La Tarragona ballesteril: negar la autodeterminación para salvar la piel (cast/cat)
Por Jordi Martí Font
El próximo 21 de julio, el plenario municipal del Ayuntamiento de Tarragona debatirá una moción del Grupo Municipal del PSC que, según la nota de prensa que lo acompaña y las declaraciones de la portavoz del Gobierno Municipal, Begoña Florecía, pretende que Tarragona rechace «el referéndum ilegal» previsto por el 1 de octubre de 2017 y, por lo tanto, se convierta en la vanguardia del «no» al proceso independentista que está viviendo este trozo de país llamado Cataluña, poniéndolo todo tan difícil como sea posible para que el pueblo de Cataluña –y digo «pueblo» porque el cien por cien de la población de anteriores comicios es llamada a votar- no podamos ejercer nuestro derecho a decidir entre sí queremos continuar dentro del Reino de España en forma de comunidad autónoma, tal como ahora, o bien queremos construir una República Catalana que pueda hacer lo que le dé la gana una vez se convierta en independiente: federarse con quien quiera, mantenerse sola en medio del mundo o viajar por la galaxia sin cuerdas que la sujeten en ninguna parte.
Y la moción tarraconense contraria al derecho a decidir, según dicen públicamente con una cara descomunal, con el objetivo-excusa de proteger a los funcionarios de los malvados independentistas que con su manía de dejar votar a la ciudadanía sólo les quieren traer problemas, como si las funcionarias y funcionarios fueran menores de edad o imbéciles incapaces de decidir por ellos mismos. Parece mentira que los mandones tarraconenses tengan en tan poca consideración a las personas que trabajan en el Ayuntamiento, a pesar de que se trata de una práctica a que nos tienen acostumbrados.
La postura de este PSC no es ninguna sorpresa porque, prácticamente, cada vez que en el pleno municipal se ha debatido este tema han dicho lo mismo: «España intocable!…, a pesar de que sería bonito que fuera federal…, no?» No es ninguna sorpresa porque el PSC de Tarragona, junto con el del Lleida, representan el sector más españolista y autoritario dentro de esta partido que se llama de izquierdas y catalanista, igual que defiende la palabra «transparencia» al mismo tiempo que nos hace vivir en la oscuridad más absoluta. No es ninguna sorpresa porque el PSC manda en Tarragona gracias a los ultraespañolistes del PP y de Prats, no el de las gasolineras sino el último concejal de la extinguida Unión Democrática, y los peajes hay que pagarlos, y más si de ellos depende la circulación. Y no es ninguna sorpresa porque el flotador de los Juegos Mediterráneos depende de este voto vaya hinchado y sirva para no ahogarse más, de esta presa de postura pública contra el proceso.
Cómo que de los primeros temas ya tenéis muchos datos, me centraré ahora en la última de las no sorpresas. Tarragona, después de hacer el ridículo más absoluto a nivel mundial atrasando un año un acontecimiento deportivo internacional -desconocido en todo el mundo, también hay que decirlo- cómo son los Juegos Mediterráneos por incapacidad de gestión, había perdido la «fe» en sí misma. Digo «fe» porque ningún dato objetivo podía hacer prever que este acontecimiento se hiciera en la ciudad antes de que se aplazara puesto que no había ni financiación suficiente ni dinero ni prácticamente nada de nada aparte de ganas de privatizar la gestión de las instalaciones públicas deportivas con la excusa mediterránea.
Dos veces, el rey de España había venido a Tarragona a mostrar públicamente su apoyo a los Juegos, cien veces los del Gobierno tarraconense habían asegurado que habría dinero y que no perdían la esperanza, ni la fe, pero el dinero que el Estado central había prometido -o de qué había hablado, para ser exactos- no se materializaban de ninguna las maneras. El estado central alargó esta agonía hasta la extenuación, haciendo pasar días de auténtico calvario a quien gobierna la ciudad y poniéndolos contra las cuerdas infinitas veces. El PP anunciaba que vendrían dinero y los anuncios siempre eran palabras vacías. Ni un euro… hasta que el desembarco fue de los que hacen historia y llegó el dinero. La España pepera salvó a Ballesteros! Y Millo, Soraya y toda su pandilla vinieron a Tarragona, en plena Operación Cataluña, Operación Diálogo o ves a saber qué, a explicar que sí que habría dinero y, con el dinero, alegría a chorros. Con los Juegos, ya no había Inipro que valiera y ninguno de los desastres de gestión vividos en la ciudad tenía ningún tipo de importancia porque finalmente la Tarragona ballesteril sería olímpica…
Es de tontos pensar que una operación como esta, que una decisión -real en este caso- como esta se haga sólo para fomentar el deporte en la ciudad, para hacer feliz a Ballesteros y su pandilla o para mostrar que el Estado está con Tarragona y la quiere mucho. Es de tontos porque está muy claro que Tarragona es el lugar donde el debate público sobre el referéndum decidirá de todas todas si este será o no será. Tarragona es el eslabón que puede caer si el Estado apuesta fuerte y juega sus cartas españolistas y antidemocráticas. Y es que ahora nos encontramos, nada más y nada menos, en medio de la partida de cartas y cada cual jugará las que tiene intentando que sean las ganadoras. Sabemos que muchos «van de farol» y que algunos juegan sucio, muy sucio si de lo que se trata es de ganar la partida, pero nos va mucho más que unos Juegos o que una moción más o menos muy aprobada, mucho más que una triste partida de cartas…
El Estado sabe que si quiere que el 1 de octubre no se produzca, hace falta que Tarragona ciudad (no hablo de la demarcación porque la capital es excepción) se muestre claramente unionista, niegue el derecho democrático a votar y decidir y haga imposible la realización del referéndum. Y a Ballesteros le hacen falta los Juegos Mediterráneos como el aire que respira entre tanta caspa e investigados (antiguos imputados) nadando por el suyo cercando. Es por eso que, ahora, para tapar la posible corrupción y la ineptitud total se envuelve con la estanquera -tal como hacen los de CiU con la estelada- y adelante que no ha sido nada. Y si hay que votar y decidir que se vote y se decida… pero en cosas más importantes como poner el nombre de Tàrraco al nuevo modelo de Seat, que esto también es participación!
