Marcel Detienne helenista y singular francotirador
Por Iñaki Urdanibia
« El laberinto invita a la exégesis, y el entrelazamiento de encrucijadas y de corredores ramificados arrastra irresistiblemente al intérprete en infinitas direcciones»
Cualquiera que se haya acercado al estudio de los mitos griegos, por obligación o por devoción, es seguro que se habrá topado con Jean-Pierre Vernant, Pierre Vidal-Naquet y Marcel Detienne ( Lieja 1935- Nemours 2019): si en todo trío de mosqueteros hace falta un cuarto, éste papel de D´Artagnan se debería atribuir -si seguimos el consejo de Vidal-Naquet- a Nicole Loraux, su alumna más sobresaliente.
Los tres nombrados dieron un rotundo giro a los estudios de los mitos, la tragedia, y demás en la Grecia antigua, haciendo que su mirada innovadora crease el desconcierto y la furia de las instancias académicas que veían su magisterio puesto en solfa. Eran conocidos como el Centro,( nombre que se refería a sus estudios en el Centre de Investigaciones comparadas de las sociedades antiguas) y en el extranjero pasaron a denominarles la escuela de París, mientras que en los ambientes de la Sorbona se les denominaba los vernantianos. Si todos ellos pillaban a contrapie a los mandarines utilizando la métis ( astucia, un saber hacer múltiple) propia de los griegos, los mandarines sorbonnardscriticándoles por ser gente ajena a la especialidad: así a Vernant le calificaban de filósofo, a Vidal-Naquet de historiador y a Detienne de filólogo, como si tales calificaciones ( ¿ insultos?) supusieran que se trataba de cazadores furtivos que entran a los cotos vedados del saber domesticado y patrimonializado por ellos . Con estos recién aparecidos, Grecia, y sus mitos, comenzó a adoptar otros rostro y sus distintos orígenes disciplinares hizo que la complementación de diferentes óptica supusiera un enriquecimiento del enfoque adoptado.
Vernant fue el dinamizador / aglutinador de diferentes encuentros , iniciando por su maestro que tanto había influido en su futuro, Louis Gernet, más tarde en los sesenta se acercó Vidal-Naquet y algo después llegaba de Bélgica Marcel Detienne con su sólida formación filológica; quien llegase a París con la intención de devenir sinólogo, cambio de dirección al asistir a los cursos de Gernet sobre la tragedia, quedándose fijado por un hombre allá presente que hablaba con voz potente y hacía preguntas realmente sorprendentes; preguntó su nombre y éste no era otro que Vernant, a Vidal-Naquet le conoció en un coloquio en el centro de Royaumont. La colaboración comienza y las publicaciones también. « En relación a Vernant , – dice Vidal.Naquet – Detienne era un poco el hijo, yo el hermano mayor. Vernant y yo teníamos en común la preocupación política»( con respecto a esto último, su cercanía a Socialisme ou Barbarie, su implicación de Vidal-Naquet en el caso Audin, en la firma del manifiesto de los 121 a favor de la insumisión en la guerra de Argelia, su lucha contra el negacionsimo y el sionismo, etc.. Acreditan, al igual que el compromiso de Vernant como dirigente de la Resistencia en la zona de Toulouse y en las filas del PCF, con sus más y sus menos en especial en lo relacionado con Stalin y con la guerra de Argelia, también deja constancia de dicho compromiso político…pero hoy no toca).
Las publicaciones del último llegado en colaboración con Vernant comenzaron: la primera, « Les ruses de l´ intelligence . La mètis des grecs» ( Flammarion, 1974) , en donde se analizaba la importancia en la vida griega del saber hacer tanto en lo manual ( la capacidad de los artesanos) como en el mental ( la habilidad polémica de los sofistas), resultando arrinconada esta forma de inteligencia por el dominio de la filosofía, y su metafísica del ser y de lo inmutable; más tarde vendría , también con Vernant, « La cuisine du sacrifice en pays grec» ( Gallimard, 1979), en las que se deriva sobre cuestiones relacionadas con la alimentación de los griegos y las distintas opciones entre alimentación vegetariana y la que recurría a la carne…en busca, el ensayo, de los orígenes de la alimentación basada en actos sacrificiales como castigo por la soberbia prometeíca, en los textos clásicos, resultando el repaso un análisis antropológico que ponía en solfa el modelo judéo-cristiano. De esta colaboración, a modo de vasos comunicantes en las que uno leían los ensayos de los otros, hablaba Vernant refiriéndose muy en concreto a Detienne : « Marco me aportaba ideas, las creaba él mismo como un pescador que saca la red. Él me ha enseñado mucho sobre los mitos: yo tomaba uno y trataba de desmontarlo en todas sus piezas. Él tomaba una serie de mitos y mostraba que se podía tratarlos en su conjunto…Después, Marco eligió su propio campo: Orfeo, Adonis…».
