“Negociando con los enemigos no se derrotarán las intenciones separatistas en Bolivia”
El dirigente del recién constituido partido Unidad Socialista de Izquierda (USI) de Venezuela, Miguel Ángel Hernández, en una charla realizada esta mañana en la escuela de Sociología de la Universidad Central de Venezuela (UCV), se mostró inconforme por la actitud asumida por el presidente de Bolivia, Evo Morales, frente a la realización y los resultados del referendo que la oposición oligárquica y pro-imperialista realizó este domingo 4 de mayo.
Hernández, quien además de dirigente político es docente de esa Escuela y jefe de su departamento de Estudios Latinoamericanos, planteó: “Contrasta la actitud del primer mandatario Evo Morales con la asumida por el pueblo boliviano en defensa de la unidad e integridad de su país. Mientras que el domingo 4 de mayo el pueblo se jugó la vida en los principales municipios y barrios populares de Santa Cruz, y se volcó masivamente a las calles de Cochabamba, en la más grande movilización de que se tenga noticia en esa ciudad, para repudiar el referendo ilegítimo e ilegal, el presidente Evo Morales, restándole importancia al mismo, se dedicaba a jugar fútbol, ausentándose de sus responsabilidades y abandonando al pueblo a su suerte”.
El prof. Hernández argumentó que durante todo el período previo al referendo separatista, impulsado por la oligarquía santacruceña, el gobierno de Evo Morales se limitó a minimizar la importancia de dicho referendo con argumentos legalistas, y a buscar la intervención de la OEA para posibilitar el diálogo con la oligarquía.
Posteriormente, en el día de ayer, después de conocerse los resultados del referendo mediante el cual se pretendía imponer un Estatuto Autonómico en el departamento de Santa Cruz, el presidente boliviano nuevamente mostró su disposición al diálogo con la oligarquía separatista, en tal sentido, al referirse a esto, el dirigente de la Unidad Socialista de Izquierda, argumentó: “esta actitud conciliadora y de diálogo del presidente Evo Morales con la oligarquía, en los hechos significa un reconocimiento tácito a los resultados de un referendo ilegítimo cuyo objetivo es desmembrar el país. Un referendo que se produjo en el marco de una gran abstención, y en el cual un 30% de las mesas de votación no se abrieron debido al boicot que las organizaciones populares impusieron. En este contexto es inconcebible que el presidente Morales pretenda defender el proceso de cambios que se opera en la hermana nación boliviana dialogando con los agentes de la contrarrevolución que buscan la balcanización de Bolivia para apoderarse de las riquezas del país”.
Más adelante acotó que “afortunadamente este 4 de mayo el pueblo ha probado que tiene enormes reservas y disposición para defender el destino que se ha trazado. Casi un millón de bolivianos se han movilizado contra la oposición oligárquica y pro-imperialista y en los hechos lograron boicotear el referendo sedicioso. Los centenares de miles que se movilizaron en Santa Cruz, Cochabamba, Oruro, La Paz, El Alto y demás ciudades del país, nos indican que el pueblo repudia a los oligarcas de la Logia, como llaman los campesinos y trabajadores bolivianos a los terratenientes, industriales aceiteros y banqueros proimperialistas, y no está dispuesto a permitir que ellos se queden con las grandes reservas de gas e hidrocarburos que existen en los departamentos que el imperialismo y la contrarrevolución quieren separar del país”.
Al solidarizarse plenamente con el pueblo y los trabajadores bolivianos, Hernández agregó: “Desde Venezuela, las y los socialistas revolucionarios, y en particular nuestra organización Unidad Socialista de Izquierda, le da su voz de aliento al pueblo boliviano para que se mantenga movilizado, a que mantenga en alto las reivindicaciones de la Agenda de Octubre del 2003, a que no se deje arrastrar a negociaciones tramposas con la oligarquía, y que por el contrario, siga luchando y exigiendo al gobierno de Evo Morales que liquide el latifundio y le arranque de una vez por todas las tierras a los oligarcas, que eche a las transnacionales para que los hidrocarburos, el gas y las minas de estaño pasen a ser 100% del Estado, y controladas por los trabajadores, así como exigirle un aumento de salario acorde con la canasta básica, y por sobre todo, a que comiencen a estructurar su propia organización política independiente y revolucionaria que no se ausente de las grandes batallas, y mucho menos sucumba a la conciliación con los enemigos del pueblo y de los cambios que se vienen produciendo en el país del Altiplano. Ese es el único camino que le queda a nuestros pueblos si no queremos repetir las dolorosas páginas de la historia latinoamericana en la que supuestos gobiernos progresistas terminaron oponiéndose a la movilización y conciliando con los enemigos, lo que se tradujo en graves derrotas para los pueblos y trabajadores, tal como aconteció en el Chile de la Unidad Popular o en la Nicaragua sandinista, de la década de los 70”, concluyó el dirigente socialista y profesor de la Universidad Central de Venezuela, Miguel Ángel Hernández.