Un final más que triste para quién llegó con empuje y decisión a hacer una ciudad nueva, un fin de ciclo que habrá que enderezar cuando desaparezca y deje tras de sí kilos y kilos de naftalina, metros y metros de caspa, graciosas gracias por los servicios prestados y lealtades que hacen daño a quienes se estima esta ciudad por encima de cualquier otra cosa. Ni fidelísima ni hostias. Tarragona de la gente, Tarragona de todos los barrios, Tarragona popular y combativa, Tarragona de las personas que vivimos, Tarragona que quiere decidir y ser, Tarragona que no quiere ser la última capital de la España antidemocrática que niega a quien vive en su Estado la posibilidad de elegir entre quedarse o irse. Tarragona tarraconense!
De aquí al 21 de julio veremos muchas cosas, más de las que ningún lector de estas líneas puede llegar a imaginar, pero serán poca cosa si las comparamos con las que veremos y experimentaremos de aquí al 1 de octubre y los días que vendrán después. Porque no cederemos ante los que quieren que no tengamos el derecho básico de elegir. Y el 1 de octubre, elegiremos, decidiremos, votaremos y nos autodeterminaremos… en Tarragona también!
6/7/2017
Regidor de la CUP en el Consistorio del l´Ayuntamiento de Tarragona
La Tarragona ballesteril: negar l’autodeterminació per salvar la pell
El proper 21 de juliol, el plenari municipal de l’Ajuntament de Tarragona debatrà una moció del Grup Municipal del PSC que, segons la nota de premsa que l’acompanya i les declaracions de la portaveu del Govern Municipal, Begoña Floria, pretén que Tarragona rebutgi «el referèndum il·legal» previst per l’1 d’octubre de 2017 i, per tant, esdevingui el cap i casal del «no» al procés independentista que està vivint aquest tros de país que és Catalunya, posant-ho tot tan difícil com sigui possible per tal que el poble de Catalunya –i dic «poble» perquè el cent per cent de la població que en anteriors comicis és cridada a votar- no puguem exercir el nostre dret a decidir entre si volem continuar dins del Regne d’Espanya en forma de comunitat autònoma, tal com ara, o bé volem construir una República Catalana que pugui fer el que li doni la gana un cop esdevingui independent: federar-se amb qui vulgui, mantenir-se soleta enmig del món o viatjar per la galàxia sense cordes que la subjectin enlloc.
I tot això de la moció tarragonina contrària al dret a decidir, segons diuen públicament amb una barra com d’aquí a allà, amb l’objectiu-excusa de protegir els funcionaris dels dolentots independentistes que amb la seva mania de deixar votar la ciutadania només els volen portar problemes, com si les funcionàries i funcionaris fossin menors d’edat o imbècils incapaços de decidir per ells mateixos. Sembla mentida que els manaires tarragonins tinguin en tan poca consideració les persones que fan feina a l’Ajuntament, tot i que aquesta és també una pràctica a què ens tenen acostumats.
La postura d’aquest PSC no és cap sorpresa perquè, pràcticament, cada cop que al ple municipal s’ha debatut aquest tema han dit el mateix: «Espanya intocable!…, tot i que seria bonic que fos federal…, no?» No és cap sorpresa perquè el PSC de Tarragona, junt amb el del Lleida, representen el sector més espanyolista i autoritari dins d’aquesta partit que es diu d’esquerres i catalanista, tal com defensa la paraula «transparència» alhora que ens fa viure en la foscor més absoluta. No és cap sorpresa perquè el PSC mana a Tarragona gràcies als ultraespanyolistes del PP i de Prats, no el de les gasolineres sinó el darrer regidor de l’extingida Unió Democràtica, i els peatges cal pagar-los, i més si d’ells en depèn la circulació. I no és cap sorpresa perquè el flotador dels Jocs Mediterranis depèn d’aquest vot que vagi inflat i serveixi per no ofegar-se més, d’aquesta presa de postura pública contra el procés.
