Nicaragua. El silencio de carroñeros
Silenciosamente transcurren estos días inextinguibles durante los cuales las llamas continúan extinguiendo el hogar de la comunidad indígena Rama y Kriol (Gobierno Territorial R-K), cobijo a su vez de tucanes, guacamayos, loros, pumas, jaguares, armadillos, perezosos, mapaches, jabalíes, monos carablanca, monos araña, cocodrilos, serpientes, iguanas, tortugas, ranas, árboles almendros, jabillos, arenos, majaguas… Diez días interminables al servicio de un incendio que ha exterminado alrededor de 5.225 hectáreas fecundas de yolillales, un tipo de palma rica en aceite que facilita la propagación y la permanencia del fuego (Indio Maíz está compuesta por 361.875 hectáreas).
En estos días asfixiantes e infinitos, la «lumpen» burguesía que, Unida en la Victoria por la Gracia de Dios, dirige la República de Nicaragua ha reclamado exclusivamente la ayuda de sus también carroños aliados, los gobiernos de Rusia, Panamá, Honduras, El Salvador y México. De entre estos, solo los tres últimos han respondido a la solicitud (México hace dos días y los vecinos centroamericanos hace unas pocas horas), aportando cada uno un helicóptero cisterna con una capacidad de carga de agua de unos 450 galones. Es decir, para sofocar un incendio que ya supone la mayor catástrofe ecológica ocurrida en Nicaragua, el Gobierno ha estimado suficiente, además del trabajo de unos 1.000 militares del Ejército, la exigua ayuda internacional de cinco países (de los cuales solo un trío, por el momento, ha prestado tres aparatos con capacidad para portar 1.700 litros de agua). Al respecto, el director del Centro Humboldt, Víctor Campos, subrayó en el programa Esta Noche del Canal 12 (el único entre nueve canales de la televisión nicaragüense que no pertenece a la familia presidencial):
La respuesta del Gobierno es insuficiente y poco transparente […].Realmente, las 72 horas iniciales fueron claves para poder controlar el incendio, pero se perdió el tiempo y se escaló a niveles en los que se salió de control de las manos de las autoridades del Gobierno y pobladores. El Ejército no está preparado para sofocarlo, definitivamente, no. No hay preparación ni los medios […]. Se suponía que SINAPRED (Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres) debería tener planes contingentes para poder enfrentar este tipo de asuntos. Lo que miramos es que no es así. El Ejército va a hacer el esfuerzo, pero no está en capacidad de controlar.
En resumen, con una inusitada calma, el matrimonio ejecutivo Murillo-Ortega ha tardado cuatro días en enviar a la zona a sus brigadas de Defensa Civil, el mismo tiempo que ha esperado para decretar la alerta amarilla que con desesperación e insistencia múltiples grupos ecologistas, activistas, periodistas y pobladores del área fronteriza de Costa Rica venían reclamando. Desde entonces, el color de los manglares no deja de tornarse a gris, pero el Estado aún no ha considerado oportuno agravar la alerta mediante la bandera roja. Qué incoherente resulta por su parte tratándose, como se trata, de un Gobierno experto en colorines.
Un indio menos, un plátano más… (Asqueroso refrán nicaragüense)
El pasado 9 de abril, cuarenta bomberos costarricenses especialistas en el combate de incendios forestales se trasladaban en lancha hacia la Reserva Biológica Río Indio Maíz, en la Región Caribe Sur de Nicaragua. El día anterior, la Dirección de Operaciones de Bomberos de Costa Rica y el Ministerio de Gobernación de Nicaragua se habían reunido en Managua para pactar las acciones operativas y logísticas que cuarenta bomberos -dos de ellos también paramédicos- acatarían en la próxima jornada con el fin de entrar en una zona de complejo acceso. Con dicha operación, los hermanos ticos además prestarían al pueblo de Nicaragua una decena de herramientas técnicas para sofocar incendios, bombas portátiles, aparatos de radiocomunicación y diez vehículos todoterreno.
Durante la reunión, funcionarios nicas y ticos pronosticaron que el viaje en lancha de los voluntarios se prolongaría alrededor de seis horas. Sin embargo, el tiempo previsto se les consumió en un obligado viaje de vuelta. El Cuerpo de Bomberos de Costa Rica explicaba rápidamente los motivos de su retirada en un informe que, también a gran velocidad, ha viajado durante estos días por las redes sociales:
Bomberos de Costa Rica se movilizaron este lunes hasta la frontera nicaragüense; sin embargo, regresarán ante la comunicación oficial de que ya el vecino país se encuentra resolviendo la atención del incendio con sus propios recursos.
