Las pensiones que vienen

Tras un período de relativa calma que ha mantenido gran parte del colectivo pensionista, obligados por la COVID y una vez conseguida la revalorización con el IPC medio y no con el acumulado, vuelven a agitarse las aguas de las pensiones.


PENSIONES PRIVADAS

El ministro Escrivá está acelerando los trámites para conseguir que se aprueben las pensiones privadas semi-obligatorias, eufemísticamente llamadas “planes de pensiones de empleo”, el segundo pilar de las pensiones para el neoliberalismo reinante, y uno de los compromisos del PSOE con la UE para recibir los fondos europeos de recuperación.

Esto significará que parte de las actuales cotizaciones de l@s trabajador@s irán a engrosar la gran bolsa de dinero que manejarán bancos y fondos buitres, detrayéndolo del dinero que ahora dejará de ir al Sistema Público de Pensiones (SPP), por lo que las cuantías de las pensiones públicas disminuirán. Aunque os digan que parte de esas cotizaciones las pone la empresa de “su cotización”, esa parte es, ha sido y siempre será masa salarial: un dinero que pertenece a l@s trabajador@s puesto que iba a engrosar el SPP y el desempleo.

Pero no significa que lo que se detrae de la pensión pública se compense con la privada: cualquiera que haya tenido planes privados de pensiones os podrá contar lo que ha perdido al recuperarlos, y no hablamos ya del IPC sino de perder parte del dinero aportado, llegando a cuantías de hasta un 25%. Casi como la estafa de las preferentes, por poner un ejemplo.

AÑOS DE CÓMPUTO

No acaba aquí el ataque a las futuras pensiones. El siguiente paso es el que repetidamente ha negado Escrivá: el incremento de los años de cómputo para el cálculo de la base de cotización que señalará la cuantía de la pensión.

Se sigue barajando el cómputo de 35 años o incluso de toda la vida laboral descontando algunos de los peores años de cotización. Se aplicará a partir de 2023, continuando la subida a partir de los actuales 25 años de cálculo.

El objetivo inconfesado es rebajar entre un 8,6% y un 11% de la cuantía de la pensión con este método.

“ALTERNATIVAS” DE LAS DERECHAS Y ULTRAS

Si atendemos a las últimas declaraciones del “nueviejo” equipo económico del PP de Feijóo, siguen inamovibles empeñados en sus salvajes recortes a las pensiones empezando por la revalorización con el 0,25% y siguiendo con el “factor de sostenibilidad” de Rajoy. Recordemos que esto suponía la debacle del SPP en pocos años, hasta rebajar la pensión a cuantías equivalentes al 40-50% de tasa de sustitución (es decir, 400 de pensión por cada 1000 del último salario), que es la relación del último salario con lo que se cobra de pensión por jubilación y que actualmente está alrededor del 70-72% en España. Como vemos, las pensiones caerían en picado y supondrían mayor pobreza para jubilad@s y pensionistas en general.

¿Por qué pretenden eso? Sencillo: para obligar a l@s trabajador@s a suscribir fondos privados de pensiones, el peor producto financiero para un ahorrador pero el mejor, más seguro y más rentable para bancos, aseguradoras y sus dueños carroñeros.

El panorama que plantea la ultraderecha es aún peor: la privatización total de las pensiones (y de la sanidad, y de la dependencia, y de la educación… de todo salvo ejército, justicia, policía y políticos).

Es un sistema viejo, probado hasta la extenuación y que ha empobrecido hasta la miseria a millones de pensionistas en todo el mundo: EEUU, Chile, Australia, etc, con tasas de reposición del 0,10% y del 0%.

Parte de esos países han comenzado el retorno hacia un sistema público o mixto, tras la caída económica que han supuesto esas medidas salvo para los bancos, y las protestas generalizadas acalladas por medios de comunicación cuyos dueños son los mismos bancos y fondos buitre.

SOLUCIONES PARA EL SOSTENIMIENTO DE LAS PENSIONES

  1. NO a la PRIVATIZACIÓN de las PENSIONES. Se va a utilizar la misma cantidad de dinero para revertir finalmente en menos cantidad de pensiones, porque parte de ese dinero irá a comisiones, gastos de gestión, etc, etc. Además, los “gestores” de nuestro dinero lo administrarán de acuerdo a SUS INTERESES, no a los nuestros que bien pudieran ser totalmente opuestos. Y no vale que haya una “Comisión de Control”: ya vimos de qué sirven políticos y funcionarios “controlando” las Cajas de Ahorros…

  2. Mantener la jubilación ordinaria a los 65 años. La práctica demuestra que las empresas se deshacen de forma prioritaria del personal a partir de los 55-60, y los que se mantienen a partir de los 65 suponen un tapón para los jóvenes que deben incorporarse al “mercado laboral”. Hay teorías en contra, pero sin demostración empírica alguna.

  3. Hay que derogar las reformas laborales de 2011 y 2013 y las de pensiones de 2010 y 2012, que recortaron pensiones, salarios y cotizaciones sociales, para retornar al superávit del SPP.

  4. Se tienen que rebajar los períodos de cotización para las personas con discapacidad y con especiales dificultades.

  5. Hay que destopar las pensiones de forma progresiva.

  6. Deben eliminar los coeficientes reductores a las personas con 40 o más años cotizados.

  7. Hay que aplicar medidas efectivas para reducir la brecha de género en salarios y pensiones, y mejorar las condiciones de viudedad.

  8. La pensión mínima debe equipararse al SMI, y éste debe ser el 60% del salario medio, de acuerdo con la Carta Social Europea. Las pensiones se deben revalorizar de acuerdo al IPC real.

  9. El SPP debe estar garantizado, en caso de ser necesario por los PGE tal como contempla la LGSS, y se debe auditar la deuda que mantiene el Estado con la Seguridad Social por los gastos impropios, cifrada según el Tribunal de Cuentas en más de 103.000 millones de euros, pero según otras entidades entre 500.000 y 800.000 M€.

¡¡GOBIERNE QUIEN GOBIERNE,

LAS PENSIONES Y LO PÚBLICO SE DEFIENDEN!!

Compartir
Ir al contenido