Mirtha Guianze: «El terrorismo de Estado no ha pasado, pervive hoy»
Mirtha Guianze (73), hoy jubilada, hasta mediados de 2017 fue la presidenta del Instituto Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (INDDHH). A su vez, se desempeñó como representante del Ministerio Público en varios crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar en Uruguay.-¿Cuál es el principal problema que Uruguay tiene hoy?
-La marginalización de ciertos sectores de la población. Esto no es un problema nuevo. Cuando empecé a estudiar estos temas, constatamos que había tres generaciones que venían de vivir en asentamientos. Muchas veces se han solucionado temas habitacionales y de servicios, pero hay una cultura de la marginalidad que proviene de muchos años atrás y que va a costar mucho remontarla. Y en esos ámbitos es donde la gente tiene más hijos por diferentes factores como la falta de control o de información. He visto en los hogares del Inisa (Instituto nacional de Inclusión Social Adolescente) jóvenes con 15 años que ya tienen hijos. En nuestro país la población no crece en general, pero sí lo hace en las zonas marginales.
-Han sido una serie de leyes que se relacionan a la integración, a que los derechos se puedan ejercitar. Dentro de ellas, me parece que el Sistema Nacional de Cuidados va a dar buenos resultados y permitirá que más personas accedan a los mercados de trabajo cuidando a ancianos o discapacitados. También hay algunos temas en la enseñanza que han apuntado a esa integración, como que la Universidad de la República se haya expandido al interior del país. Y también la educación para adultos en la que he visto experiencias muy buenas.-¿Y el mayor error?
-Yo trabajé mucho el tema encierro y creo que no se ha solucionado, ya sea con los presos, pero también con las internaciones médicas. Han habido intentos para legislar en cuanto a los encierros de enfermos psiquiátricos y de niños. Me parece que el encierro como problema recién se está encarando.
-¿Qué medida le gustaría que tomara el gobierno?
-Pienso en el tema «memoria y justicia». Tiene que haber políticas públicas para llegar a la verdad, para que haya justicia. El terrorismo de Estado no es algo que haya pasado sino que pervive hoy. Se ha banalizado y trivializado lo que es la tortura, los asesinatos y la violencia ejercida sobre las personas. Todo eso ha repercutido hasta el día de hoy en la sociedad. La sociedad es más violenta y la mayoría de los jóvenes no han tenido conocimiento acabado de los horrores que se vivieron en dictadura.
-¿Cuál fue la última noticia de la política nacional que le dio alegría?
-Como vecina de Las Piedras me alegró que Marcos Carámbula haya sido designado como presidente de ASSE. Sé que va a hacer una gestión excelente y que tiene las mejores intensiones. Lo conozco y es un amigo. Es algo personal, pero también repercute en lo político nacional.
-¿Cuál fue la última noticia de la política nacional que lo hizo enojar?
-El comunicado que leí del Centro Militar, es algo que no puedo tolerar. Me parece repugnante.
-¿La oposición está preparada para gobernar?
-Eso se lo deberían preguntar a ellos, yo no puedo ponerme en su lugar y no soy quien para juzgar eso.
-¿Imagina a Edgardo Novick presidente?
-No, de ninguna manera. Él es un empresario, tiene ideas que no comparto y no me parece que sea una persona indicada para gobernar al país. Ha hecho dinero como empresario, pero el país no es una empresa. Tenemos el ejemplo de Argentina, a otra escala porque Mauricio Macri es un gran empresario, pero se ha notado que a un país no se lo maneja como una empresa.
–¿Cuál fue la mejor presidencia desde 1985 a la fecha?
-La primera de Tabaré Vázquez me pareció la mejor. Se salía de un período que no había sido bueno y Tabaré logró levantar al país, por eso fue una buena presidencia.
-¿Y la peor?
-La de Lacalle. Hubieron muchas cosas que no fueron buenas. Hay cosas que no quiero mencionar para no acusar, pero me pareció una mala presidencia. Desde mi profesión no sentí que se trabajara con independencia.
-¿Mujica debería volver a ser candidato a presidente?
-No tiene edad para eso. Tiene que haber un recambio en todos los partidos, estamos cansados de ver las mismas caras siempre.
– ¿Cuba es una dictadura?