Com que dels primers temes ja en teniu moltes dades, em centraré ara en la darrera de les no sorpreses. Tarragona, després de fer el ridícul més absolut a nivell mundial endarrerint un any un esdeveniment esportiu internacional -desconegut arreu del món, també cal dir-ho- com són els Jocs Mediterranis per incapacitat de gestió, havia perdut la «fe» en si mateixa. Dic «fe» perquè cap dada objectiva podia fer preveure que aquest esdeveniment es fes a la ciutat abans que s’ajornés ja que no hi havia ni finançament suficient ni diners ni pràcticament res de res a banda de ganes de privatitzar la gestió de les instal·lacions públiques esportives amb l’excusa mediterrània.
Dos cops, el rei d’Espanya havia vingut a Tarragona a mostrar públicament el seu suport als Jocs, cent cops els del Govern tarragoní havien assegurat que hi hauria diners i que no perdien l’esperança, ni la fe, però el diners que l’Estat central havia promès -o de què havia parlat, per ser exactes- no es materialitzaven de cap de les maneres. L’estat central va allargar aquesta agonia fins a l’extenuació, fent passar dies d’autèntic calvari a qui governa la ciutat i posant-los contra les cordes infinits cops. El PP anunciava que vindrien diners i els anuncis sempre eren paraules buides. Ni un euro… fins que el desembarcament va ser dels que fan història i van arribar els diners. L’Espanya pepera va salvar Ballesteros! I Millo, Soraya i tota la seva colla van venir a Tarragona, en plena Operació Catalunya, Operació Diàleg o vés a saber què, a explicar que sí que hi hauria diners i, amb els diners, alegria a dojo. Amb els Jocs, ja no hi havia Inipro que valgués i cap dels desastres de gestió viscuts a la ciutat tenia cap mena d’importància perquè finalment la Tarragona ballesteril seria olímpica…
És de ximples pensar que una operació com aquesta, que una decisió -real en aquest cas- com aquesta es faci només per fomentar l’esport a la ciutat, per fer feliç Ballesteros i la seva colla o per mostrar que l’Estat està amb Tarragona i se l’estima molt. És de ximples perquè és més que clar que Tarragona és el lloc on el debat públic sobre el referèndum decidirà de totes totes si aquest serà o no serà. Tarragona és la baula que pot caure si l’Estat aposta fort i juga les seves cartes espanyolistes i antidemòcrates. I és que ara ens trobem, ni més ni menys, enmig de la partida de cartes i cadascú jugarà les que té intentant que siguin les guanyadores. Sabem que molts «van de farol» i que alguns juguen brut, molt brut si del que es tracta és de guanyar la partida, però ens hi va molt més que uns Jocs o que una moció més o menys ben aprovada, molt més que una trista partida de cartes…
L’Estat sap que si vol que l’1 d’octubre no sigui, cal que Tarragona ciutat (no parlo de la demarcació perquè la capital n’és excepció) es mostri clarament unionista, negui el dret democràtic a votar i decidir i faci impossible la realització del referèndum. I a Ballesteros li calen els Jocs Mediterranis com l’aire que respira entre tanta caspa i investigats (antics imputats) nedant pel seu voltant. És per això que, ara, per tapar la possible corrupció i la ineptitud total s’embolica amb l’estanquera -tal com fan els de CyU amb l’estelada- i endavant les atxes que no ha estat res. I si cal votar i decidir que es voti i es decideixi… però coses més importants com posar el nom de Tàrraco al nou model de Seat, que això també és participació!
Un final més que trist per qui va arribar amb empenta i decisió a fer una ciutat nova, un fi de cicle que ens caldrà redreçar quan fineixi i deixi darrere quilos i quilos de naftalina, metres i metres de caspa, gracioses gràcies pels serveis prestats i lleialtats que fan mal a qui s’estima aquesta ciutat per damunt de qualsevol altra cosa. Ni fidelíssima ni hòsties. Tarragona de la gent, Tarragona de tots els barris, Tarragona popular i combativa, Tarragona de les persones que hi vivim, Tarragona que vol decidir i ser, Tarragona que no vol esdevenir l’última capital de l’Espanya antidemocràtica que nega a qui viu en el seu Estat la possibilitat de triar entre quedar-s’hi o anar-se’n. Tarragona tarragonina!
D’aquí al 21 de juliol de coses en veurem moltes, més de les que cap lector d’aquestes línies pot arribar a imaginar, però seran poca cosa si les comparem amb les que veurem i experimentarem d’aquí a l’1 d’octubre i els dies que vindran darrere. Perquè no cedirem davant els que volen que no tinguem el dret bàsic de triar. I l’1 d’octubre, triarem, decidirem, votarem i ens autodeterminarem… a Tarragona també!
6/7/2017
Regidor de la CUP en el Consistori del l´Ajuntament de Tarragona