La Sexta prefiere el Circo Mediático al futuro de cientos de millones de vidas
La Sexta prefiere el Circo Mediático al futuro de cientos de millones de vidas
Encontré y decidí rescatar de Youtube este ensayo perfecto de cómo transformar una noticia en espectáculo:
http://www.youtube.com/watch?v=RVIXAgn5OjU
Protagonista: el noticiero de la Sexta. La noticia: el intento por parte del presidente de Venezuela de coordinar una liberación de rehenes por parte de las FARC e iniciar un proceso de paz en Colombia. Para dar la noticia dedican sucesivos informativos a olvidarse de todo contexto significativo y, en cambio, resaltan lo que en juicio de la cadena es “un circo mediático” organizado por Hugo Chávez. Obvian sin embargo que el primer y principal actor en cualquier circo mediático son los mismos medios de comunicación, que al fin y al cabo eligen, en este vasto mundo, que eventos convertir en noticia y la forma de retransmitirlas.
He aquí una breve recopilación de ausencias de imparcialidad mantenidas por las presentadoras durante los sucesivos noticieros:
“Esta operación se ha convertido ya en un circo mediático, El presidente Venezolano no sólo ejerce de intermediario, sino de maestro de ceremonias, invitando incluso al cineasta Oliver Stone a participar en la liberación. Esto no es una película, es realidad.”
“Sabe cantar, sabe incordiar, tiene incluso su propio programa de televisión”
“Para Hugo Chávez, presidente de Venezuela, la vida es siempre espectáculo. El último, meterse en la selva colombiana” narran con voz en Off mientras se proyectan imágenes de una película de Rambo en pleno noticiero.
Para “salvar a tres rehenes de las FARC, se ha autoproclamado jefe de operaciones, y como el circo es lo suyo y Venezuela se ha quedado pequeña, lo ha montado en su país vecino: Colombia.”
Incluso informan al televidente de sucesos tan trascendentales como son unos video-juegos creados por la prensa Uribista de Colombia: “En este video-juego eres Uribe, el presidente Colombiano y debes conseguir que Chávez no abra la boca”. Luego muestran otro video-juego creado para mostrar “de una manera divertida su oposición (del medio en cuestión) a las injerencias de Chávez en Colombia”.                     
Empezando por la última cita: el noticiero muestra el descontento de una parte de la prensa Colombiana por la injerencia de Chávez en su país, pero, en cambio, ocultan el creciente desastre humanitario que azota a Colombia tras la aplicación de una política de confrontación y “exterminio” por parte del gobierno Uribista. Según ACNUR[1] (organismo de la onU) hay actualmente doscientos mil refugiados colombianos en Venezuela provocados por el conflicto armado entre grupos guerrilleros (FARC y ELN), el ejército y los grupos paramilitares. Este es tan sólo dato aislado, entre varios posibles, que pudiera arrojar cierta luz sobre el porqué de la “drástica” injerencia de Chávez en Colombia para liberar a tres rehenes e iniciar un proceso de paz.
El noticiero no duda en calificar a Chávez de “maestro de ceremonias” con afición por el “incordio” y en resaltar algo tan irrelevante para la noticia como que tiene “su propio programa de televisión”, mientras que por otra parte obvia cualquier información acerca del presidente Colombiano. No se menciona en ningún momento su relación con el narcotráfico y en concreto con el mayor narco-traficante en la historia del país, Pablo Escobar, hecho avalado recientemente incluso en un informe desclasificado del Pentágono[2]. Tampoco citan que el informe mundial sobre las drogas de la onU 2007[3] certifica que Venezuela es el tercer país del mundo que más droga incauta en el mundo, droga que financia el conflicto armado de Colombia.
Insisten, sin venir a cuento, en que Chávez tiene un programa de televisión propio, ocultando que la pluralidad de opiniones recogidos en los medios dominantes de Venezuela es muchísimo más amplio que el de cualquier país occidental, rebasándonos tanto por la izquierda como por la derecha (siendo más del 70% de los medios controlados por la oposición[4]). Por no hablar de la libertad de prensa, el año pasado se renovó la licencia para emitir en público la licencia a varias cadenas de televisión que se oponen sistemáticamente al gobierno y a la democracia del país; entre otras, promovieron un golpe de estado. Este es un comportamiento inimaginable en nuestro país donde por mucho menos se cierra los medios de comunicación.
Resulta tan curiosa la selección de noticias que hace este canal de Media-Pro, cómo la que hace el resto de los medios corporativos españoles que, sin ninguna excepción, insinúan reiteradamente lo maquiavélicas que son las ocultas pretensiones de Chávez en su intento por liberar a unos cuantos rehenes en la selva Colombiana. Y, también sin excepción, se han olvidado por completo de informarnos sobre otros proyectos iniciados por Chávez como por ejemplo: El Banco del Sur.
Para informar un poco sobre dicho propósito, empezaré por decir que el Banco del Sur constituye, hoy en día, probablemente el proyecto de mayor envergadura para combatir la pobreza en el mundo. Se abre con él una puerta que con el tiempo podría sacar a literalmente cientos de millones de personas de la pobreza en América Latina. Lo integra siete países latinoamericanos: Brasil, Argentina, Venezuela, Uruguay, Paraguay, Ecuador y Bolivia, y es un proyecto que aspira a crecer y eventualmente presentarse como una alternativa como institución financiera para la región al Banco Mundial, el FMI y al Banco Interamericano para el Desarrollo. La comprensión de la envergadura que supone esta aventura requiere entender antes el funcionamiento de las dos principales instituciones que aspira a sustituir: el Banco Mundial y el FMI.