-No. Tienen un sistema de gobierno que es el que se ha dado. La gente goza de todos los derechos, tienen educación y salud de una manera que nosotros acá no la tenemos; allá todo es gratis. Puede haber disidentes, pero en general la gente está conforme.
-¿Venezuela es una democracia?
-Para mí sí. Podrá ser criticada, pero es la forma de gobierno que ellos tienen. Creo que la mayoría de la gente no ha leído la constitución venezolana. En Venezuela hay cinco poderes y tienen una manera de gobernar que nosotros no debemos juzgar ni condenar. Lo que tenemos que hacer es colaborar para que el pueblo de Venezuela encuentre su camino.
-¿Hay corrupción en la política uruguaya?
-En todas partes hay corrupción, en pequeñas o grandes escalas. No tengo una percepción de corrupción importante, podrá haber pequeñas cosas. Pero en realidad es el país que en América tiene la menor percepción de corrupción.
-¿Qué opina de los recientes casos de nepotismo y la respuesta que ha tenido el gobierno central y las intendencias?
-En las intendencias no hubo ninguna repercusión. Por ejemplo, en la intendencia de Caram (Pablo, intendente de Artigas) o en la de Lavalleja (Adriana Peña) el Partido Nacional no lo encaró como algo importante. Hay otros casos que fueron consideraros nepotismo y en el término jurídico legal no lo son. Por ejemplo, el caso del consuegro del presidente Vázquez. No hay un parentesco, es un cargo de confianza porque escucha todas las conversaciones. En el caso de la novia del hijo del director de ASSE, si bien no hay un parentesco, está mal visto porque es una chiquilina de 18 años y no tenía las condiciones para el cargo. En estos casos se actuó y se cortó por lo sano, no ha pasado lo mismo en otras tiendas.
-¿Se considera feminista?
-Sí. No soy una feminista a ultranza, pero sí me considero feminista. Defiendo los derechos de las mujeres en igualdad y que las mujeres puedan disfrutar libremente de sus derechos.
Discurso de Raúl ‘Bebe’ Sendic el 19 de diciembre de 1987 en el estadio Franzini
Sendic y los otros 10 rehenes de la dictadura, así como la mayoría de los presos políticos uruguayos, habían salido en 1985 de la cárcel. Ya en ese momento comienza a salir a la luz el cambio de orientación política de la mayor parte de la dirección de Tupamaros, que pretende abandonar no sólo las armas si no también los principios, para integrarse a la lucha electoral y conseguir algunos puestitos.
Este es uno de sus discursos más famosos, donde retoma esos principios que se estaban abandonando y manda un aviso a los que, poniendo el intermitente a la izquierda, empezaban a girar hacia la derecha: «estamos por la unidad, por la unidad sin exclusiones. Pero no reunirnos para transar [pactar], para contemporizar con el gobierno. Tampoco estamos para transar con el que transa.»
Esto y otros textos similares explican el silencio mediático y electrónico que rodea a la figura de Sendic. Sus numerosos escritos y discursos, que antes de la subida al gobierno del Frente Amplio se encontraban con facilidad en Internet, ahora cuesta mucho encontrar a los pocos que van quedando.
Incluso la foto de la entradilla, tomada cuando Sendic visitó Cuba después de salir de la cárcel, ha desaparecido. Sendic estuvo varias semanas pidiendo a Barbarroja una reunión con Fidel, y este le decía que espere, que Fidel estaba muy ocupado, pero la realidad es que, por indicación del sector pactista de Tupamaros, Barbarroja no le había informado a Fidel de la presencia de Sendic en La Habana. Finalmente Sendic decide retornar a Uruguay y justo al subir al avión, Fidel, que por caminos misteriosos se había enterado de que el revolucionario uruguayo lo buscaba, llegó al aeropuerto y lo abrazó largamente, conversó con Sendic y pudo enterarse de cómo estaban las cosas.
Compañeros: Hace un año hablábamos en esta tribuna y compartíamos problemas y salidas, o soluciones. Fuimos a los problemas, a las raíces de los mismos, y los radicamos en el problema de la tierra, en el problema de la banca, en el problema de la deuda externa y en el problema del salario, como los elementos básicos que hay que modificar para que este pueblo pueda salir adelante.
Allí pusimos, en particular, el acento en la estafa que es la deuda externa. Esa deuda contraída por la dictadura para comprar incluso vehículos y armas para atacar al pueblo, y que ahora se pretende que este pueblo la vaya a pagar.
