Morir con dignidad
Por Jose Caballero Iglesias
ALIVIAR EL SUFRIMIENTO
Hay suicidios al negar la asistencia médica para acabar con los padecimientos por una enfermedad incurable y degenerativa. Personas desfiguradas y con terribles dolores. El deseo de que no se alargue innecesariamente su agonia en el solemne transito hacia la muerte. Pero se suceden los casos de padecimientos innecesarios, que esperemos ahora cesen porque sean “autorizados”.
Pero es a mi entender tan sorprendente el hecho de que adopten esa desesperada decisión, como que se les niegue el derecho a una muerte honrosa. Sería digno de estudio ético y sociológico para trazar esa línea maestra que no vulnere inquebrantables fundamentos religiosos, ni suponga una carga más para un ser humano, desahuciado, que se le permita acceder a los medios cientificos y clínicos adecuados para morir digna y civilizadamente.
Porque realmente, honestamente, ¿ que sabemos, que no sepa esa persona que clama por extinguir suvida?. Salvo especulaciones, y cuestionables principios de aquellos que de siempre pretenden imponer su forma de vivir, y sus ritos para morir..; no se sabe absolutamente nada. Para entender y conocer el sufrimiento extremo, hay que padecerlo. Nadie quiere morir caprichosamente. Se podrá incluso entregar la propia vida por una cáusa, o por un semejante. Pero para hacerlo como esas personas aludidas o como otras tantas que fallecieron en el anonimato, sin consuelo, y maldiciendo la raza humana, hay que estar muy enfermo. Irreversible, desesperanzado, e incluso si es creyente pidiendo a sus dioses que cese su terrible agonía. Porque otros , creyentes o no, le niegan ese derecho. Infames paradojas.
En estos tiempos, de conocimientos acumulados. De orquestados debates para mejorar el bienestar en este mundo, herido de muerte. Qué poco hemos aprendido. Es inaudito como prevalece la imposición de las creencias religiosas y/o políticas sobre la suprema soberanía individual y colectiva. Cuantas injusticias, por acción y omisión. Qué importan los deseos, o las necesidades de un hombre más,si los crímenes contra la infancia, la hambruna, el genocidio, la guerra… son efectos colaterales de la organizada codicia de esta civilización. Un problema aún no resuelto por nuestra privilegiada inteligencia como especie dominante del planeta. ¿Un suicidio? otro dato para las estadísticas.
Cuando se espera un nuevo dia, en la incertidumbre de si lo veremos, o si podremos llevar nuestra vida cotidiana como el anterior. Y los expertos no encuentra solución a tu enfermedad. Quedándote atrás de todo, sabiendo que no puedes. Y te sientes torpe y pesado, como un zombi que quiere seguir entre los vivos. O postrado en una cama, sin entender que te «alarguen» la vida, cuando solo quieres descanso… Y ves el silencioso penar de tus allegados. Poder sobrevivir se torna un cúmulo de complicaciones. Cuando observas que a la sociedad, tu entorno, les resulta duro sobrellevar sus propios problemas.¿Qué de los moribundos? Que ya no esperan nada. De aquellos que saben que todo es cuestión de tiempo, y de aguante.
Sirva esta reflexión como homenaje a ellos. A su valiente y sensata decisión. Esperemos no estar nunca así. Pero por favor, ni uno más. Si no se puede vivir dignamente, al menos que así sea en la muerte. Con la magnanimidad y el respeto propio de seres humanos.
Asi lo deseo en mi enfermedad llegado el momento irreversible de liberarme para siempre.
Jose Caballero I