Para entonces , Detienne ya había recorrido su propio camino en su« Los maestros de la verdad en la Grecia arcaica»( 1967 / Taurus, 1981), análisis de la verdad como meta que ya funcionaba en los tiempos del mito, antes de darse el llamado paso a la razón[ según subraya Venant en la jugosa introducción del libro, retomada en su primer tomo autobiográfico, Entre mythe et politique (Seuil, 1996), pp. 348-349: « ¿ si la palabra y el ser en cierta manera coinciden, si quien dice la verdad es creador de lo mismo que enuncia, de ahí se sigue o se puede insinuar que entre las palabras y las cosas existe esa distancia que permite al lenguaje decir tanto lo falso como lo verdadero, de ser una potencia de ilusión y de engaño al mismo tiempo que de revelación eu de cumplimiento? Es sobre se punto sobre el que pivota, en lo esencial, la investigación de Marcel Detienne»] ; « La muerte de Dionisos» ( 1977 / Taurus, 1982), reivindicación de la figura de ese indomable ser que desentona del orden en vigor; « Les Jardins d´Adonis. La mythologie des aromates en Grèce» ( Gallimard, 1972), revisión de las figuras del nombrado en el título en sus diferencias con Demeter, sacando a relucir aspectos no tratados con anterioridad en la narración de tales episodios mitológicos. Más adelante vendría el desmarque abierto por decirlo de algún modo , muy en especial, con la publicación de su « L´invention de la mythologie» ( Gallimard, 1981), en donde sorprendía a todo el mundo al dar a entender que la mitología había sido un invento que no se había dado en Grecia sino siglos después, sometiendo el tema a un indagación genealógica, que dejaba al descubierto lo que en su opinión las pretensiones obscenas y absurdas de los defensores de la ciencia de los mitos, en un balanceo interpretativo en el que no quedaba indemne Claude Lévi-Strauss, si bien el centro esencial de su ataque eran, como ya lo había hecho en un estudio anterior sobre Dionisos, algunos especialistas de habla inglesa; así – según Detienne – al aplicar nuestra propia racionalidad, y el buen sentido, no somos capaces de captar la verdadera visión que tenían los griegos . En el grupo de los francotiradores del que vengo hablando , asomaba un francotirador solitario e intempestivo que no dejaba impasible a Vidal-Naquet quien se despachaba a gusto en su libro de entrevistas con Dominique Bourel et Hélène Monsacré « L´histoire es mon combat» ( Albin Michel, 2006), en cuya página 154 y siguientes se puede leer su opinión : « el problema de Detienne es que pasa su tiempo en tener padres y en matarlos sucesivamente. Ha matado a su padre Boyancé, ha matado a su padre Lévi-Strauss, ha matado a su padre Vernant, ha matado a su hermano Vidal-Naquet…el problema es su carácter» , lo que no quita para que valore la capacidad del ahora fallecido: « es un tipo extraordinario que podía reunir y leer todo lo que se puede imaginar sobre cualquier autor o personaje, por ejemplo sobre Orfeo, de manera tan exhaustiva y amplia que podía elaborar un libro, mas, bruscamente cambiaba de idea, diciendo que todo esto no tenía interés [ se refiere en concreto a L´Invention de la mythologie, para más tarde referirse a su Les Maîtres de vérité dns la Grèce archaïque, señalando que] en ese libro que él había prefaciado, por cierto, olvidaba hablar de los historiadores»[ opinión vertida años después y con la boca caliente, ya que leyendo el prefacio en cuestión: todos son elogios, pero bueno…Detienne nunca ocultó sus propósitos ya en 1980 cuando se aleja del Centro: « he parado de hacer “mitológicas” para comenzar un análisis crítico de la teoría del mito», pues la mitología no es un juego de estructuras sino también una historia de escritura…postura que supuso un claro desplazamiento hacia los temas relacionados con la escritura
El caso es que Marcel Detienne era un investigador singular al que le gustaba marchar por libre y avanzar en solitario : ahí está sus obras posteriores: «Dioniso a cielo abierto»( 1986 / Gedisa, 1986), en donde quita las máscaras que sobre este saltarín dios se han vertido para mostrarlo en su autenticidad, extranjero en su interior, ligado a la vid( que embrutece o lleva al éxtasis) y al juego, etc.; su « La escritura de Orfeo» ( 1989 / Península, 1990), obra en la que recopilan diferentes ensayos sobre la lectura, las figuras del politeísmo, la invención y el uso de la escritura…Sin obviar su obra en colaboración con Giulia Sissa, investigadora llegada de Italia que acabó siendo la esposa de Detienne, « La vida cotidiana de los dioses griegos» ( 1989 / Temas de Hoy, 1990), en onde nos llevan al Olimpo para conocer cómo pasaban el tiempo esos seres dotados de inmortalidad, que hoy todavía han dejado su huella en nuestra manera de ver y entender el mundo.