Nuestra propuesta desde el principio fue rotunda: el rechazo al pago liso y llano de esa deuda. Pareció cuando la hicimos por primera vez, en marzo del ’85, como una pretensión desubicada, extemporánea. Pero después vino aquel llamado de Fidel, y muchas fuerzas en América Latina se sumaron a la iniciativa y hoy día el consenso alrededor de esta salida es general. Y hace pocos días, una reunión de centrales sindicales de Latinoamérica se pronunció también por el no pago de la deuda externa. Hay países importantes que han dejado de pagarla, y lamentamos que en el terreno político, en el Uruguay no hayamos todavía logrado un consenso unánime, por lo menos de los sectores de izquierda, en un repudio total a la deuda y una salida de no pago.
Propiciamos también esa solución de FRENTE GRANDE que tanto ha mencionado en los últimos días la prensa, y nuestra propaganda, y en cierto modo los discursos de Mujica y de Eleuterio, han aclarado bien el alcance que tendría ese Frente.
El hecho de que estamos buscándolo por el lado de las cúpulas políticas, no nos impide buscarlo así mismo por abajo, en la unidad del pueblo, en sindicatos, grupos sociales, cooperativas, etc. Es el trabajo de hormigas que tenemos que hacer en los barrios, en el campo, donde conviven enfrentando problemas comunes, hombres y mujeres de distintas tendencias, que ya están formando un Frente Grande para contrarrestar sus problemas. Allí están los más sufridos y relegados de la sociedad, como se da en los barrios suburbanos y en nuestro campo, al cual hace un año nos comprometimos en esta tribuna, a darle prioridad a través del movimiento a favor del trabajador rural, que no tiene voz ni tampoco tiene portavoces en la medida que tiene muy pocos votos. Hay que denunciar cómo se le estafa cuando este trabajador pide tierras y estas se venden al extranjero a través de embajadas en vez de entregarlas a Colonización. Cómo se le estafa en los salarios, en los pesos, si es un pequeño agricultor. Y hoy ya hay un Movimiento por la Tierra que está en marcha en forma plural y participativa, como se debe buscar la verdadera unidad del pueblo.
Luego hubo que trabajar codo con codo junto a otros hombres de distintas tendencias en las comisiones pro referéndum, cuando se aprobó la ley de impunidad y hubo que hacer esa campaña de firmas para derogarla. Fue ahí que la prensa de derecha dijo que no se iban a conseguir las firmas porque el referéndum lo habíamos propuesto los tupamaros, pero parece que al pueblo uruguayo no lo asustan agitando nuestra imagen y firmó hasta con demasía.
Podríamos decir que las comisiones pro referéndum triunfaron en su convocatoria al pueblo porque nadie quiso coparlas. La táctica de copar aparatos se viene practicando desde que nosotros estamos militando y desde mucho antes. En nuestro país, el resultado siempre es el mismo: se copan sindicatos, se copa un frente y se quedan con la cáscara vacía, porque los marginados se retiran silenciosamente. Copás y copás y siempre estás en el mismo sitio sin avanzar un milímetro.
Trabajamos pues, en esos organismos plurales que son las comisiones pro referéndum sin tener ningún puesto en la Comisión Nacional, donde están representados todos los partidos.
Ya lo dijo Mujica, cuando proponemos un Frente Grande que incluya al Frente Amplio y a otros sectores progresistas, no es para que nos den un lugar en su dirección sino para tener un lugar dónde volcar nuestro trabajo. Lo mismo sucede con el Frente Amplio. Ni siquiera se nos ha dado el ingreso y eso no impide que nuestros militantes vayan a sus comités de base, porque nosotros apoyamos todos los esfuerzos de unidad popular. Nosotros apoyamos esa unidad real en el Frente Amplio y no haremos nada por destruirla, aunque aspiremos a una unidad mayor que además sea nacional y no sólo montevideana.
CONSTRUIR LA UNIDAD DESDE ABAJO
Deploramos que sobre una estafa descomunal como la deuda externa, no hubiera salido en el último Congreso del Frente Amplio una rotunda posición de no pago como salió en la reunión de centrales sindicales, sino una moderada y contemporizadora rebaja de intereses y demás, que no cuestiona a la deuda en sí.