Pocas veces ha dado nuestro mundo tan claro testimonio de que la esperanza es lo último que se pierde. Estas instituciones han apoyado a literalmente más de un centenar de sueños económicos (neoliberales) al estilo del dictador Fuyimori en Perú o al de la Argentina del Coralito, y parecen empeñados en seguir haciéndolo hasta que al menos uno salga bien. Sus decisivas aportaciones a estas futuras utopías consiste básicamente en dictar las políticas económicas internas que debe seguir el país en cuestión, y a cambio, el país recibe nuevos préstamos para pagar sus préstamos pendientes (Deuda Externa). De entre las recetas económicas que dictan estos organismos las más exquisitas, al menos según sus propios paladares, son:
-Recortar la soberanía de los estados[5] mediante la privatización[6] y la desregulación de la economía[7] para incentivar la llegada de las grandes empresas transnacionales y el dinero de sus inversores.
-Aumentar los impuestos, no a los invitados transnacionales, sino a los trabajadores domésticos.
-Prohibir al estado en cuestión cometer irresponsabilidades con el dinero recaudado de tales impuestos, como podría ser tirarlo en proyectos monstruosamente costosos como pueden ser los colegios, o en caprichos de carácter público como hospitales y despilfarros similares.
-Quitarle las ayudas económicas al pequeño campesino o al empresario doméstico, para no caer en el sacrilegio de la competencia desleal[8].
-Devaluar la moneda[9].
La persistencia de estos gigantes en su búsqueda de un mundo ideal es asombrosa. Contribuyen a dejarnos un saldo de más de 24 000 fallecidos diarios por causas relacionadas con el hambre. Notoria es la afición de estos organismos por apoyar grandes préstamos a dictadores, cuando, sin ir más lejos, el mismo FMI por estatuto propio debería alertar a prestamistas y deudores cuando un país se está sobreendeudando, hecho habitual en este mundo globalizado. Otra muestra de su irrefrenable romanticismo es su capacidad para superar cualquier barrera legal. Muchas de las deudas externas que empujan a los países a coger dinero prestado a estas instituciones son, de hecho, ilegales. Según la jurisprudencia norteamericana muchas de estas deudas no tienen porqué pagarse, y según la doctrina del derecho internacional de la “Deuda Odiosa”: un préstamo contraído entre un régimen despótico es una deuda personal del régimen y no del pueblo. Y esta doctrina no es tontería, existe para cuando un dictador coge un préstamo gigantesco en nombre del país y lo reparte entre sus amigos cercanos, luego el dictador en cuestión no venga a alegar cuando se haya consumido su régimen: “tranquilos, lo pagan ellos” refiriéndose al pueblo que nunca vio el dinero.
En fin, el Banco del Sur pretende superar la fase histórica del FMI y del Banco Mundial, pero a nuestros medios de comunicación les parece más importante dedicar los escasos minutos de sus telediarios a banalizar el intento por parte del Chávez de iniciar un proceso de paz en su país vecino. Y ¿por qué coinciden nuestros medios, con todo lo que sucede en el mundo, en hacer esta burlesca selección y retransmisión de información? Pues quizá tenga algo que ver con que los 24 000 que mueren de hambre a diario ni financian, ni son dueños de ningún medio de comunicación; y los ricos, que sí las financian y sí las llevan, ven sus intereses defendidos a capa y espada tanto por instituciones como el FMI y el Banco Mundial.
 
[1] http://www.larepublica.es/spip.php?article9324
[2] http://www.aporrea.org/internacionales/n108061.html
[3] Pag 78, 89
[4] Las comisiones de observación internacional de diciembre del 2006 avalaron que fueron el 80% de los medios.
[5] Reducir la democracia.
[6] Vender o ceder lo que la propiedad pública, es decir, la propiedad de todos.
[7] Quitar las leyes que defienden al ciudadano ante las grandes empresas.
[8] Si en estos países se le concede cuatro, cuarenta o cuatro mil euros al pequeño campesino sin medios y que trabaja la tierra con sus manos a falta de otros medios, esto se considera injusto, ya que el competidor externo no recibe la misma suma. Por poner un ejemplo: Monsanto es una empresa trasnacional con la que se tienen que medir los campesinos de Jamaica. Este gigante cuenta con la bio-tecnología y la maquinaria más avanzada del mundo, lo cuál le permite sacar sus productos al mercado a un precio mucho más competitivo que los campesinos jamaicanos. Pero Monsanto además, igual que muchos otros, cobra tremendas subvenciones a partir de los impuestos a los pobres de su país de origen: Estados Unidos.
[9] Es decir, disminuir el valor del dinero. Devaluar quizá no venga muy bien cuando se trate de comprar comida, medicamentos o adquirir del extranjero cualquier otra necesidad básica de un pueblo, sin embargo viene genial para vender mercancía barata a consumidores externos y pagar sueldos menores a los propios trabajadores.
Joakim Vincent Abraham Fridlund (Red de Solidaridad con el Sur)