Reconocido como uno de los especialistas más prestigiosos de los estudios helenos, quien ocupara diferentes cargos de dirección en diferentes secciones, antropología y religiones en la antigua Grecia, en la EPHE ( Escuela Práctica de Altos Estudios), compartiendo dichas responsabilidades con su labor investigadora en el CNRS, que impartió sus cursos en diferentes universidades a ambos lados del Atlántico ( en la universidad John Hopkins en Baltimore,…), titular de la prestigiosa cátedra Francqui durante 2002 y 2003, ha sido llevado por Tánatos…se acabó esa carrera inmersa « en un espacio lleno de giros, pero a cielo abierto, como lo es en realidad la escalera en caracol, al mismo tiempo forma y movimiento, que obedece al principio de tornillo ( ápeiros konkhlias )», finalizaron sus inagotables visitas al « laberinto en el que se encuentra uno apresado en la trampa, en que los giros, las sinuosidades, las curvas se siguen sin fin, en que la aporía se enuncia en el telos inaprehensible, en la imposibilidad de hacer coincidir el fin y el comienzo, a la manera de la dama de Delos y del vuelo de la grulla» …por tales intrincados pagos se movió con lucidez e intempestividad este lúcido estudioso, convirtiendo esos terrenos movedizos en el elemento de su existencia y cumpliendo su compromiso de experto de ciudadano en lucha contra las interpretaciones reaccionarias en lo que hacía a Grecia y a las corrientes excluyentes e identitarias, en especial en los tiempos de Sarkozy….un ser siempre tendente a la marginalidad, a la ironía y a la puesta en cuestión permanente de las verdades heredadas, lo que le conducía, en especial, a interesarse por aquellos personajes que dentro del panteón mitológico se situaban en los márgenes, en los bordes problemáticos de la comunidad mitológica como Dionisos, extraño extranjero / extranjero del interior, u Orfeo y su comportamiento transgresor, pleno de excesos experimentados en sus descensos a los infiernos, al Hades. Suponía su actividad una coupure epistémologique, por emplear la expresión althusseriana, en lo que hace a los estudios de la Grecia clásica, en fuga de las posturas místico-religiosas para dar cabida a una interpretación en la que la psicología se cruzaba con la narratología, y lo material y secular tomaba la plana frente a las interpretaciones nebulosas , apostando por una interpretación que escapase de los grandes magisterios y de simbolismos , tras pasar por su fase estructuralista, que se pretendían repetir en distintos relatos mitológicos de diferentes lares; subrayando, en palabras de Jean-François Lyotard ( Le seuil de l´histoire in «Poikilia. Études offertes à Jean-Pierre Vernant». Éditions de l´École des Hautes Études en Sciences Sociales. Paris, 1987) los procesos de laicización y « que el centro es la única autoridad que aceptan, que es la que reconocen, lo que prefigura toda la originalidad de la institución democrática: el centro es el punto del que todos los camaradas son equidistantes…el centro es también el punto en el que se cruzan todas las miradas : el más expuesto de los lugares y el más deseable, expuesto ya que no podéis acercaros, para hablar allí, más que con el asentimiento de los iguales además de poder ser revocado en todo momento; pero deseable ya que es el foco en el que pueden confluir todos los rayos que allí se reencuentran ( o interrumpir todos los diámetros que allí se cruzan), ocultar de golpe la asamblea y hacerla desaparecer a sus propios ojos,…»; destacando Lyotard la visión entre-dos que desvelaba Detienne, sin aceptar las habituales rupturas tajantes: entre mito y logos, entre poética y política, entre fisis y polis, etc. abriendo así las puertas a interpretaciones más ajustadas y más matizadas que las heredadas, al subrayar las interrelaciones, la permeabilidad y los límites borrosos entre los polos nombrados.
Marcel Detienne, una tenaz labor desmiticadora, intempestiva y heracliteana , un francotirador destacando en medio de un grupo de francotiradores.
Hendaia, 28 de marzo