Por otro lado, confirmamos nuestro apoyo a otras resoluciones del Congreso del Frente Amplio como la de no admitir ninguna negociación o salida política para el referéndum.
Hoy, la unidad sin exclusiones, que fue tan importante resolución del Congreso, se desvirtuó en pocos días por algunos de sus propios dirigentes; pero queda ahí como un anhelo que compartimos todos.
En definitiva, estamos por la unidad, por la unidad sin exclusiones. Pero no reunirnos para transar, para contemporizar con el gobierno. Tampoco estamos para transar con el que transa. Como se ve, somos bastante «imbancables» compañeros.
Hoy día, dada la situación como se ha ido desenvolviendo, unir a las cúpulas políticas puede ser bastante dificultoso. Algunos dirigentes del Partido Nacional que han adoptado posiciones progresistas, incluso respecto al referéndum, han encontrado, una vez hechos sus cálculos políticos, que estos les aconseja mantenerse en el lema.
Hoy, el Frente Amplio ya ha resuelto, digamos, su versión de Frente Grande, o sea una alianza con sectores políticos con los cuales pueda tener una coincidencia programática. Pero tendrán muchas dificultades para llevarlo a cabo. El Partido Nacional, que se había fermentado en sectores enfrentados cuando el voto a la ley de impunidad, ya se está recomponiendo y ofrece un frente interno bastante consolidado. La estrategia de su directorio es tener una sucursal a la derecha y otra a la izquierda y recolectar votos de todos lados. Así los disidentes no sólo no son mal vistos sino que son bienvenidos.
Hoy día tendría que haber un gran empuje del pueblo, una expresión de deseo de unidad, como aquella del Obelisco del ’83, para obligar a las cúpulas políticas a modificar sus cálculos. Hoy es, sobre todo el votante del Partido Nacional, el que debe pedir cuentas a sus dirigentes. El votó a un Partido Nacional que tenía una posición frontal contra los militares golpistas, al punto que su principal dirigente estaba preso. El votó contra la banca extranjerizada, y por una reforma del campo a través de aquel programa que se le planteó como «Nuestro compromiso con usted». El compromiso no se cumplió y ahora los sectores que más o menos se mantuvieron fieles a él, parece que van a sumar sus votos con los que lo traicionaron, por conveniencia electoral. Era un compromiso con usted y usted tiene derecho a pedir cuentas.
Frente a este panorama tenemos que construir la unidad desde abajo. Tal vez lo que los dirigentes políticos no consigan, lo logremos trabajando desde abajo, pacientemente, codo a codo, con hombres y mujeres de distintas tendencias. Tal vez los desengañados de algunos políticos no estén tan desarmados. Tal vez todos los condenados a vivir a la intemperie podamos unirnos. Tal vez, incluso, logremos una fórmula electoral, como lo decía Mujica más detalladamente, entre las tantas que ofrece la legislación, que nos permita juntar a los desengañados de algunas dirigencias políticas y llevarlos al gran cauce de la unidad popular.
Pero aún están lejos las elecciones y sería aventurado hacer definiciones cuando no se han dibujado los entes electorales, y tampoco quienes reflejen en ellos el compromiso de la transformación de fondo del sistema, el cambio verdaderamente revolucionario del mismo, con quienes queremos marchar juntos.
NINGÚN GOBIERNO HABÍA LLEGADO TAN LEJOS EN LA ENAJENACIÓN DEL PAÍS
Es posible que muchos se pregunten por qué hay tanta urgencia en ese Frente Grande. Es que nos están entregando el país al extranjero impunemente, compañeros. Ningún gobierno, nunca, había llegado a tanta audacia en la enajenación del país. El gobierno militar le dio un gran impulso a la venta del país – de los elementos fundamentales de su economía – al extranjero. Recibieron un país con un 2% de la tierra en manos de extranjeros y lo devolvieron, en medio de un discurso patriótico, con un 8% del territorio – que habían jurado defender – en manos del capital extranjero. Y recibieron un país con un sistema bancario bastante extranjerizado, con un 46% del capital bancario en manos del extranjero, y lo devolvieron con un 83% de capital en esas manos foráneas.
Lejos de rescatar este patrimonio vendido al extranjero por los militares, el gobierno civil que se eligió en el ’85 llevó más lejos aún la venta del país. Este gobierno dio un paso que ni los militares se habían atrevido para la extranjerización del país: la aprobación de la Ley de Zonas Francas. Zona Franca significa ceder un pedazo de territorio para que las empresas extranjeras puedan instalarse allí, libres de acatar buena parte de las leyes nacionales.
