Manifiesto para un verano antitaurino
Por desgracia, un verano más, nos volvemos a encontrar plantadas ante las plazas de toros reclamando el fin de una práctica que hace años que la lógica y la ética deberían haber borrado del planeta.
La tauromaquia, que hace unos meses quedaba agonizante, ahora parece resurgir con nuevas fuerzas y organizando numerosas corridas como no vemos desde hace muchos años. Podemos pensar que es simplemente un último intento desesperado por resucitar una fiesta que está herida de muerte y que dentro de unos meses será historia. Ojalá sea así, y todos estos festivales sólo produzcan pérdidas y desánimo.
Pero creemos que las activistas antiespecistas no deberíamos evitar extraer unas reflexiones de lo que ha pasado los últimos meses, sobre todo de nuestro papel con los partidos políticos que han prometido una y mil veces una abolición que aún no ha llegado.
Muchas activistas depositaron su esperanza y su voto en los diferentes partidos que prometían medidas de bienestar animal y proteccionistas, la más atractiva de ellas, la abolición de la tauromaquia. Un año después nos encontramos con una ciudad antitaurina sin ningún poder para detener la tortura, con un parlamento que retrasa y modifica una y otra vez la futura legislación de bienestar, y que ha provocado que este verano se puedan celebrar más corridas que nunca ( 8 de momento), 48 toros inocentes víctimas de la inacción de un gobierno y unos partidos que nos han utilizado y engañado.
Y podemos nombrar más animales perjudicados por las políticas de las nuevas instituciones: las cabras Vedrà, las vícitmas del colectivo de cazadores más favorecido que nunca, las leonas enviadas a Natura Parc, la prisión de Marineland intacta, el futuro blindaje del toro de Fornalutx, las galeras esclavizando caballos todo el día … y un larguísimo etc. de dominaciones cotidianas que el gobierno del cambio prometió paliar y que han quedado en papel mojado.
Quiere decir esto que las activistas debemos dejar de mirar hacia los partidos políticos? No necesariamente. Significa que no debemos abandonar nuestra capacidad de lucha, de crítica, de presión ni nuestra independencia. Los partidos políticos responden ante las demandas masivas de una sociedad civil movilizada y combatiente. Lo que no debemos perder nunca de vista como movimiento, es este papel nuestro de presión y no aflojar en nuestra fuerza en la calle.
Esta es nuestra gran fuerza: crear conciencia y opinión. Hace unos años la tauromaquia y la explotación animal en general provocaba bastante indiferencia social, y en pocos años y mucho trabajo de concienciación y de activismo a pie de calle, hemos conseguido poner los debate sobre los derechos animales y la abolición a las agendas, en las tertulias, en las plazas y en los programas políticos. Es cuando los taurinos y otros especista han sentido menos apoyados socialmente y han visto más cercana su extinción.
Esta fuerza es la que debemos seguir manteniendo viva y aumentar día a día, más allá de nuestras diferencias o de que confiamos más o menos en los cambios institucionales. Sin activismo no hay cambio posible.
Esta es una llamada a no desanimarse y en remarcar la importancia de seguir luchando unidas contra la explotación animal. A organizarse, a formarse no sólo en cómo mejorar nuestras acciones, sino también a profundizar en las raíces ideológicas que impulsan nuestras motivaciones y en nuestra forma de organizarnos e interactuar con la sociedad y con otros movimientos sociales. A los que, incluso con formas distintas de entender y vivir el activismo, podemos componer un movimiento animalista rico y vivo, que no afloje por muchas promesas que nos hagan, o por muy mal que pinte el panorama.
No olvidemos que, si algún día se acaba por fin la tauromaquia, nos esperan miles de millones de animales que son explotados cada día y que seguirán necesitando que les damos voz y que luchamos por su liberación.
Los animales nos necesitarán, unidas, formadas y combatientes.
Compañeras no aflojan! Ahora y siempre! Tauromaquia y especismo abolición!