Por su parte, el jefe de la Defensa Civil de Nicaragua, Rogelio Flores, ha justificado la orden de su Cristiano, Socialista y Solidario Gobierno con la siguiente declaración:
“No nos sirve que nos vengan ahora bomberos estructurales, porque de esos tenemos acá en el país. No hay cómo meter cisternas, la geografía del terreno no permite meter ningún tipo de vehículo y todo se hace con bombas, mochilas y eso. Entonces, con personal especializado y preparado del Ejército de Nicaragua de las distintas unidades (…) estamos tratando de entrar hasta esos puntos donde no entra ningún tipo de técnica”.
Evidentemente, el rechazo de la ayuda de Costa Rica ha provocado un fuerte malestar en la opinión pública y ha suscitado la crítica de múltiples expertos. Quién sabe, quizás esta gente indiscutiblemente inhábil construyendo argumentos (“No hemos visto animales muertos, nada de eso” ha dicho también Rogelio Flores), tampoco los entiende y, por ende, los ignora. Aun así, es caricaturesco no atender, entre otras muchas, a las palabras de tu propio asesor: El honorable científico Jaime Incer Barquero -Presidente de la Fundación Nicaragüense de Desarrollo Sostenible, Presidente de la Academia de Geografía e Historia, Vicepresidente de la Fundación Nicaragüense para la Conservación de la Naturaleza y Asesor Ambiental de la Comisión Nacional del Gran Canal Interoceánico-, ha remarcado en sus intervenciones que:
“Es lamentable que el Gobierno desestime la ayuda generosa de Costa Rica, de alguna manera, ellos tenían más capacidad de podernos ayudar desde tierra. Fue una decisión equivocada; rechazar el apoyo de un país vecino es políticamente un error”.
Probablemente, la desatención gubernativa a los consejos de Jaime Incer Barquero tenga relación con esta otra declaración que el científico aún ha subrayado con más énfasis:
“Es posiblemente la catástrofe ecológica más dramática que Nicaragua experimenta, por la magnitud del siniestro y por tratarse de una selva húmeda tropical, un sistema muy delicado y muy valioso. Es una categoría de Reserva de Biosfera de carácter internacional y Nicaragua estaba comprometida a respetarla, mantenerla y conservarla, cosa que nunca hizo”.
“Cosa que nunca hizo”. Esta sentencia resalta los intereses ocultos que hay detrás de la catástrofe: “Es por la tala ilegal de árboles, como sucedió en Bosawas”; “Alba Forestal, otra empresa del Ortega, algo sabe”; “Esto lo quemaron los colonos”; “Ahí justo construyeron un camino, ahí donde se está quemando Indio Maíz”… El pueblo, simbólicamente plantado desde el pasado día 3 en Managua -ciudad invisible en la que no paran de crecer los coloridos y costosos árboles artificiales de la Vicepresidenta Rosario-, habla y exige acciones. Y mientras tanto, la estructura del poder golpea directamente al pueblo con una Guardia Nacional que sí sabe cómo sofocar manifestaciones silenciadas en sus medios de comunicación (decenas de radios, diarios y canales de televisión regidos por la familia Ortega-Murillo). Precisamente ayer, en el resumen de los sucesos del país que la Vicepresidenta escribe y difunde a diario, la verdad fue que:
Ayer vimos un reportaje que se hizo sobre la vida, la vida con normalidad que se desarrolla en la Comunidad Siempre Viva. Vamos a estar haciendo otros reportajes sobre las otras Comunidades. Pero aquí lo importante es que esa tranquilidad que vemos en Siempre Viva, ubicado a pocos kilómetros del lugar del incendio, muestra precisamente la confianza de la Población, de nuestro Pueblo, de las Familias, en toda la actividad que desarrollamos como Gobierno con la participación y el protagonismo del Ejército de Nicaragua para atender este siniestro.
¿Oligarquía? ¿Totalitarismo? Qué va… Los medios de comunicación de la República de Nicaragua solo responden a las prácticas de los medios de manipulación de masas. ¿O acaso a día de hoy, 13 de abril de 2018, las cabeceras más leídas de España, estos telediarios nuestros que tanto presumen de rating a costa de noticias sensacionalistas, informaron verazmente de que unos ilegales secuestraron otra vez a nuestra Pachamama para robarle un pulmón y enriquecerse?
No sé a ti, pero a mí, entre tanta carroña y con tanto silencio, me cuesta respirar como a Indio Maíz.