La urgencia de una unidad opositora, la urgencia de un Frente Grande, hoy es para detener esta extranjerización. Extranjerización al capital financiero internacional a través de la venta de tierras en el exterior por las embajadas. Extranjerización por las zonas francas, extranjerización al acatar la política económica decretada por el Fondo Monetario – es el Ejecutivo acatando las directivas de ese Fondo que impide el alza de los salarios, a veces yendo más lejos que las propias patronales. Extranjerización a ese sistema financiero mundial que hoy tambalea en una enorme caída que ha tenido la Bolsa en los principales países capitalistas, y también el dólar respecto a las monedas estables de Europa y Japón.
Frente al derrumbe del sistema financiero y el dólar, gobiernos como el del Uruguay, que han apostado a ello, se perjudican. Uruguay es uno de los pocos países en el mundo que ha suprimido el uso forzoso de su propia moneda, el peso, para transformar el dólar en la moneda fuerte del país, y ahora se perjudica. Ya está perdiendo, porque vendemos todos los productos en dólares al exterior; y con esa moneda, que ha bajado un 15% en los últimos meses respecto a las monedas estables de Europa y Japón, podemos comprar un 15% menos. Por eso la urgencia de un frente opositor.
ESE FRENTE GRANDE DEBE TENER UN PROGRAMA, UNA PROPUESTA
Ese Frente Grande no es una mera conjunción de fuerzas. Ese Frente Grande debe tener también un programa, una propuesta. Y ahí viene el programa que hemos agitado desde hace más de dos años y medio, como les decía, con soluciones para la tierra, la banca, la deuda externa y el salario. Una y otra vez han saltado al tapete de la opinión pública, en los últimos tiempos, estos problemas. Por ejemplo, la demanda de que las tierras embargadas por la banca del Estado pasen a los aspirantes de colonos saltó con motivo del remate de algunas de esas tierras del Banco Central en Tacuarembó, hace unos meses cuando este banco se las devolvió al gran latifundio. Hoy día hay más de medio millón de hectáreas en poder de la banca estatal. Y tenemos la desgracia de tener un gobierno partidario de la privatización, un gobierno que hasta si pudiera vendería el puerto de Montevideo. Al cual le caen como peludo de regalo, estos latifundios y estas empresas embargadas por los bancos estatales. Y este gobierno extranjerizante sigue demorando el pasaje de estas tierras y estas empresas a manos de los que las pueden trabajar. Espera mes a mes que venga algún capitalista extranjero que las compre y se quede con ellas.
Ahora ha saltado al tapete el problema de las empresas sobreendeudadas, sobre las que venimos proponiendo, desde hace más de dos años, que deben pasar a poder de los trabajadores. Ha saltado al tapete a raíz de una marcha de los vecinos de Las Piedras, para que el Estado se haga cargo del frigorífico Comargen y lo haga funcionar. Y ante una movilización de los vecinos de Mercedes por la rehabilitación de otra planta industrial, la de Arinsa.
Véase que estas propuestas que parecían utópicas cuando se enunciaron, se van abriendo camino por impulso del propio pueblo. Comargen debe más de 24 millones de dólares a los bancos del Estado y ¿qué espera el Estado para hacerse cargo de Comargen? ¿Qué espera el gobierno para hacer lo mismo con cientos de grandes empresas que, como Comargen, deben a los bancos del Estado mucho más que su capital en máquinas e inmuebles? ¿Tendremos que hacer una marcha por cada una como lo hizo el pueblo de Mercedes o el de Las Piedras?
Otra cosa que debe integrar un programa de Frente Grande es terminar con la sangría del pago de la deuda externa. También esta idea se ha ido imponiendo, y hoy hasta algunos líderes importantes del Partido Nacional han sostenido que la deuda contraída por la dictadura – casi toda la deuda externa – no se debe pagar porque es tan ilegal como el gobierno que la contrajo.
