Nos sentimos necesarios, aseguran veteranos soviéticos
Moscú, 9 may (PL) El reconocido veterano Serguei Stekovich llegó hoy a Moscú para participar en el Congreso de la Ciudades Héroes de la ex Unión Soviética, y todavía no sale del asombro tras participar en el desfile militar de la Plaza Roja.
Para él la ceremonia en saludo al sexagésimo aniversario de la Victoria sobre el fascismo, fue «sencillamente grandiosa».
Me impresionó sobre todo su parte contemporánea, cuando marcharon sobre la principal explanada del país los jóvenes representantes de escuelas y academias, los tipos de fuerza armada, el relevo, señaló a Prensa Latina el veterano defensor de Belarus.
Stekovich comentó que hasta la naturaleza se encargó de premiar a Moscú en este día de fiesta para toda la humanidad, cuando tres minutos antes de hacer su entrada la Bandera de la Victoria, cesó una pertinaz llovizna y aparecieron los primeros rayos de sol.
El también colaborador científico de la Universidad de Minsk, estimó que lo más importante ahora es que sus vivencias en la defensa de esta capital, en 1941, o la liberación de la ciudad de Oriol y de la vecina Belarus, donde terminó la guerra, entre otras muchas, enriquezcan la formación cultural de las nuevas generaciones.
Por su parte, Marina Bashkina, encomió la precisión del desfile, con una duración de una hora y 20 minutos.
Es muy bueno también que hayan invitado a todos los veteranos, sin excepción, mujeres y hombres de avanzada edad, pero que nos sentimos necesarios, 60 años después de aquella epopeya», añadió.
Emocionado, el coronel de la reserva, Vladimir Penkov, recordó los combates que libró su compañía al liberar a Varsovia, la capital polaca y luego su entrada triunfal en Berlín.
Este año, precisó, las celebraciones del 9 de mayo han tenido en toda la Federación una connotación muy especial y se aprecia la voluntad del Estado por que nada ni nadie quede olvidado.
Este lunes, unos dos mil 600 veteranos atravesaron la Plaza Roja sobre antiguos camiones ZIS-5, preparados de manera especial para la parada militar, en su componente histórico.
Otros cerca de cuatro mil experimentados combatientes compartieron la tribuna central, delante del monumento de Vladimir Lenin, junto a más de 50 jefes de Estado, y otros colegas de las naciones europeas, miembros de la coalición antihitleriana, invitados especiales a las actividades centrales por la caída del III Reich.
Algunos de ellos luego depositaron una ofrenda floral en la Tumba del Soldado Desconocido, situada en los Jardines de Alejandro, en el Kremlin, y participaron en la recepción de honor ofrecida por el presidente, Vladimir Putin.
Desde diferentes confines de Rusia llegaron a esta capital decenas de trenes que transportaron a los veteranos rusos y de otros países de la actual Comunidad de Estados Independientes.
La víspera compartieron en el Teatro Bolshoi con los líderes de las repúblicas ex soviéticas y disfrutaron de un concierto dedicado a las canciones de los años bélicos.
En estos primeros días de mayo, ya es habitual encontrar por las calles moscovitas a mujeres y hombres con sus uniformes militares, repletos de medallas y condecoraciones que lucen con orgullo.
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