Macroproyectos renovables, ¿Que está pasando?

 

Probablemente, si no tiene nada que ver con el sector de las energías renovables pero le gusta estar informado sobre lo que pasa en su territorio, habrá oído palabras como, macroproyectos renovables, energía verde, hidrógeno verde, instalación de paneles solares, ayudas europeas y tal vez incluso, expropiaciones, ciudadanos y organizaciones ambientalistas oponiéndose a este asunto. Y todo esto en menos de 2 años después del coronavirus, y rápido, todo muy rápido, demasiado rápido.

Desde hace un lustro estamos viviendo un momento crucial en la historia de la actual civilización, la cual fue construida en 200 años mediante el uso de combustibles fósiles como el carbón, el gas, el petróleo y también un poco de energía nuclear. Sin embargo ya antes del coronavirus pero sobre todo después, hemos visto un encarecimiento de los carburantes, del gas, del petróleo, la comida, los fertilizantes, el transporte, el IPC y de todo en general acrecentado además por una guerra en Europa que no es causa principal del problema pues ya empezó antes pero ayuda. El problema es sencillo, estamos llegando al máximo de energía de la que podemos disponer con el consiguiente problema que tendrá para todos si no empezamos a plantearnos alternativas.

Hay dos opciones, reducir consumo y empezar a diseñar una sociedad con menos energía o intentar que todo siga igual con nuevas fuentes de energía que reemplacen la energía fósil (si es que esto es posible que veremos).

Desde Europa han elegido sin dudarlo desde hace un par de años la segunda opción, creando ayudas mil millonarias para todo tipo de proyectos que tengan como objetivo la producción energética. Estas ingentes ayudas y estas propuestas de proyectos que van surgiendo como champiñones de mano de cada vez más grandes empresas europeas y grupos de inversión tienen el objetivo de obtener estas ayudas (que no solucionar el problema realmente) mediante la creación de por ejemplo grandes instalaciones de energía solar. Por desgracia se encuentran con problemas ambientales, y de oposición de ciudadanos, agricultores, legislación y tal vez incluso sentido común. De repente todo suelo no urbanizado, ya sea rústico, protegido o agrícola de tamaño suficiente pretende ser convertido en una fuente de energía renovable apisonando cualquier consideración anterior legislativa o ambiental, para ello desde Europa y desde España se cambian leyes y relajan las normativas medioambientales para permitir que estos macroproyectos que en su mayoría tienen detrás a grandes inversores se lleven a cabo en el menor tiempo posible.

En Alicante, Valencia y Castellón se están sucediendo este tipo de propuestas de proyectos que pretenden convertir el territorio en una huerta solar o eólica.

Podría pensarse que todo esto se hace pensando en el bien de la sociedad, aunque suene ya, con un poco de sentido común, extraño pues es algo que va en contra muchas veces de legislación actual (o anterior) y los intereses de los afectados por estas expropiaciones como cambios de uso de suelo fértil que parece tener poco sentido si por ejemplo entendemos que es mejor siempre producir alimentos allí que para producir kilovatios, lógica que entendería un niño pequeño pero que no parece preocupar mucho a este movimiento de instalación de renovables masivas.

Por otro lado, casualmente, a la vez se está promoviendo la producción de hidrógeno como alternativa a los combustibles fósiles y su canalización por tuberías por Europa, y como bien he dicho, producción significa producir un combustible usando energía, y esa energía en teoría será renovable. Casualmente todos estos proyectos de producir energía renovable en España junto con los tubos por donde una vez convertida la misma en hidrógeno o simplemente mediante líneas de alta tensión tienen un destino muy claro cuando analizas los futuros proyectos de gasoductos y línea de alta tensión, si en efecto van hacia Alemania y el centro de Europa.

Es decir, que literalmente nos están intentando reemplazar tierras fértiles, destruir sector primario, generar despoblación y pobreza en las zonas rurales, cambiando leyes ambientales, regando de dinero público a todas estas iniciativas y quitando cualquier traba legal para literalmente esquilmar nuestros recursos y reducir por ejemplo nuestra capacidad de producción del sector primario y bombear estos recursos hacia una Europa que empieza a apagarse por la reducción de energía fósil disponible que sigue siendo la fuente principal de energía del continente. Por esto pienso que todo esto no es más que una estrategia Europea de extractivismo desde los países periféricos hacia una Europa que se apaga y palidece energéticamente y probablemente en otros aspectos.

Félix Moreno

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