QUE CADA CUAL ASUMA SUS RESPONSABILIDADES
Todo esto, lo mismo que la idea del Frente Grande, lo venimos agitando desde hace más de dos años, y el consenso alrededor de esos problemas básicos, para enfrentar la extranjerización, se ha demorado demasiado. Decimos esto para que cada cual asuma sus responsabilidades. Si el país sigue así, ya se sabe lo que viene. Los militares golpistas están ahí, protegidos por algunos políticos, esperando que este intento de democracia fracase, y de hecho ya está fracasando por no elevar el nivel de vida del pueblo. Y si no hay soluciones, otro golpe militar puede venir más tarde o más temprano. Entonces, que cada cual asuma sus responsabilidades:
– Los que entregaron el país al extranjero y los que reciben directivas del mismo, hasta sobre qué aumento de salarios tienen que dar.
– Los que pueden impedirlo, uniéndose para detener la extranjerización y prefieren atender sus conveniencias políticas individuales.
– Los que ya tienen mayoría parlamentaria para sacar algunas leyes y no lo hacen.
– Los que pudieron depurar a las Fuerzas Armadas de oficiales golpistas y no lo hicieron.
– Los que están contemporizando con el retorno de un golpista al ministerio que maneja las Fuerzas Armadas.
Que cada cual asuma sus responsabilidades y después no descarguen la culpa sobre los combatientes del pueblo otra vez.
CONSTRUIR CON LOS HOMBRES MILLONES DE COLUMNAS DONDE SE PUEDA ASENTAR UNA SOCIEDAD SOCIALISTA
Mientras tanto tenemos que continuar y profundizar nuestra lucha en los barrios, en los sindicatos y en el campo, para buscar salidas a los problemas inmediatos, que son muy elementales, pero que no pueden espera, porque esos problemas son de alimento, son de salud, de vivienda, de trabajo. Hoy ya hemos colaborado en muchas policlínicas, ollas populares, cooperativas de vivienda, cooperativas rurales, pequeñas industrias cooperativas, sindicatos, movimientos sociales como el Movimiento por la Tierra y los frentes contra la pobreza – uno de los cuales inaugura un comedor infantil en Bella Unión en estos días. El trabajo en todos estos frentes nos une al pueblo, y lo consideramos prioritario.
Compañeros, en este año 1987, hemos conmemorado en todo el mundo el 20º aniversario de la muerte del Che Guevara y hemos tratado de rescatar lo más permanente de su mensaje. En el mundo de los ’80 en donde el gran enemigo se llama capitalismo pero que incluye muchas secuelas, desmoralización, droga, alcoholismo, etc., tenemos que hacer un esfuerzo gigante para rescatar al hombre, impedir que la juventud caiga en todo esto por falta de horizonte, impedir que las otras generaciones hagan lo mismo.
Ya hemos desarrollado este tema en otros lados. Debemos buscar salidas colectivas para los marginados, entre los cuales parece estar casi toda una generación de jóvenes que llega tarde al mercado de trabajo; una salida colectiva, de conjunto, para la clase obrera y para los que el sistema lanza a la economía informal: vendedores callejeros y demás. Rememorar aquella etapa gloriosa del pueblo uruguayo en los últimos años de la dictadura. Había mucha solidaridad en aquella época, compañeros, que ahora no se da.
Pronto iniciaremos un nuevo año, y sería bueno que nos comprometiéramos a dar un salto en el sentido humano y solidario. Un avance hacia ese hombre nuevo del Che, siendo más austeros, más generosos, más solidarios. Volver a la unión del pueblo por abajo y profundizar esa conciencia solidaria y socialista que permitió salir colectivamente de la dictadura y de la miseria que nos trajo. Construir en los hombres millones de columnas donde se pueda asentar una sociedad socialista.
Para terminar, compañeros, nuestros frentes de lucha están ahí:
– Distribución de la tierra y mejoras para el trabajador rural.
– Terminar con la banca privada en manos de extranjeros.
– Terminar con la sangría del pago de la deuda externa.
– Volcar esos recursos y lo quitado a los especuladores, para un aumento general del salario que traiga el consiguiente ensanchamiento del mercado interno.
– Que las industrias y comercios endeudados con la banca pasen a los trabajadores.
– Que se haga un gran frente que se comprometa con esas soluciones.
– Que dentro del mismo nos unamos las fuerzas afines para darle un impulso a esta salida y a otras más profundas.
Por la tierra, por el trabajo, contra la pobreza, y con el compromiso de siempre, ¡habrá patria para todos!, compañeros.
Compilado por La Haine
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