un centenar de personas se reunió en la cooperativa Atahualpa, considerando que su precandidatura a la interna frenteamplista era tan válida como otras, sumándole un elemento que, para los participantes del encuentro, falta: poner sobre la mesa la necesidad de analizar y debatir un conjunto de políticas sociales. Y para los asistentes, que figure Andrade es una garantía de que eso suceda.
Una semblanza
Hace un tiempo que se puso de moda la “renovación” como meta de los partidos políticos. Y aunque algunos digan que eso nada tiene que ver con la edad, lo cierto es que se debe hilar fino para pensar que 60 años y renovación van de la mano. También está esa otra dicotomía, la que se muestra como un triángulo perfecto: juventud, amplia experiencia en cargos ejecutivos, renovación. Siendo que, si sucede lo segundo, no importa lo primero porque lo tercero ya no se va a dar.
Se puede decir que, con sus 43 años, Óscar Andrade reúne lo que tanto se pide, aunque sea un misterio si reúne lo que se vota. Su aspecto de trabajador curtido se potencia cuando habla. Su origen de clase es innegable, tanto como su ilustración y su don para la sociabilidad. Andrade se percibe como alguien que ha estudiado y que ha escuchado mucho. Si se quiere, evoca a esos hombres a los que aludía el poeta Antonio Machado, esos que “donde hay vino, beben vino; donde no hay vino, agua fresca”. Digo que los evoca, no que lo sea. Eso es lo que está por verse.
Grupo variopinto
La voluntad de ese grupo de personas de diverso origen reunida en el complejo Atahualpa tiene un objetivo: poner sobre la mesa un conjunto de políticas sociales que sienten que van quedando rezagadas y ven en Andrade a la persona idónea. En definitiva, no dejó de ser un espacio de articulación de militantes independientes del Frente Amplio (FA), pero la inmensa mayoría referenciados a la militancia social en sindicatos, en universidad, en movimientos cooperativos, en el feminismo, en la reinserción de menores privados de libertad, etc. Y lo que se veía no era del todo bueno porque expresaba una honda preocupación por lo que se podría traducir como un relativo divorcio entre la acción de la izquierda en lo institucional y la demanda de los movimientos sociales. Como Óscar Andrade concurrió a la cita, Caras y Caretas le consultó sobre el asunto, ya que los reclamos no dejaban de ser llamativos proviniendo de gente, si se quiere, oficialista: “Esto se puede expresar en la enorme dificultad que hemos tenido para desarrollar economía social autogestionaria en el último tiempo, desde volcar los recursos al Fondes o tener una institucionalidad que promueve la ley de violencia basada en género y después dificultades para financiarla, o de las dificultades que tenemos ahora con la ‘ley trans’. Fijate que apenas surge una movida de unas pocas miles de firmas promovidas por la iglesia evangélica…”, expresa Andrade. Y agregó la contrapartida a esa situación: “La enorme lentitud para aprobar la ley de empleo para personas con discapacidad o la reacción adecuada ante una ofensiva patronal como la que estamos viviendo con la instalación de plataformas de Consejos de Salarios del siglo XIX por parte de la patronal, cuando no el sabotaje directo a la negociación colectiva”, indicó, dejando ver al sindicalista que asoma en cada ejemplo.
La lectura que hace Andrade sobre el evento no admite ambigüedades: “Hay un grupo de personas que lo primero que busca es encontrarse. Creo que la izquierda siempre ha luchado por ocupar espacios en la institucionalidad y no somos de la tradición que desprecia eso. Pero después de 28 años de gobierno en Montevideo, de otros tantos en algunas intendencias, de tres períodos de gobierno nacional, pareciera que la única militancia que importa fuera la que se da desde la gestión. Y hay otra izquierda que vive, lucha, piensa y siente”, dice categórico.
Otro punto que toca es lo que él define como “una clara ofensiva en la región de carácter neoliberal”, en alusión a los gobiernos de Argentina, Brasil y Paraguay, ofensiva que, según Andrade, “piensa instalarse acá no esperando campaña electoral, por eso la brutalidad de las plataformas patronales en los Consejos de Salarios”, asegura.
“La campaña electoral tiene que identificar claramente estos dos proyectos de país. Tenemos que ser capaces de que cuando nos cuestionan sobre la educación y la deserción a nivel de secundaria, tendríamos que ubicar que se da, fundamentalmente, en los barrios pobres y, en todo caso, tenemos que pensar cómo atendemos, conseguimos recursos y tomamos medidas en lo fiscal para poder asistir con becas a los hogares más vulnerables, que son los que están más expuestos a abandonar el sistema educativo. No es un problema de la educación en sí mismo, sino de la desigualdad, y que cuando abordemos los temas de seguridad, los coloquemos en el mismo discurso”, opina.
Consultado sobre si el FA fue cooptado por el sistema, Andrade contestó: “No me parece eso, sí creo que hay una tendencia a privilegiar la acción desde la institución. La izquierda nace como una opción de gobierno a partir de las luchas sociales y populares, pero en determinado momento pareciera, y repito, pareciera, que hay un divorcio relativo, que hay determinada grieta cuyo tamaño es para interpretar”, dijo.
Y ahora qué
Escuchándolo así, es lógico pensar que parte del electorado frenteamplista esté abocado a promover una precandidatura que provenga de la militancia social y, más comprensible aun resulta si esa tarea se le encomienda a alguien que ha continuado movilizando a la gente. O sea, una persona a la que se le ve lejos del establishment que tanto molesta a lo que podría denominarse “vieja guardia” como a los jóvenes que ponen reparos para definirse por el FA porque ven en la actual dirigencia una suerte de “acomodados new age”.
Bajando a tierra las palabras de Andrade, se podría decir que dentro de un buen sector frenteamplista existe preocupación por cómo, en algunos temas, la derecha le ha ido ganando agenda a la izquierda, por el cuestionamiento cada vez más duro a las políticas sociales, por un enfoque en seguridad que prioriza al aparato represivo, por una ofensiva contra las empresas autogestionarias, etcétera. En pocas palabras: sienten que la derecha les copa la agenda y no ven en los precandidatos que se manejan hasta ahora una salida clara. Si se quiere, hasta se podría decir que temen continuar perdiendo espacio.
La gran muralla con la que se enfrenta ese grupo es la institucionalidad, una suerte de autocensura que se imponen: la de no discutir las candidaturas en sí mismas, cuando la fortaleza debe radicar, casualmente, en dar vuelta la mesa si es necesario.
Más allá -o más acá- de cómo resulte esta precandidatura, lo que no se puede soslayar es que Óscar Andrade tiene un papel indiscutible dentro del movimiento social, amasado en el seno del Sunca. Un gremio que sintetiza teoría y práctica, que no se quedó en la pelea salarial, sino que buscó la forma para asistir a miles de niños de los sectores más vulnerables para que accedan al deporte y a la cultura e instaló brigadas solidarias que asisten a quienes lo precisen en cualquier rincón del país. Ahí ya se puede ir un poco más lejos: si lo que se busca es un precandidato con alcance nacional, Andrade tiene esa cualidad.